22 Octubre de 2020 17:52
Desde este viernes, Netflix incorpora a su catálogo toda la saga de Rocky, el icónico boxeador creado por Sylvester Stallone. No sólo están Rocky (1976), Rocky II (1979), Rocky III (1982), Rocky IV (1985), Rocky V (1990) y Rocky Balboa (2006) sino que también sus dos spin-off: Creed (2015) y Creed II (2018).
El imperecedero éxito de las películas fue el punto final de un camino que comenzó con el actor literalmente en la lona: en bancarrota y sin posibilidad de conseguir papeles sustanciosos en el cine, encontró la inspiración en el boxeo, su deporte favorito.
La lamparita se encendió cuando vio la pelea de Muhammad Ali contra Chuck Wepner, un púgil ignoto que si bien perdió por nocaut técnico en el round final, logró mandar al suelo al invencible campeón en el noveno.
Fue así que Stallone se inspiró para escribir -en sólo tres días- el guion de Rocky, el filme en el cual un humilde, noble y perseverante boxeador italoamericano logra enfrentarse a Apollo Creed, campeón mundial de los pesados.
Eventualmente el actor consiguió que los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff adquieran el guion con una única condición: él mismo quería protagonizar el filme.
El presupuesto de la película fue tan ajustado -apenas un millón de dólares- que todas las tomas en exteriores debieron filmarse con luz natural y los extras fueron integrantes de la propia familia de Stallone.
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Éxito impensado
Rocky se estrenó el 21 de noviembre de 1976 en Nueva York y se convirtió en un éxito tanto comercial como para la crítica, alzándose con tres Oscar al año siguiente: Mejor película (superando, entre otras, a nada más y nada menos que a Taxi Driver de Martin Scorsese), Mejor dirección (John Avildsen) y Mejor montaje.
En la segunda entrega de la saga, Rocky -quien había sido vencido por Creed en el primer filme- logra convertirse en campeón. Pero aquí se retratan también sus luchas personales como obrero (se queda sin trabajo luego de ser despedido de un frigorífico) y hombre de familia: recientemente casado con su novia Adrian, se convierte en padre.
La tercera película vio al boxeador enfrentándose a un nuevo retador: Clubber Lang, interpretado por Mr. T. Sin embargo, en la siguiente entrega llegaría el villano más aclamado de toda la saga.
Así, en Rocky IV hizo su aparición Ivan Drago, la máquina asesina soviética encarnada por Dolph Lundgren que causa la muerte en el ring de Creed (ahora convertido en íntimo amigo de Rocky). Sediento de venganza, el protagonista viaja a la Unión Soviética para enfrentarlo en un combate inolvidable.
La quinta película llegó en 1990 y no logró seducir al público. Tanto que Stallone decidió poner a dormir a su creación durante más de 15 años.
Rocky Balboa, la sexta entrega, muestra al boxeador ya viudo e intentando mejorar la complicada relación con su hijo, ya adulto. Así, decide volver al ring una vez más para intentar probarse a sí mismo que aún tiene vivo el fuego del combate.
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Para volver a encarnar a Rocky, sin embargo, Stallone decidió contar una nueva historia: la de Adonis Creed, el hijo ilegítimo de su fallecido amigo Apollo, un joven e impetuoso boxeador encarnado por Michael B. Jordan, de quien se convierte en entrenador.
Y en la segunda entrega de esta nueva serie de filmes, sorprendió -y sin dudas complació- a los fans de Rocky trayendo de regreso a Drago, cuyo hijo Viktor se convierte en el retador del título obtenido por Creed.