Argentina está en vilo por la salud de la Mona Jiménez. El cordobés no dudó en internarse este mismo miércoles tras sufrir un principio de accidente cerebrovascular (ACV). Las noticias no son del todo malas, la querida Mona está estable, aunque seguirá internado. Fue la familia del cantante quien lo llevó al Hospital Cardiológico de Córdoba al notar que algo le estaba ocurriendo al músico.
Según trascendió, La Mona estaba cenando tranquilamente con su familia cuando, de repente, “se mareó y se le torció la boca”. Ante la angustiante situación, actuaron rápidamente y pudieron salvarle la vida. La Mona que tantas alegrías nos ha dado en fiestas, trasnochadas y reuniones con amigos, no venía muy bien de salud. Tenía dolores estomacales muy fuertes, lo que lo hizo permanecer internado durante varios días.
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De hecho, se conoció que a pesar de que le extirparon el bazo, siguió trabajando como si nada. Hasta el momento del cierre de esta nota, no hay más novedades sobre la salud de la Mona Jiménez sólo que está en terapia intensiva. El músico cuartetero se encuentra alojado en el Instituto Modelo de Cardiología de la ciudad de Córdoba y no se moverá de allí hasta que evolucione y haya un cuadro preciso de las potenciales secuelas que pueda tener.
Cómo fue el último recital de la Mona en el Obelisco
La convocatoria era a las 18 horas pero la gente empezó a llegar desde pasado el mediodía. Cuando la Mona subió al escenario la gente estalló, fiel a su estilo usaba un traje con brillos, serpenteaba sus caderas y el paso de la manito (que se lo robó a un niño, según el mismo confesó) no faltó.La Mona festejaba 55 años de carrera con una jovialidad impresionante, su voz que no cambió sonaba fuerte y claro en medio de la Ciudad de Buenos Aires con el Obelisco por atrás. El multitudinario recital era gratis y la gente fue desde los lugares más recónditos a verlo, se calcularon unos 60 micros llegando.
Nadie faltó a la vista del cuartetero: fiesteros, grupos de amigos, familias enteras, grupos de mujeres que iban con sus hijos y los niños infaltables en los recitales de la Mona, bailaron corrieron y celebraron al cuidado de los más grandes. No cabía ni medio alfiler, aquella conga duró una hora y media de felicidad.