Celebrando su cumpleaños número 40, que tuvo lugar en mayo, Natalia Oreiro decidió posar para una sesión de fotos muy especial en Caras: sin un solo gramo de maquillaje y sin Photoshop.
La actriz posó absolutamente al natural. (Foto: Caras).
"Si bien no estoy ajena al tiempo que me toca transitar, también sé que no soy un número", reflexionó la actriz sobre la llegada de su cuarta década. "Ni tampoco una edad, ni emocionalmente ni biológicamente".
En su charla con la revista, Oreiro también se animó a confesar que el año pasado fue uno de los más complicados que le tocó atravesar en su vida.
"Si bien fue un año muy exitoso desde lo laboral -filmé y estrené la película Gilda, hice una gira por Rusia y presenté mi documental en el festival de Moscú- también fue un año muy difícil porque me sentí emocionalmente agotada y físicamente muy cansada", explicó.
Estrés y mudanza
Según Natalia, su estado de estrés la llevó a dormir mal y sentirse sin energías. "Todo me costaba el doble. Además, en medio de la película, decidí tomar la determinación de mudarme de casa", agregó.
Natalia confesó que el 2016 fue un año muy difícil.
"La gente me preguntaba si estaba feliz por todo lo que me estaba pasando y yo no me sentía bien", describió la actriz. "Me costó mucho desprenderme de mi casa. Entendí que subestimé el proceso. Cuando llegue a mi casa nueva, me quede paralizada. Me sentía otra persona. Tanto es así, que durante seis meses no abrí las cajas de la mudanza".
"Siempre fui una mujer con mucha energía", declaró Oreiro.
Sin embargo, poco a poco, Oreiro volvió a encontrar la paz de la mano del yoga, la bioenergética, y las clases de canto. "Siempre fui una mujer con tanta energía, que cuando siento que no estoy conectada con esa intensidad, siento que algo está mal", evaluó.