16 Octubre de 2020 12:46
La serie Súbete a mi moto tiene en estos días un doble efecto. Por un lado, atrajo después de décadas la consideración del mundo sobre Menudo, una boy band pionera en muchos aspectos en la industria del espectáculo. Por otro lado, destapó una caja de pandora que huele horrible. Es muy sencillo: la mayor parte de los ex integrantes de la banda califican cuanto mínimo de edulcorado el relato, armado desde la perspectiva de Edgardo Díaz, el empresario que creó al grupo y que lo guió de principio así. Las denuncias contra Díaz abarcan una variada gama que abarca desde diferentes formas de explotación laboral (no olvidemos nunca que los integrantes de Menudo eran menores de edad) hasta el abuso sexual. La polémica, por supuesto, alimenta el éxito de la serie que se puede ver en la plataforma Amazon Prime.
Uno de los ex Menudo que salió a criticar la serie con mucha dureza fue el venezolano Jonathan Montenegro, que ingresó en 1991 al grupo. Montenegro había denunciado antes que Díaz lo había obligado a trabajar con hepatitis (con lo cual, directamente, puso en peligro su vida) pero ahora subió a su Instagram el video de una presentación del grupo en A la cama con Porcel, el programa que el obeso cómico argentino Jorge Porcel tenía en la cadena Telemundo de Miami. En ese programa actuó Menudo. En la previa de la presentación, Porcel le preguntó a Jonathan -un niño de 12 años que, en el reparto de roles dentro del grupo oficiaba algo así como de "mascota"- cuál era su máximo anhelo. Jonathan le respondió "¡Una gatita rubia!" tal cual lo estipulaba el guión que habían estipulado para él. Cual si fuera el cafishio de un prostíbulo, Porcel llamó a una chica semidesnuda, o digamos que vestida como para el teatro de revistas. Jonathan se le abalanzó y empezó a los besos mientras Porcel gritaba "¡No! ¡Es mía!"
Más ex Menudo contra "Súbete a mi moto" y Edgardo Díaz: uno denunció abusos sexuales y otro, que lo hicieron trabajar con hepatitis
El sketch , felizmente, sería impensable en estos tiempos y era de muy mal gusto aún si todos los protagonistas de la escena fueran adultos. Ahora bien, si consideramos que quien intervino fue un niño que entonces tenía 12 años, el asunto adquiere un tenor bastante más grave. El "chiste" no hace otra cosa que corroborar lo que los ex integrantes de Menudo vienen diciendo en estos días: que Edgardo Díaz tenía serias dificultades para diferenciar un niño de una persona adulta. Miralo y sacá tus propias conclusiones.
