Juan Sánchez tenía sólo 12 años cuando dio una entrevista en 2013 al canal local de Bahía Blanca en una biblioteca Bernardino Rivadavia. En su momento, su frase "me gusta el arte" pasó inadvertida por todos. Pero, un año después, el video se hizo viral y llegó a no poder caminar tranquilo por la calle. A punto de recibirse del secundario, Juan dio una entrevista en la que analizó todo lo que vivió y apuntó contra quienes ejercen bullying. Las interesantes definiciones del chico que expuso cuán crueles pueden ser las redes, pero que siguió adelante: "Me di cuenta de que quienes me criticaban no tenían una vida demasiado interesante".
Siete años después, Juan recibió en su casa al mismo periodista que le hizo la ahora famosa entrevista. En efecto, si alguien busca su nombre en Internet aparecen más de 23 millones de publicaciones. Algunas de ellas positivas, muchas otras expresiones de la peor calaña. Para muchos, Juan no creció: sigue siendo ese preadolescente que se jactaba orgulloso de su pasión por el arte. Hoy, con el diario del lunes, Juan analizó el impacto que tuvo la exposición en su vida.
La primera vez que se vio en la tele fue junto a su abuela. "Me causó vergüenza, porque hablaba en un español neutro que era monstruoso. Escuché la voz y dije: 'Hay, por Dios; qué hoz horrenda'. Pero pensaba que, más allá de pensar que tenía una hoz horrenda, la gente no iba a tener nada para decir al respecto".
Eso no fue lo que sucedió. Un año después, alguien comenzó a viralizar el video y Juan se convirtió en una persona famosa. "Hasta ese momento creí que vivía en el sitio más recóndito de este planeta y que no me iba a ubicar ni la madre que me trajo al mundo. Pero todo el mundo me conoce. En México, España, en todo América Latina. Mi nombre, incluso, es una marca registrada".
Hubo gente a la que le hicieron muchísimo daño, mucho más que a mí; que llegaron a agredirla en la calle y a decirle cosas bien feas"
"Me llamó la atención cómo venía el asunto y la atención que recibía, pero a groso modo la vida no me cambió. Fue el mismo estilo de vida que había tenido hasta el momento. La gente me paraba en la calle y quería sacarse selfies conmigo. También me pedían autógrafos en el cole. Pero me respetaban cuando les decía que no. Me sentía incómodo, pero supongo que son cosas que pasan; sobre todo si te cruzás con alguien que admirás. En mi caso, no sé hasta qué punto es admiración o los chicos pensaban: 'Uy, cuando suba esto a Facebook todos se van a cagar de risa'".
Por ese entonces, Juan no usaba redes sociales. "La compu era sólo para escuchar música o hacer los deberes escolares. Mi mamá se encargaba de leer toda esa información y no me dejaba leer nada; al menos lo menos ofensivo. Pero hubo gente a la que le hicieron muchísimo daño, mucho más que a mí; que llegaron a agredirla en la calle y a decirle cosas bien feas. Hubo gente que se terminó matando o consumiendo sustancias", reflexionó.
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Juan tuvo un grupo de contención desde el primer día. "Estaba mi mamá, mi psicóloga y la verdad es que yo no le prestaba atención a ese tipo de boludeces. No tenía Facebook, ni Twitter; no estaba ni interesado". Hoy, a la distancia, el adolescente advierte: "Si te burlás de un chico de 13 años que habla raro, me parece que tenías cosas un poquito más importantes que hacer o una vida bastante triste. Siempre hay gente de mierda, los hubo y los va a haber hasta que el mundo explote. Hoy, si le ocurriera a un chico lo que me ocurrió a mí, me pondría de su lado, en sus zapatos".
Cuando le preguntaron en la primera entrevista qué iba a estudiar, Juan respondió: "Todavía no soy grande, debo esperar". Con 18 años, sabe que su futuro estará ligado al arte no descarta sacar provecho de la exposición que tuvo. "Como poder utilizar (la frase) puedo, estoy seguro de que en algún punto oportunidades no me van a faltar. Si hay gente que pega con cinta adhesiva una banana a una pared y saca millones de pesos con eso, estoy seguro de que con mi frase y mis habilidades puedo sacar algún tipo de provecho".
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¿Qué quiere estudiar? "Voy a seguir arte, tal vez cine o teatro. Si las oportunidades se me dan, tal vez me haga actor o dibujante. Han cambiado muchas cosas, tengo puntos de vista y gustos diferentes. Pero otras se han mantenido: sigue gustándome leer, sigue gustándome el arte".