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Sexo sin protección, abusos y extorsión: Gran Hermano y la escuela de ESI que podría haber sido y no fue

La peligrosa "normalización" de prácticas violentas en el prime time y sus consecuencias.

11 Diciembre de 2022 08:00
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Gran Hermano llegó para alimentar el morbo de los argentinos: sexo descontrolado, masturbación, acoso sin importar género, posible embarazo, entre otros éxitos que llevan al tope la espectacularización de la intimidad. Mujeres y hombres hegemónicos con el único objetivo de ser parte de un show, pegar algún trabajo en teatro de revista después o tener más seguidores en Instagram. Independientemente del juego y destino que pueda llegar a tener cada uno de estos 18 participantes, todos buscan algo: ser alguien, durante o después de que este ciclo televisivo termine.

Lo cierto es que, como experimento social, se sabe que funciona. Todo lo que pasa en la casa, no queda en la casa porque lo ven ellos, lo ven los de la producción, después el mismo programa hace clips sobre lo más jugoso y la hinchada en las tribunas lo festeja, el público se pone hot con el tema y los medios lo levantan porque vende. Pero, en tiempos de tanto cambio, en tiempos de que los feminismos en la Argentina llegaron para ganar algunas luchas y poner en agenda los derechos de las mujeres y colectivos LGBTIQ+ así como la necesidad de ir en camino a una sociedad más igualitaria; en tiempos de matrimonio igualitario, de Ley de cupo laboral trans, de Ley de violencias de género, entre otras necesidades de las personas que son prioridad más allá del género, ¿qué hace Gran Hermano? ¿cómo puede ser parte del momento? ¿se puede cuestionar?

Las últimas noticias sobre las experiencias adentro de la casa de los hermanitos son cada vez más repudiables: desde tener sexo con las personas al lado sin consentimiento, de hablar de fotos de desnudos guardadas para extorsionar por si alguien se manda "una cagada", de hablar abiertamente de lo que quiere con otra persona más allá de su no consentimiento, de aclarar que con una o dos copas de más uno puede ganarse al otro sexualmente, de dar besos sin que el otro acepte o una apoyadita mientras se duerme, de golpear los muslos de una mujer con una chancleta, de juzgar el cuerpo de los otros, de tirarse un pedo en una discusión a propósito, de masturbarse con personas al lado, de cuestionar la sexualidad y declararse homofóbico, entre otras joyas.

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BigBang habló con Laura Oszust, integrante del equipo de comunicación del Observatorio "Ahora que Sí Nos Ven", respecto a las diferentes violencias y cuestionamientos que se le pueden hacer al programa que transmite 24 horas la vida de 18 personas. 

Si estoy en Gran Hermano, existo

Quizás el gran leitmotive del programa sea captar la atención de la sociedad con una convivencia del estilo hostel de vacaciones, pero con el plus de cámaras y micrófonos que registran todo tipo experiencias. Después, de la nada hacer una "gran experiencia" y darle de comer a una audiencia que está esperando ver cuerpos en movimientos y pensamientos nada increíbles que los entretengan un rato. Al respecto, Oszust cuenta que "nada está librado al azar" y que este experimento televisado está acompañado de psicólogos, sociólogos y comunicadores que eligen directamente personas con determinadas personalidades que puedan generar un contenido "llamativo" para la audiencia.

"Cada uno se expone ahí y vive las experiencias que desea. Lo importante es poder elegir. Ahora, exponerse a ese tipo de experiencia televisada y con gente que no se conoce se da por ser parte de esa 'sociedad de la imagen', de lo que es el show, del 'si aparezco ahí, existo'. En ese sentido, GH fue precursor antes que Instagram y sigue estando vigente. GH da espectacularización al extremo, al mismo tiempo el conductor y las tribunas hacen el espectáculo extremo y un morbo", explica. 

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Lo privado y lo público

Sexo en cualquier momento y enfrente de todos, es acoso. Por supuesto que no es lo mismo tener relaciones sexuales entre una mujer y un varón en cualquier lugar y hora, que tener una persona masturbándose en el cuarto con todos sus compañeros al lado o enfrente de una mujer pero, la oportunidad de dar el ejemplo en uno de los programas más vistos pareciera no ser opción. Oszust cuestiona el hecho de que en GH el eje esté solo puesto en el consentimiento con "un dedo para arriba" y no en lo violento que puede ser cualquier tipo de acción sexual en compañía de otras personas que están al lado, compartiendo cuarto o espacio.

"Me parece que hay una confusión entre lo privado y lo público. Pareciera que se pierde el límite, como no hay un lugar propio, todos se hacen un lugar compartido como si eso estuviera normalizado. El tema acá radica en hablar del consentimiento porque las personas alrededor, ¿quieren presenciar esos actos? ¿son consultadas? Todo esto sin caer en el conservadurismo y la paquetería. En definitiva, representa un acto violento tener a alguien al lado tuyo que está teniendo sexo", cuestiona la integrante de la organización que busca erradicar la violencia machista. 

En este sentido, lamenta que el eje del programa no esté puesto en las prácticas que pueden ser violentas hacia los demás. Con respecto a la masturbación, es quizás lo más claro porque implica acoso sexual y exposición obscena que están estipuladas en el Código Penal. "Estaría bueno que el programa llame la atención a los participantes con dos objetivos: uno, capacitar a la persona que lo hizo para que entienda que eso constituye violencia, y otro para mostrarle a la audiencia que eso es acoso y que no se puede tolerar ni normalizar". 

Además, consignó que "no todo vale". "La Ley 26.485 tipifica las diferentes violencias de género que van desde las más imperceptibles hasta las más visibles y eso no puede desconocerse por nadie y menos por un medio de comunicación", determinó.

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Discursos de odio y tipos de público

La integrante de "Ahora que Sí Nos Ven" afirma que 18 personas "no pueden representar a más de 47 millones de argentinos" pero si es cierto que en la elección de cada uno de ellos hay un "querer representar realidades" que en su mayoría que son "estereotipadas". Para esto dio algunos ejemplos: "el pobre que está romantizado y abuenándolo casi como un niño", "la mujer voluptuosa que está caracterizada a veces como 'mala y tarada', como si la belleza hegemónica justificara la 'poca capacidad'", "personas del colectivo LGBTIQ+ que no rompe con el estereotipo binario", mujer y hombres cisgénero y heterosexuales que "representarían la incorrección política con discursos de odio"; entre otros estereotipos que reproducen violencias del conservadurismo del público que mira televisión y hasta una "nueva y falsa rebeldía joven".

"Los participantes fueron elegidos así para que pasen las cosas que están pasando. Fuera de esa casa hay muchas personas así y pareciera que eso es algo esencial para el show. Estos mensajes sirven para reafirmar el sesgo que se está buscando", afirmó. De esta manera amplió la idea: "Me resulta interesante ver por qué deciden poner a participantes que digan cosas como 'que los homosexuales les da asco' y ver qué impacto tienen estos discursos en tiempos en que los discursos de odio están a la orden del día y se presentan como la 'nueva' y, al mismo tiempo, 'falsa rebeldía joven'. Este es el punto a observar y tener mucho cuidado porque los medios siguen esta agenda y reproducen violencias". 

Por su parte, Oszust objeta la decisión de no incorporar una personas trans, "que es un colectivo que sigue marginalizado en los medios y estigmatizado discursivamente". "Si los medios tomaran esto como un servicio social y no como una empresa, Telefé podría haber hecho una Escuela de Educación Sexual Integral (ESI) que pueda ser didáctica, divertida y televisiva, con gente que capte audiencia y que eso haga que se capacite adentro y afuera", compartió a BigBang.

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Uso de preservativos, pastillas y libertad sexual

El sexo da rating. Genera morbo y eso lo convierte en mercancía para hacer espectáculo. "Morbo con espiar qué hace un otro es también es sexual. Los del programa eligen mostrar estas situaciones que rozan lo porno. Pero siempre el porno desde una perspectiva hegemónica y machista", analizó Oszust. A tal punto, que Santiago del Moro, conductor del programa, se puso a explicar el uso de un preservativo con una banana. 

Ahora bien, sucede que se empezó a rumorear de que una participante estaría embarazada. Al respecto, la integrante del colectivo explica: "Cualquier método anticonceptivo debe ser garantizado por la producción, sino se estaría vulnerando el derecho de libertad sexual de cada uno. Quizás no hay tal magnitud sobre este derecho y no se le presta tanta importancia ni relevancia. Pero este saber hace que se garantice ese derecho".

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"Entiendo que uno al entrar firma un contrato y una prestación por la permanencia en la casa. Esto constituye algún tipo de "trabajo" por lo que la empresa debería cumplir con los derechos laborales y no obstaculizar a ningún derecho ni sexual ni reproductivo. Me parece que sería interesante ver cómo se aborda el tema del embarazo porque no se pone el eje en la prevención, sino en la conjetura de si o no está embarazada", concluyó Oszust que marcó al programa de "busca morbo" y "show de intimidad".