01 Julio de 2017 21:01
"Queremos comunicarles que después de mucho diálogo y reflexión decidimos poner fin a nuestra relación, ya que el amor que nos tuvimos ha terminado. Guardamos los mejores recuerdos y experiencias de los tiempos compartidos y un profundo respeto entre nosotros".
Con ese texto, formal y respetuoso, Luciana Salazar y Martín Redrado anunciaron oficialmente su separación. Pero ciertas grietas en el comportamiento de la modelo dejan adivinar que el punto final lejos estaría de ser civilizado.
Deseos opuestos
Hay un hecho puntual y es que Salazar había comenzado un tratamiento de vitrificación de óvulos por motivos propios y en soledad el año pasado.
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"Es una decisión mía, de mujer, de querer tener óvulos bien jóvenes que estén perfectos y contar con la posibilidad de ser madre más adelante", le explicó a la revista Caras.
“No influye su decisión", agregó en relación a Redrado. "Hay cosas que son determinaciones individuales que no hay por qué preguntarlas".
El dolor de Luciana
En ese marco, el economista no habría tenido deseos de acompañar la voluntad de la rubia de ser madre. Y, al mismo tiempo, la relación entre ella y la hija de su pareja no habría sido la mejor.
En ese sentido, luego de que el diario Clarín publicara ese rumor, Salazar se mostró dolida en Twitter apuntando a su ex. "Lamento profundamente que Martín Redrado o sus asesores de imagen hayan expuesto el tema de su hija, cuando yo fui cautelosa todo este tiempo con eso", señaló.
Me arrepiento tanto de ser buena con gente q no se lo merece en absoluto y q es tan desagradecida. ??
- luciana salazar (@lulipop07)
Antes, la modelo había tuiteado un duro mensaje que claramente estaba referido a su separación. "Me arrepiento tanto de ser buena con gente que no se lo merece en absoluto y que es tan desagradecida", escribió.