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Sebastián Presta: "Éramos unos inconscientes, hoy en día no me causa gracia volver a hacer Préstico"

El actor protagoniza, junto a Graciela Tenenbaum y Vicky Almeida, la obra dirigida por Diego Reinhold: "Mi madre, mi novia y yo". 

por Alejo Paredes

25 Diciembre de 2021 23:00
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Todos los caminos conducen a Roma. O al menos, eso decimos cuando queremos demostrar que hay muchas maneras de llegar a un mismo objetivo. Y se puede decir que la carrera de Sebastián Presta está directamente asociado a este refrán. Si bien desde joven su meta era la de convertirse en actor, la vida lo llevó a recorrer distintos senderos y, casi sin querer queriendo, como diría el gran Roberto Gómez Bolaños, alcanzó su meta.

Actualmente, el ganador del Martín Fierro en 2016 por su labor en Préstico, el segmento humorístico que lo catapultó a la fama y que realizaba en Duro de domar, uno de los ciclos que llegaron a su fin luego por la  productora PPT, protagoniza, junto a Graciela Tenenbaum y Vicky Almeida, la obra dirigida por Diego Reinhold: "Mi madre, mi novia y yo", que se estrena el 6 de enero, el Paseo La Plaza. "Podría ser un sketch de humor tranquilamente. Trata de un hombre de 43 años, muy mamero, que vivió toda su vida con su mamá. Él se enamoró de una compañera, muy adulta e inteligente, y decide presentársela a su madre en Noche Buena", cuenta en una charla íntima con BigBang.

El hilo argumental de la obra y donde el humor se sostiene, es que el personaje de Presta le pide a su madre que no le cuente a su pareja que a sus más de 40 años vive con ella, mientras que a su novia le ruega que no le cuente que en enero se irán a vivir juntos. "Entonces no se cómo decirle que me voy de la casa y que ella no se entere que vivo ahí. Ella de los 18 años vive sola y se encuentra con un boludón que vive con su mamá", sostiene, entre risas.

Si bien hoy se desempeña como actor arriba de las tablas, su carrera lo llevó a deambular por distintos trabajos asociados a la televisión: primero comenzó como cadete en una producción, luego su necesidad por aprender lo llevó a convertirse en asistente de camarógrafo y más tarde se convirtió en operador de video. "De a poco empecé a aprender,  después me convertí en asistente de cámara en América y comencé a trabajar en Gente que busca gente", recuerda.

Mientras trabajaba, estudiaba teatro para poder alcanzar su meta de convertirse en actor. "A mi me pasa algo. Yo sé que estoy catalogado como humorista, pero me considero un actor que hace humor. La realidad es que no tengo un show de humor, no lo tengo. Hay humoristas que arriba de una mesa hacen un show y yo no lo puedo hacer", aclara en la descontracturada charla que mantuvo con este sitio. 

Finalmente, su esfuerzo lo llevó a convertirse en asistente de producción y como el productor fue ganando terreno en su vida, su faceta de actor fue quedando cada vez más relegada. "En 2005 con Sebastián Wainraich empezamos a hacer Kitsch TV -una parodia a los programas de cable, dentro de Duro de domar (por entonces en Canal 13)- y ahí fui a un canal importante, y empecé a meterme en la ficción", relata. 

Duro de domar emigró a la pantalla de América en 2009 y Wainraich se despidió entonces de su absurdo personaje de Tony Carracedo. Pero antes de fin de año, elaboró un especial con lo mejor de Kitsch. "Cuando se fue Seba Wainraich me quedé a cargo de la sección de humor de Duro de domar. Y ahí fue donde el segmento explotó hasta que en el 2016 nos echaron a todos y  comencé a hacer teatro. Dejé de ser productor y me puse a actuar", sostuvo. 

A días del estreno de "Mi madre, mi novia y yo" -será el 6 de enero en la Picasso de Paseo La Plaza- Presta habló de todo: el día que no pudo responderle la carta a un fanático porque se le manchó con mate, cuando lo confundieron con Sebastián Wainraich para una entrevista y del humor como la única expresión artística a la que se le reclaman límites. "Cuando hacíamos Préstico éramos unos inconscientes y hoy en día no me causa gracia volver a hacerlo", afirmó.

La entrevista completa a Sebastián Presta

¿De qué trata esta obra?

- Podría ser un sketch de humor tranquilamente. Trata de un hombre de 43 años, muy mamero, que vivió toda su vida con su mamá. Él se enamoró de una compañera, muy adulta e inteligente, y dicide presentársela a su mamá en Noche Buena. Pero le pide que no le cuente a su pareja que vive ahí con ella. Además, él y su novia deciden que enero se van a vivir juntos, entonces no sabe cómo decirle a su mamá que se va de la casa y a su vez, busca que su novia no se entere que vive ahí. con su mamá. Ella de los 18 años vive sola y se encuentra con un boludón que vive con su mamá.

No hace mucho afirmabas que el teatro te daba una especie de vértigo...¿te sigue pasando?

- Cada vez menos, pero me sigue dando vértigo porque en el teatro trabajás sin red. En la ficción te equivocas, va de nuevo y a la miércoles, pero me estoy curtiendo. Esto fue todo un entrenamiento. Me contrató Telefe para una tira, hicimos un novelón que sale el año que viene y estuve ensayando mucho tiempo. Le dediqué muchas horas. Eso me dio un entrenamiento muy importante.

Ahora estoy disfrutando más. La pandemia me ayudó de cierta manera porque necesitaba parar. A mi, personalmente, parar me hizo bien. Me deprimí, me encontré conmigo mismo, fui al psicólogo, pasé por un psiquiatra. No le dediqué mucho tiempo a ninguno, pero este parate me hizo encontrarme conmigo mismo y ahora disfruto mucho más de lo que hago. 

¿Cómo fue pasar de la televisión al mundo digital y luego a las tablas?

- La verdad que el cambio de la tele a las redes sociales fue medio sin querer. Trabajábamos para Duro de donar haciendo humor y era tener todo listo, producido y preparado, para cuando llegara el martes. Como el segmento gustó, el público cortaba esos sketches y los mandaba por las redes. Entonces se empezó a viralizar el trabajo. Todo se fue dando sin querer y fue por eso que decidimos subirlo a YouTube.

En Préstico había una productora (PPT, Pensado Para Televisión) importante donde contrataban extras y tenía una locación para grabar. Ahora, mucha gente genera contenido y hace todo con un celular y ya, pero para responder a tu pregunta, de la televisión a las redes fue sin querer. Lo del teatro fue diferente porque fue un salto muy grande. Ahí cuando hacés la función, a la gente le gusta o no en el momento. Ahí no tenés red, eso me sigue dando un poquito de cuiqui. 

Si tuvieras que elegir uno de estos tres escenarios ¿cuál sería? 

- Yo creo que la ficción en la televisión o el cine. Creo que son otros tiempos  y está la posibilidad de hacerlo de vuelta. En el cine vas a ver la mejor escena y en el teatro quizás no lo hagas. 

Mirando hacia atrás, ¿soñabas con desarrollar una carrera tan popular?

- Creo que sí, pero nunca imaginé que se iba a dar. Siempre tuve las ganas de que pase y pasó. Lo de Préstico fue increíble porque me llegaron mensajes de todos lados y no solo de Argentina. Me costó creerlo. La primera vez que fui a trabajar a Telefe, con un elenco de la concha de la lora, pensé que se habían equivocado. Creía que habían elegido a otro Sebastián.

Una vez en PPT me dijeron que me llamaron de la revista Rolling Stone (es una revista estadounidense dedicada a la música y la cultura popular) para una entrevista. Se lo conté a mis amigos, a mis familiares y a mis conocidos, y al final era para Seba Wainraich. No llegué a ir hasta el lugar, la misma productora me dijo que se habían equivocado al otro día, después que le dije a todo el mundo sobre la nota.

¿Cómo y cuando ingresaste al medio?

- Yo empecé en un canal de cable en 1998, era cadete y después descubrí una producción. Ahí inicié como asistente de camarógrafo, luego fui operador de video y de a poco empecé a aprender. Después me fui  y me convertí en asistente de cámara en América. También trabajaba en Gente que busca gente y estudiaba teatro. Hasta que un día llegué al puesto de asistente de producción y el productor fue ganando terreno a la vez que el actor fue quedando cada vez más relegado.

Hasta que en 2005 con Sebastián Wainraich empezamos a hacer Kitsch TV -una parodia a los programas de cable, dentro de Duro de domar (por entonces en Canal 13)-  y ahí fui a un canal importante y empecé a meterme en la ficción. Cuando se fue Seba, me quedé a cargo de la sección de humor de Duro de domar hasta que en el 2016 nos echaron a todos. A partir de ahí, comencé a hacer teatro. Dejé de ser productor y me puse a actuar.

¿Hay algunos sketch o formatos de Préstico que dejaste de hacer o tuviste que levantar porque alguien se podría llegar a ofender?

- Préstico salió del 2014 a 2015. Éramos unos inconscientes, teníamos el segmento de "La abuela cocainómana" y al "Dr. Prejuicio", entre otros. Hoy en día no me causa gracia volver a hacerlos, ¿viste?. Como que estamos más aggiornados a la época actual y seguimos aprendiendo. Nos re pasamos, también nos dejaban hacerlo y por aquel entonces ese humor era al común. Ahora sigo subiendo videos viejos, pero los tengo que editar para no ofender a nadie. 

¿Crees que el humor es la expresión artística a la que se le reclaman más límites?

- Al humor se le reclama y está bien. Lo mismo ocurre con la música. Cacho Castaña ya no podría hacer su música en esta época. O mejor dicho, se puede, pero no está bien visto. Es verdad que al humor se le reclama más que al resto, pero está bien. Hubo mucho machismo y patriarcado. También pasó, para seguir con el ejemplo de Cacho, que le hacían piquetes por sus canciones o dichos. Para algunos era mucho y otros pensaban que estaba bien escracharlo.

La realidad es que si no te ponés duro o no tenés firme tus convicciones, las cosas no cambian más. Lo sarpado mío fue en el 2014, 2015 y 2016. Cuando ocurrió este cambio de paradigma, yo dejé de hacer videos. Ahora hay que pensar el chiste un poquito más y la broma puede ir por otro lado, son ofender a nadie. La realidad es que yo no me sentí perjudicado realmente por este cambio, era otra época. Yo no juzgaría hoy por hoy a los que hacían ese estilo de humor y ahora no lo hacen más.

¿A los humoristas se les demanda que hagan humor en su vida cotidiana?

- A mi me pasa algo. Yo sé que estoy catalogado como humorista, pero me considero como un actor que hace humor. Yo no tengo un show de humor, no lo tengo. Hay humoristas que arriba de una mesa hacen un show yo no puedo hacer eso. Un poco sí, sin pedírtelo, las personas quieren que los hagas reír si te encuentran por la calle. Y de repente, se encuentran a una persona más seria.  Me han llegado a decir amargo, pero uno trata de caerles bien aunque hacerles un show me cuesta. Me han parado en la calle para que les grabe un video, me han pedido que putee a sus hijos. Me lo demandan a mi y a otros, pero es lógico que esto ocurra. 

¿Cómo conviven tus vecinos con la personalidad famosa?

- Vivo en un edificio donde, salvo el de seguridad y el encargado, no me dan bola los vecinos. Yo me tomo el ascensor, voy a la cochera y no me cruzo con nadie. Si es verdad que una vez un vecino me mando una nota diciéndome que era actor y que quería conocerme. Me ven como el "loquito de la tele". A ese vecino no lo conocí, pero intenté llamarlo en medio de la pandemia. Agarré el papel, me puse a tomar mate y cuando lo iba a llamar me di cuenta que tenía el papelito lleno de mate, quedé como el orto con el vecino. Aprovecho para pedirle disculpas. 

¿Cómo transitaste y te afectó la pandemia?

Me pasaron dos cosas. Una fue que me hizo parar la pelota, me vino bien, me hizo encontrarme conmigo mismo. Hoy estoy mejor. Pero por el otro lado, estuve un año y medio sin trabajar. Eso era terrible, pero lo más terrible fueron las muertes y que los familiares de aquellas personas no los pudieran despedir. Mucha gente vivía del día a día, de vender en la calle.... fue muy triste. Tampoco había vacunas y no sabíamos qué iba a pasar.

Me pasó que mi mamá estuvo enferma en El Palomar y yo en Chacarita no me podía mover para ir a verla. Pero esto no solo me pasó a mí y tampoco pasó solo acá, sino en todo el mundo. Me acuerdo estar en una calle Corrientes desértica y de haber ido en los últimos días y ver toda la gente de nuevo paseando y dándole vida, eso me llenó de felicidad. Ahora veo que nos estamos descuidando un montón y eso me preocupa un poco.

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