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Rosenfeld renunció a LAM: la batalla con Latorre, la interna con la producción y el festejo del equipo

La abogada duró apenas dos meses como panelista del programa de chimentos. 

20 Mayo de 2022 14:21
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Se terminó la pelea y la ganadora por abandono fue Yanina Latorre. Es que después de cruces tremendos en el ring que montaron en LAM, Ana Rosenfeld tiró la toalla y presentó la renuncia frente a Ángel de Brito y la producción. En silencio, la mayoría celebró la decisión. Pero Latorre decidió festejar su triunfo en las redes sociales. 

 

Antes de eso, la abogada, que había asomado en su nuevo rol de panelista de chimentos para brindar asesoramiento sobre cuestiones jurídicas, decidió dejar el programa y lo contó en público. "Me van a seguir viendo, supongo que me van a invitar. Quiero, primero, agradecer a Ángel que me invitó a participar del programa. El horario me motivó a aceptar la propuesta, porque de 20 a 22 horas... Cuanto más tarde llegue a casa mejor me voy a sentir por cosas que sabe que viví el año pasado"”, afirmó en referencia a que vive sola desde el fallecimiento de su marido Marcelo Frydlewski

 

Y sumó: "Pero tengo demasiadas cosas que hacer en mi horario profesional que me obligan a faltar. Todas las semanas tengo que ir a provincias. Tengo conferencias y cursos que dar y divorcios que atender. Me parece desprolijo que se pusiera todo el tiempo una reemplazante".

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Por último, al ser consultada si se iba por las peleas con Latorre y la denuncia de varias de sus ex representadas legales, Rosenfeld respondió: "No me voy por las denuncias de mis ex clientas. Nada de nada tuvo que ver con esta decisión. Me voy triste porque creo que soy un gran aporte al programa".

 

Lo cierto es que, aunque ella lo niegue, De Brito y la producción esperaban su partida. Y Latorre hizo todo lo posible para complacerlos. La primera señal de alerta de los integrantes del programa eran las exigencias de la abogada hacia sus compañeros de producción, a quienes trataba como si fueran sus propios empleadas o secretarios. 

 

El otro punto era que nunca acataba las órdenes ni los pedidos del conductor. Cada vez que De Brito le pedía información sobre las causas judiciales que ella maneja, se negaba. Las diferencias se acrecentaron cuando trataron el tema Luciana Salazar contra Martín Redrado, y ella no brindó un dato ni quiera en off para el programa que la había contratado. 

Por último, lo que selló su final en el programa fueron sus constantes faltazos por viajes vinculados a su trabajo o a las vacaciones, pero también la mala relación que empezó a tener con el resto de las panelistas. Mientras que con Latorre ya no se hablaba, el vínculo con Estefanía Berardi era nulo al igual que con Nazarena Vélez. En tanto, con Andrea Taboada charlaba de vez en cuando y con Pía Shaw solía mantener un dialogo más asiduo. 

 

La primera pelea entre Latorre y Rosenfeld fue el jueves 30 de marzo, a semanas del inicio del programa en América. En un cruce de opiniones, Rosenfeld le pidió que dejará hablar al resto de sus compañeras. La esposa de Diego Latorre la miró desafiante y lanzó al aire una amenaza:  “Ahora por eso que dijiste de buchona, me vas a padecer”. Cumplió. 

Ese mismo fin de semana, la panelista inició una campaña de desprestigio contra la letrada en redes sociales. La mayoría pensaba que se trataba de una estrategia de la producción de LAM para levantar el alicaído rating de aquellos días. Por eso, utilizaban un clásico del envío de De Brito: la pelea entre mujeres. Pero esta vez todo iba más allá.

 

Desde un vivo en Instagram, Yanina destrozó a Ana. “No me gusta la abogada panelista. Punto uno; no me gusta la gente que destrata o que trata con cierta soberbia a la gente que labura. Nosotros en LAM somos un equipo que trabaja con mucha gente, no somos solamente un conductor y seis panelistas, como ella que es una ignorante con lo que escribió. Hay camarógrafos, hay sonidistas, hay productores, hay vestuaristas y maquilladores. Esta señora a esas personas no las registra, les dice 'nena', 'nene'”, afirmó la panelista. 

 

Y siguió: “La abogada panelista no entiende el código del laburo. Nosotros ahí vamos a laburar, no somos Susana Giménez. Los chicos que están ahí, hacen el programa y se los trata con respeto. Hay pibes que están siete horas en la oficina preparando el programa, no les decís 'nena' y 'nene'. Eso es lo que me empezó a cagar, el destrato que tiene con la gente fuera de cámara y que se cree Susana Giménez; hace cinco minutos que estás trabajando de panelista”.

 

Por último, relató: “Nunca le gusta nada de lo que le traen las vestuaristas. ¿Un día saben qué le dijo? 'Yo uso ropa importada'. La chica fue y le trajo algo importado de un mayorista y ella le dijo 'Te voy a invitar a mi vestidor, yo uso Gucci, Dolce Gabbana'.  También me molesta que es chupamedias, que no dice nunca la verdad, que defiende lo indefendible de todos sus amigos. Yo voy a laburar, me preparo, estoy informada. Y esta señora que todo te lo tira abajo, en un momento me hizo callar cuando nos estaba yendo bien, era el pico de rating del programa, me hizo callar. Mi consejo, abogada panelista, sería: andá, aprendé, cerrá un poco el or..., escuchá a tus compañeros, aprendé a laburar y no quieras interrumpir porque te da celo o envidia que al otro le vaya bien. Yo juro por mis hijos que todo esto que conté es verdad”.

 

A la semana siguiente, Latorre consiguió la denuncia de todas las ex clientas de Rosenfeld. Las mujeres acusaron a la letrada por haber perdido miles de dólares por diversas clausulas que les hizo firmar en sus juicios de divorcio. Además, la panelista aseguró que la abogada no ganaba ningún juicio y, en ocasiones, hacía “dormir” las causas. Días después de ese cruce, Ana se fue del país por un mes. A su vuelta, la batalla siguió. Y Rosenfeld cometería un error enorme.

 

Una noche, en el vivo del programa, la abogada recordó que cuando tenía 24 años sufrió cáncer y que su médico le había dicho que le quedaba solo un año de vida. Además contó que tras ese diagnóstico, decidió separarse de su primer marido. Después de eso, y según sus palabras, se recuperó y conoció a Marcelo. 

Unas horas después, un hombre acusaría de “mentirosa” a la letrada. Su nombre era José Hener, también conocido como el primer marido de Rosenfeld. En una entrevista, el empresario contó que se había separado a los tres años de matrimonio y que fue él quien se encargó de que cumpliera con todos los tratamientos médicos y la operación de cáncer. También negó que la abogada tuviera chance alguna de morir durante aquellos años. 

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“Cuando empezamos a viajar, yo notaba que se caía. Entonces, cuando volvimos a Buenos Aires la llevé con un médico que le hizo una radiografía y el resultado fue que tenía carcomida la cabeza del fémur, y nos dijo que tenía que hacerse una biopsia”, contó Hener.

Y siguió sobre aquel diagnóstico: “Yo busqué al mejor anatomopatólogo de Buenos Aires, que era una eminencia y tenía buenas referencias. El diagnóstico fue que era un cáncer benigno no invasivo. Jamás un cáncer tan maligno se deja sin otros tratamientos postoperatorios como la radiación”.

 

Sobre la enfermedad, confesó: “Que era un cáncer, que era un tipo de intervención de huesos. Por llamarlo de alguna manera, un cáncer benigno. Porque eso no era un tumor. Todo lo contrario, carcomió el hueso, que es inhabitual en un cáncer ¿Si le dijeron que le quedaba un año de vida? Claro que no. Cuando le llevé a las 48 horas los resultados para que se quede tranquila y prepararla para la operación, le dije que vaya tranquila, que le iban a rellenar esa parte. Y le rellenaron con huesos esa parte, con sus propios huesos porque era joven”.

También dijo: “El único que se ocupó desde el principio fui yo. Cuando noté que le pasaba algo en la pierna la llevé al mejor profesional. Yo corría de un lado para el otro, desesperado. Dejé todo para ocuparme de ella. La acompañé de punta a punta. Hasta en la rehabilitación, que la hizo un mes después de la operación. Mi ex esposa en 60 días ya estaba haciendo vida normal. Jamás la desatendí en esa situación. Ni tampoco nos divorciamos en ese momento. Pasaron un par de años y las causas fueron muy diferentes”.

 

Así fue que Latorre tomó la posta y desde Twitter escribió después de leer la nota de Hener: "Otra mentira más de la #abogadapanelista... esta señora no entiende nada. Miente, inventa, le gusta el drama. Ya inventar que te dieron un año de vida...un poco de respeto para la gente que si padece enfermedades". Por entonces, los días de Rosenfeld en el programa ya estaban contados. 

 

Una semana más tarde le avisó a De Brito que se iba de LAM. La celebración por la renuncia fue discreta. Menos para Latorre que le guardó una dardo final a Rosenfeld en forma de RT en Twitter. La panelista tomó el posteo de una seguidora llamada Gaby Centurin  y lo republicó: “Se va por las denuncias que no puede explicar y que iban a terminar arrastrando a todo el programa y quizás a todo el canal". En el centro del ring, Yanina celebra haber liquidado a la abogada. 

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