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Rumi en BBN: de ganar Gran Hermano a viajar por el mundo y actuar en una serie de Disney

El influencer trabajó en varias ciudades de Europa y Estados Unidos hasta que regresó al país para cumplir otro sueño.

por Eli Salas

14 Octubre de 2023 08:00
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Aunque hizo base en muchos rincones del globo, Rodrigo Fernández Rumi, actor, influencer y ex ganador de Gran Hermano 2012, hoy elige estar un poco quieto. “Estuve viviendo en España el año pasado que me fui a explorar, a hacer contactos y me sentía como en Buenos Aires. Pero ahora me alquilé un departamentito en mi pueblo porque tengo ganas de sentirme parte de un lugar”, admite el entrerriano que, antes de regresar a su hogar natal, para regalarse un verano en calma, estrenó nueva serie en Disney+. 

“Estoy contento con la gente que ya la vio y capaz es la primera vez que te descubre. Al mismo tiempo, esperando que salga la segunda temporada que es donde mi personaje está más fuerte y además tengo mis propios videos musicales y canciones, cosa que no había tenido antes”, adelanta sobre “LPOP”, donde en contraste con el excéntrico villano que compuso en “Disney BIA”, se prueba como uno de los galanes teen de la ficción juvenil.

-Para muchos artistas, trabajar en Disney es un punto de llegada. ¿Era el tuyo también o vino de yapa? 

-Yo crecí mirando a Cris Morena. Ese era mi sueño. No existía tanto el mundo Disney y cuando salgo de Gran Hermano, había sido el boom de “Violetta”, “Soy Luna” y como Cris no estaba haciendo nada, ese fue mi objetivo. También me pasó que al salir no lo sufrí, pero sentí un prejuicio del mundo de la tele con los reality. No como pasa ahora, que son tan famosos que son aceptados.

-¿Pagaste mucho derecho de piso?

-Sí, lo re sentía. Me acuerdo que una vez me dijeron algo, no sé si con mala leche, pero me quedó marcado: “¿vos estás acá porque querés ser famoso o querés ser actor? Antes, si salías de un reality, eras un busca fama.

-Pero vos le huiste a esa fama enseguida y hasta te fuiste a girar por el mundo...

-Porque rápidamente aprendí que era efímera y siempre recuerdo a Martín Pepa, que había estado en la edición anterior, diciendo que lo más difícil de salir era que así como subías, bajabas. Que todo el mundo te dice que sí a todo, que sos re groso...

 

-Y vos terminaste en Suiza, donde nadie te conocía.

-Me fui porque tenía una familia amiga viviendo allá, que me invitó y me terminé quedando casi 6 meses. Para ganar plata ayudé en mudanzas, a gente mayor, les limpié la casa a unos abuelitos que al día de hoy me mandan postal todos los años para Navidad. Trabajé en una granja donde limpiaba y le daba de comer a los animales. Fue la primera plata real que me gané, en dólares, por hora. Ahí me di cuenta que podía vivir en otro lado.

-Después te instalaste en Los Ángeles, donde conociste figuras como Miley Cryus...

-Sí, yo trabajaba en un restaurante de comida mexicana en una zona no muy turística, donde andan muchos actores. Vinieron la rubia de “Spiderman”, un chico de “Los Juegos del Hambre”. Y un día, estaciona un auto y era Miley Cyrus. Entró re buena onda, se tomó unas margaritas con una amiga. A la salida aparecieron unos fans, se sacó fotos con todos y se quedó charlando.   

 

-¿En el festival de Cannes también te encontraste muchas figuras? 

-Fue muy subreal, pero estaba justo en España, se estrenaba una peli de Disney y fui como Embajador representando a Latinoamérica. ¡Era un lujo! Durante el día veías gente con diamantes, oro y joyas vestidos de alfombra roja en la calle, todos autos negros. 

-Sos de los pocos ganadores de “Gran Hermano” que no se sumaron a los debates o a panel de programas satélites. ¿Fue decisión tuya o nunca te llamaron?

-Nunca me llamaron y nunca me mostré interesante para eso. Siento que no sería bueno. Capaz que hoy sí, pero antes era re tímido. Me gustaba actuar y hacer personajes, pero interactuar en la vida real me daba vergüenza. Cuando recién salí, me habían ofrecido hacer prensa inventando un romance y no lo podía creer. Me sobrepasaba. Yo vivía solo en Buenos Aires, recién cumplía 18 y no era caradura. Era un nenito de Entre Ríos.

-Hace poco se viralizó un video tuyo de TikTok, donde hablabas de fraude en Gran Hermano. ¿Te costó cara la broma?

-Uno sabe lo que hace, pero no pensé que iba a funcionar tanto. Lo subí y  a las 5 horas ya se me había ido de las manos. Entonces subí otro video diciendo que era mentira, pero ya no funcionó tanto.

 

-¿No te llamaron de Telefe?

-No, cero. Pero me llamó la atención el poder de las redes. Un montón de gente en la calle me volvió a parar y argentinos en Brasil me reconocían de nuevo como “el de Gran Hermano”.

-¿En qué te gastaste el premio? ¿Invertiste? ¿Ahorraste?

-Me compré un departamento. En ese momento podía uno de dos habitaciones y justo antes que me pagaran, empezó el famoso cepo al dólar y empezó el mundo del dólar blue. Entonces tuve que empezar a buscar de una habitación, que igual está buenísimo.

-Antes hablar de salud mental era tabú y ahora muchos de los nuevos “hermanitos” lo han vivido y contado. ¿Vos atravesaste algún episodio?

-Cuando salís estás sobrepasado, como algo que te está comiendo por dentro. Me acuerdo de ir a un boliche y que me diera una angustia difícil de explicar o ganas de llorar.

 

-¿Y adentro de la casa?

-Cuando era chiquito tenía ataques de pánico, con la muerte, de sentir que no podía respirar. Y sentía que lo había superado, pero una noche en Gran Hermano de la nada aparecieron. Salté de la cama, recuerdo que me empezó a dar calor, me sentí triste, fui a la cocina y me hice un té. Me volvió como ese miedo a morirme. Estuve casi 6 meses adentro.

-¿La puerta siempre está abierta para salir o no es tan así?

-La puerta estaba trabada, no es que vos la abrías y salías. Y ponele que pudieras volar, el patio estaba todo cubierto por una red gigantesca porque había gente que tiraba cosas. 

-¿Qué pensás de la elección de esta nueva camada GH? ¿Te identificaste con alguno?

-Me sentía como Nacho y un poco como Marcos, aunque él era muy tranquilo. Creo que el casting estuvo re bueno, pero hay una cosa que se arma por fuera, con los debates y que me ayudó a mí a ganar. El chico del interior, boludo, pendejo, jodón, pero tierno. Y así se decidió ponerme ese “título” y eso hace que la gente también.

 

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