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Rocío Cravero, de La Voz Argentina a Dinamarca: "Allá los ritmos de vida son otros"

La cantautora, actriz y escritora dio sus primeros pasos como actriz de teatro musical, pasó por los programas más populares de la televisión argentina y ahora presentó su nuevo disco "Alquimia".

por Alejo Paredes

20 Agosto de 2022 08:00
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Rocío Cravero es dueña de una voz de otro planeta. Aprendió a cantar antes que a caminar y desde muy chica, su familia ya se daba cuenta que tenía grandes dotes artísticos que la iban a convertir en una estrella. Si bien todavía tiene un gran camino por recorrer, su currículum genera envidia en todos los que sueñan con alguna vez dedicarse a la música: trabajó en Pol-ka, participó de los ciclos musicales más populares del país y hasta se dio el gusto de viajar por el mundo para conocer distintas culturas. "Los primeros recuerdos que tengo tienen que ver con la música y con lo mucho que me gustaba cantar", le cuenta a BigBang.

La cantautora, actriz y escritora nació y se crió en Buenos Aires, donde además se formó artísticamente y dio sus primeros pasos como actriz de teatro musical. En televisión trabajó como actriz en “Quiero Vivir a tu Lado” (la ficción protagonizada por Mike Amigorena, Paola Krum, Alberto Ajaka y Florencia Peña y producida por Pol-ka), también fue parte de “La Banda de la Tele” en “Dec15ion”, programa conducido por Jey Mammon por la pantalla de Crónica y fue semifinalista del programa “Dar la Nota” (Endemol - Canal 13). "Cada paso, digamos, cada cosa sea más grande o pequeña te va formando y aprendí un montón de cada una de esas experiencias", sostiene.

Como si esto fuera poco, también fue parte de “La Voz Argentina”, el exitoso programa de Telefé que tiene como conductor a Marley, hasta que en 2017 decidió salir a recorrer el mundo. Vivió un año en Dinamarca, donde fue vocalista y compositora de “Migrante”, y se presentó en el Festival Latinoamericano de Dinamarca 2018. "Fue muy intensa la vida allá porque se juegan muchas cosas. Por un lado es una experiencia increíble porque conocés un montón de gente, te descubrís a vos mismo haciendo cosas que no sabías que podías hacer y por otro lado, escuchás una canción o el olor de una comida que te hace recordar a tu país y te largás a llorar", contó.

En el exterior lanzó su primer EP solista "los pájaros de mi cabeza" y hace tan solo un puñado de días lanzó su nuevo disco Alquimia, mostrando un fuerte compromiso con el empoderamiento femenino y relatando la transformación de experiencias traumáticas con la lucha personal de las mujeres a lo largo de la historia. "Tiene que ver con eso, con reconocer esa lucha incansable de las mujeres a través de los años de ir conquistando un derecho tras otro", reconoció. En diálogo con este sitio la joven artista habló de todo: sus vivencias, su paso por la televisión, la actualidad de la música, la pandemia y el uso o abuso del auto-tune en el escenario musical. 

¿Siempre quisiste ser cantante?

- Sí, sí, la verdad que sí. Los primeros recuerdos que tengo tienen que ver con la música y con lo mucho que me gustaba cantar  y no sé, de repente por ahí en las reuniones familiares terminaba sobre las mesas cantando. Hay fotos mías desde los dos años haciendo, es algo que siempre me gustó y no me acuerdo de algún momento en el que haya descubierto la música porque siempre estuvo ahí. 

Durante toda mi infancia yo lo soñaba y por ahí los proyectaba o lo sentía como ese deseo, pero sí de adolescente me lo empecé a plantear porque ahí es el momento en el que uno tiene que decidir ¿no? ¿qué hago? ¿qué estudio? ¿a qué me dedico? Primero me lo empecé a plantear como un deseo porque barajé otras opciones que tenían que ver con los mandatos de la carrera tradicional, estudiar y tener cierta estabilidad con una carrera más formal tal vez. Siempre estaban presentes esos mandatos y barajé otras opciones como psicología. En quinto año me anoté, pero ni siquiera fui. Simplemente me anoté al CBC y después terminé disidiendo que no, que quería hace música.

Te formaste artísticamente y trabajaste como actriz de teatro musical, luego apareciste en televisión pero te terminaste volcando para el lado musical. ¿A qué se debió esto? 

- En realidad yo empecé a estudiar teatro a los 15 años. Me encontré con el mundo del teatro musical y me enamoré perdidamente. Me pareció un código hermoso y una manera muy linda de contar historias. Siempre canté y escribí desde chica, siempre me gustó mucho escribir y amé cantar, pero no era algo que estuviese unido.

Cantar era algo que sí, que me veía haciéndolo, que deseaba hacer como profesión y escribía porque me gustaba y lo necesitaba. Pero escribía poesía, no hacía canciones. Y bueno, en el teatro musical encontraba una manera de cantar contando historia y me empezó a pasar que un día me animé a escribir canciones y me di cuenta que era por ahí, que en realidad lo que yo quería era  contar historias pero escribiendo las canciones yo. Ahí empecé a hacer música. Amo el teatro y siento que está muy presente en lo que hago y en la manera de encarar la música, pero ahora estoy con mucha energía puesta en eso. Quién te dice que el día de mañana quizás se vuelva. 

¿Van de la mano el canto y la actuación?

- Para mí si van de la mano el canto y la actuación. Para mi manera de verlo y sentir la música, siento que es un hecho teatral. Siento que cuando te subís a cantar le estás contando una historia a la gente. Está bueno verlo de esa manera y creo que a la gente le llega de otra forma también. 

¿Tu paso por ciclos como La Voz, La Banda de la tele o Dar la nota, por dar algunos ejemplos, significó un salto en tu carrera o no fue lo que esperabas?

- Si, cien por ciento. Yo creo que todas las cosas que fui haciendo y pasitos que fui dando construyeron la carrera del presente. Cada paso, digamos, cada cosa sea más grande o pequeña te va formando y aprendí un montón de cada una de esas experiencias. Cuando participé en La Voz fue una de las primeras cosas que hice porque era chica, tenía 18, y me re formó.

Aprendí un montón. Sobre todo cosas que tienen que ver con los tiempos del aire, ¿no? Y con el hecho de también de permitirse entrar. Lo más importante y lo que me parece que está bueno es hacerlo muchas veces porque al principio cuesta y está bueno eso entrenarlo y exponerse a esas situaciones de permitirse conectar con la interpretación a pesar de los nervios que produce la tele.

Es lógico que las primeras veces uno esté más nervioso o sienta que no puede llegar a conectar del todo. Eso después, a medida que te vas exponiendo, lo vas trabajando y vas pudiendo relajar y conectar como si estuvieras en tu casa o en el escenario sin la tele. También intimida la cámara, no es lo mismo.

De hecho, si bien no es la misma circunstancia, me pasó un poco también cuando fue el momento más heavy de la pandemia que era todo por streaming y de repente hicimos la presentación de mi primer disco por streaming y era estar cantando al lente de la cámara en lugar de a la gente. Era muy raro y fue una experiencia distinta.

Obviamente que tiene su lado positivo, ya que en ese momento pudimos seguir haciendo música, generando espacios de unión y le permitía a la gente que no estaba en la misma ciudad pueda acceder a un show al no se presencial. Tiene cosas positivas, pero no es lo mismo que un vivo. Creo que siempre está bueno sumar. Que esté el streaming como opción me parece que está bueno, pero sí no me gusta pensar en un mundo donde una cosa reemplace a la otra. 

Pero en 2017 decidiste salir a recorrer el mundo...

- En realidad yo siempre me había imaginado desde muy chica en algún momento dejando todo un tiempo a ver qué me pasaba, a probarme a mí misma, no sé, a conocer otras culturas. Sí a hacer música, pero no necesariamente ni siquiera yéndome por trabajo sino esto de frenar todo y decir "ok, trabajar en mí misma en otro lugar".

Y en ese momento, en 2017, se alinearon los planetas. Yo estaba haciendo teatro acá, venía de hacer una obra que me dejó un montón de cosas lindas, estaba muy enfocada en eso y estaba empezando a sentir ganas de componer música. De hecho mi primer single lo saqué en 2017 y me estaba pasando ese cambio de identidad. Se linearon los planetas y me dije "es este el momento para tomar un tiempo, irme y ver qué me pasa en otros lugares". Primero me fui a Nueva Zelanda con un proyecto. Me fui en pareja, pero la pareja no funcionó, Nueva Zelanda tampoco funcionó y terminé soltera viviendo en Dinamarca. Sí, muy random. Fue muy divertido y fue una experiencia de muchísimo crecimiento.

¿Cómo fue la vida allá?

- Al final allá terminé haciendo música porque es lo que soy en realidad. Aunque me aleje un montón voy a terminar haciendo eso. Fue muy intensa la vida allá porque se juegan muchas cosas. Por un lado es una experiencia increíble porque conocés un montón de gente, te descubrís a vos mismo haciendo cosas que no sabías que podías hacer y por otro lado, escuchás una canción o el olor de una comida que te hace recordar a tu país y te largás a llorar.

Hay días donde la nostalgia es un montón o se extraña mucho también. Yo soy muy apegada a mis afectos y esa fue una de las razones que me hizo querer volver a vivir acá. Pero la experiencia de estar afuera, de vivir en otro lado y de tener esa libertad de decir "ok, puedo empezar de nuevo, puedo ser quien quiera y hacer lo que quiera" te hace reafirmar tus elecciones. Estando allá dije que quería formar una banda, seguir haciendo música y tocar allá. Fue muy enriquecedor desde ese lugar, escribí muchas canciones y de hecho Alquimia, el disco que acaba de salir, está caso todo hecho durante el viaje. Ese viaje fue muy enriquecedor, como persona y como artista. 

Es cierto que allá los ritmos de vida son otros y que por ahí nosotros tenemos una vehemencia o cuestión de intensidad a la hora de hablar y gesticular. Somos muy pasionales en un montón de cosas que por ahí allá culturalmente no es que no lo sean, pero tienen otros modos que tal vez nos parecen raros a nosotros. Yo no sentí que la gente en Dinamarca sea mucho más fría, sino que tienen otras maneras.

Tal vez si vas un par de días te parezca que son fríos o distantes, pero una vez que uno se instala allá y empieza  a ver las distintas formas de expresarse que por ahí puedan llegar a tener....culturalmente son dos cosas distintas, pero la verdad es que no somos tan distintos. Lo que sí es muy distinto es el clima, es implacable y el invierno es durísimo.

A las cuatro de la tarde ya está oscuro como si fueran las once de la noche. Eso sí fue muy difícil y muy diferente. Eso fue lo más duro. Nunca me imaginé quedándome para siempre allá, pero si barajé la posibilidad de quedarme un año más allá aunque me di cuenta después que no, que quería volver y estar acá para estar con mi familia, amigos y seguir haciendo música. Me pasaba que tenía ganas de estar acá, de tocar en mi ciudad, en mi país y con público hispanohablante porque si bien allá hay un montón de movida latinoamérica, los daneses en su mayoría no hablan en español y había algo que se perdía. Siempre lo vi como una experiencia que empezaba y terminaba. 

¿Cómo está actualmente el escenario musical? ¿Crees que está dominado por un solo género?

- Creo que está pasando algo re interesante a nivel escena argentina. Siento que hay mucha proyección internacional, que es un momento muy copado para la música argentina y está buenísimo lo que pasa con el género urbano. Siento que hay lugar para todos los géneros, que cada estilo va a encontrar a su público y si bien por ahí hay estilos que tienen más exposición que otros, eso son momentos. Por ahí en otra época esos estilos eran otros y funciona de es amanera. Hoy con las redes sociales hay un montón de lugares donde uno se puede exponer y salir en búsqueda de ese público. 

Tu música reúne elementos del jazz/blues, el folclore y ritmos que se acomoden a la letra. ¿Por qué te volcaste a este concepto de vivencias personales?

- A mi me pasa eso con la música, tanto cuando hago canciones como cuando escucho música. Mi lista de reproducción son súper variadas. Es como que el hilo conductor para mí entre las canciones.....armo listas de canciones que me hacen pensar por ejemplo que hablan de tener que dejar ir a una persona o canciones que hablan de una ruptura o que se levantan el ánimo por lo que dicen.

Pero capaz entras a la playlist y están conviviendo Jorge Drexler con Paramounts o Billie Eilish, nada que ver, o sea, como, que no hay....sinceramente cuando escucho música, oigo las historias y entonces cuando compongo no me gusta atarme a un solo estilo o género. Voy agarrando elementos de los géneros que por ahí siento que más vana potenciar esa historia. 

Me gusta mucho. A mi en general cuando escucho música me parece muy interesante como está la posibilidad del arte de agarrar algo, una experiencia vivida o una emoción, y convertirla en algo que de repente nos hace sentir acompañados. Viste cuando escuchás una canción y decís "ay, no me pasó a mi nada más". Es como si alguien hubiese leído tu historia y escrito esa canción. Es muy mágico cuando la música llega a ese nivel y cuando escribo lo hago desde mi experiencia o experiencias que le hayan pasado a gente que yo conozco. O historias por algún motivo me dan ganas de compartir y me atraviesan. Es muy linda la unión que se genera entre las personas cuando una canción las atraviesa. 

Tu tema fuerte, por dar un ejemplo de tu nuevo disco Alquimia, muestra un fuerte compromiso con el empoderamiento femenino...

- Fuerte es una canción que yo escribí cuando estaba en Dinamarca, en el año 2018, y es una especie de carta de agradecimiento si se quiere a las mujeres y a la lucha de las mujeres que puntualmente estaban acá poniéndole el cuerpo en su momento cuando se debatía la ley del aborto que terminó saliendo dos años después.

Básicamente tiene que ver con eso, con reconocer esa lucha incansable a través de los años de ir conquistando un derecho tras otro. Cuando escribo algo que tiene que ver más con una experiencia del feminismo, en realidad no del feminismo porque no me siento autorizada para hablar del feminismo, pero sí desde mi experiencia como mujer, que es en al cual otras mujeres pueden o no sentirse identificadas.

Eso es algo muy poderoso que tiene la música y lo que sucede es que siendo mujer hay un montón de cuestiones que te atraviesan día a día y siento la necesidad de hablar de eso desde ese lugar porque son cosas que me atraviesan a mí o a las mujeres de mi entorno. Siento que si uno tiene algo para decir y lo dice, nunca sabés quién puede estar del otro lado para escucharlo y hacerle bien.

O quién puede estar necesitando escuchar eso puntualmente en ese momento. Desde ese lugar es que digo que no me lo voy a guardar porque tal vez alguien puede llegar a necesitarlo. Así como me pasa a mi cuando escucho una canción que llega a mi por lo que sea y me dice eso que yo estaba necesitando escuchar o que no sabía que necesitaba escuchar. 

Sos dueña de una voz envidiable..¿ pero crees que muchos artistas abusan de la tecnología para cantar?

- Es un recurso más. Está bueno no cerrarse a esos recursos estéticos. De repente se me viene a la mente Rosalía que tiene una voz ¡increíble! y que usa un montón el auto-tune como recurso estético. Le da otros colores que está buenísimo y los potencia. Está bueno siempre sumar. No necesariamente es para corregir imperfecciones de la voz, sino que puede ser usado como un recurso estético que le da un sonido más metálico o robótico a la voz que está bueno. No siento que sea algo negativo en absoluto. 

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