24 Enero de 2021 10:00
Conocida por su fuerte carácter, la reina Letizia de España no sólo pone un orden férreo entre los empleados del palacio de la Zarzuela sino también entre su familia, incluyendo varias prohibiciones a su marido, el rey Felipe.
A la monarca no le gustan los animales y es por eso que no le permite a su esposo tener mascotas. Tampoco se lleva bien con sus cuñadas, especialmente con la Infanta Cristina, y por ende, prefiere que Felipe no las vea. Al parece, Cristina y su marido Iñaki Urdangarin, habrían criticado duramente a Letizia a sus espaldas por este motivo.
A su vez, ella decide dónde la familia pasa las vacaciones y a veces decide regresar antes a Madrid, como sucedió en el 2013 en el marco de sus vacaciones en Mallorca.
Ex empleados de la reina Letizia revelaron las manías y estrictas exigencias del Palacio
Una jefa estricta
Más allá de que el rey Felipe VI y su esposa intentan siempre mantener a resguardo su vida privada y la de sus dos hijas, tiempo atrás se dieron a conocer detalles de cómo Letizia se relaciona con los trabajadores del palacio de la Zarzuela.
Según contaron desde el servicio del palacio, Letizia siempre ha sido una mujer muy seria y de pocas palabras, pero de gran corazón. Cuando llegó por primera vez a la vivienda real, le preguntó uno por uno a los miembros del personal cuál era su función dentro de la casa y cuánto tiempo llevaban allí.
Más allá de querer saber cuándo y dónde puede localizar a cada uno de los trabajadores, la monarca tiene además una doble intención: vigilar siempre para que las cosas funcionen a la perfección.
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Lo cierto es que, según cuentan los allegados de la familia, desde que llegó revolucionó la cocina de la Casa Real. La reina lleva adelante un dieta basada en el consumo de vegetales, frutas, legumbres y pescado, y solicitó de inmediato que el menú incluyera esas comidas.
Letizia no come carnes rojas ni alimentos industrializados, y esa premisa es la que ha impuesto en la cocina real. Sin ir más lejos, trajo para la cocina de la Casa Real a Ramón Freixa, un chef que posee dos estrellas Michelín.
Con él al mando, la reina intenta que se sirvan todos los días platos mediterráneos que no incluyan procesados ni frituras. Tampoco consume gaseosas.