03 Marzo de 2021 10:30
Después de años de hermético silencio y marcado perfil bajo, Claudia Villafañe se cansó y salió en vivo en Polémica en el Bar para contar su versión y acorralar a quienes acompañaban a Mariano Iúdica en la mesa. Entre ellos, claro está, Rocío Oliva y Mauricio D'Alessandro, cuya buena relación con la "Tata" se tensó cuando el abogado asumió la defensa de Matías Morla, último apoderado del "Diez" y "enemigo público" de Villafañe y sus hijas; Dalma y Gianinna.
Claudia no sólo insistió en que a Maradona "lo tenían secuestrado", sino que apuntó fuerte contra Morla y la ligó D'Alessandro, quien se encontraba en el piso. "¿Vos viste esa famosa auditoría? Vos que decís que tenés acceso a todos los expedientes", le espetó Claudia a D'Alessandro. El abogado de Morla mantuvo siempre el tono conciliador y reconoció que no había tenido acceso a la documentación, pero se comprometió a acercársela. "Vamos a hacer algo: yo voy a buscarla y te la paso de forma privada. Y si no está o no existe como vos decís, vas a poder decirlo de forma pública", negoció el abogado.La historia de la auditoría que dinamitó la relación entre Diego y Claudia: "¡Sos una ladrona!"
La guerra se desató el 21 de mayo de 2014 cuando, desde Dubai, Maradona dio un batacazo que pocos creían verosímil: le revocó el poder general a Claudia y a las "nenas". Pero eso no fue todo: contrató a un estudio inglés para que haga una auditoría de todos sus bienes. ¿La sospecha? Un faltante que, por entonces, el “Diez” estimaba en 20 millones de dólares.Un mes antes de que explotara la bomba, 26 días para ser exactos, Dalma había viajado a Dubai para compartir unos días con su padre y trabajar en la producción del reality show The victorius, del que Diego iba a ser jurado. Estaba en la mansión del exclusivo complejo Jumeirah cuando la grieta se volvió incontrolable. Gianinna había viajado una semana antes, el 13 de abril, pero regresó antes.
“Está todo mal y decidió volverse. No se quiere quedar”, precisó en su momento el entorno más íntimo de Maradona. Y así fue: aunque se encargó de desestimar la arremetida judicial de su padre, que por entonces estaba enfocada sólo en Villafañe, la hija mayor del ex futbolista armó sus valijas y regresó al país.
Mucho se especuló sobre los motivos que lo llevaron a Diego a tomar la drástica decisión. El 25 de julio del 2013, la revista Paparazzi llevó a su tapa una foto en la que se lo podía ver a Jorge Taiana, por entonces el eterno novio misterioso de Claudia, jugando con Benjamín Agüero, el hijo de Giannina y el Kun.
"Pará, Rocío; no hagas quilombo": el fuerte cruce de Claudia Villafañe y Oliva en vivo
“Ella fue el gran amor de mi vida, pero cuando vi la foto sentí un puñal en el alma. No se lo voy a perdonar jamás”, reconoció Diego en su momento, y remató: “Me parece fantástico que esté en pareja. Que (Taiana) haga lo que quiera con Claudia, pero que no se meta más con Benja porque la tiene jurada”.
Por ese entonces, el entorno de la familia aseguraba por debajo de la mesa que la “Bruja” tenía la intención de casarse con el actor después de diez años de relación. “Cuando Diego se enteró de eso, explotó todo”, reconocen sus hombres de confianza. Y, aunque la propia Claudia se encargó de desestimar su eventual paso por el altar, algo había cambiado: ella ya no se escondía más y se animaba a desafiar por primera vez al ex futbolista.
Y un día Claudia explotó: el furioso descargo en vivo de Villafañe en el que embarró a todos
La sospecha de Maradona, confirmada por él mismo en Intrusos, es la fecha de inicio de esa relación que, hasta el momento en el que salió en todas las portadas, le era negada de modo sistemático tanto por Claudia, como por sus dos hijas. “Que ella hable ahora de madraza cuando nosotros todavía no estábamos ni separados y ella ya estaba saliendo con el 'Tontín'", denunció en el ciclo de Jorge Rial.
La relación entre Claudia y Taiana comenzó en 2003, cuando ella se desempeñaba como productora de Pijamas, obra teatral en la que él tenía un papel menor. Fue ese mismo año en el que, sin comprender demasiado el repentino pedido de Villafañe, Diego le concedió desde Cuba el divorcio. Y así, a 7 mil kilómetros de distancia, el matrimonio más poderoso del mundo del fútbol cerraba su capítulo como tal. Pero Maradona todavía tenía planes para su "Bruja".
Sin saber nada de la flamante relación de su ex mujer, Diego hizo ese mismo año otra gambeta legal que sorprendió al mundo: anunció su desvinculación de Guillermo Coppola, quien había sido su manager por casi 20 años. ¿Quién ocuparía su codiciado lugar? Nada más y nada menos que ella, la Claudia.
El vínculo comercial duró más de una década y sobrevivió por completo a la relación entre Maradona y Verónica Ojeda. Incluso, se prolongó durante los primeros meses del noviazgo con Rocío Oliva. Claudia era, hasta julio de 2013, la única mujer incondicional en la vida de Diego.
“El vínculo se quebró cuando él se enteró por los medios de la relación con Taiana. Se lo negaron durante muchos años. Se sintió traicionado y empezó a preguntarse qué otras cosas le escondieron durante todo ese tiempo”, advirtió un allegado del “Diez”.
Y así, Diego abrió por primera vez sus libros contables. Los mismos que, hasta entonces, había dejado en manos de Claudia. "Me faltan 20 millones de dólares aproximadamente. De la investigación ya salieron Dalma y Gianinna (a quienes también les había revocado vía carta documento los poderes). Ellas ya no están bajo sospecha, pero Claudia sigue. Y también está Jorge Taiana, lo tengo en la mira a ese Tontín. Es el novio que Claudia siempre me ocultó", reconoció enfurecido.
De acuerdo a lo confirmado en ese entonces por Morla, las pericias de la auditoría duraron un año y contaron con la participación de 5 contadores en 3 países distintos, un especialista en informática y oficinas externas. Los resultados no sólo confirmaron un faltante de seis millones de dólares, sino que además sumaron nuevos partidos a jugar: no sólo aparecieron propiedades hasta entonces desconocidas por él, sino que además comenzó el reclamo por cientos de objetos de su carrera que permanecían en poder de Villafañe desde la separación.
Aunque la causa por las camisetas fue desestimada, algunas de las denuncias que Diego realizó contra Claudia siguen todavía en pie. Poco a poco, el vínculo entre las "nenas" y su padre sufrió los coletazos de la batalla judicial llevada adelante por Matías Morla, abogado y apoderado del "Diez" y enemigo público de Dalma y Gianinna.
El último capítulo de la novela fue el casamiento de la hija mayor de Maradona. Su faltazo al casamiento llamó la atención de todos. Pero Diego no pidió perdón. Después de que los medios internacionales cuestionaran su ausencia, volvió a redoblar la apuesta y dio a entender que él le había pagado el casamiento, así como también una casa.
Con el correr de los meses, la salud del ex futbolista comenzó a deteriorarse. De nuevo en el país y ya contratado como técnico de Gimnasia, Maradona vivió su último año en una casa alquilada, con más contacto con Ojeda y ya lejos de Rocío Oliva. Sus hijas dejaron a un lado las diferencias y se reunieron cuando la situación se agravó, luego del diagnóstico del hematoma subdural."El último sueño que tenía Diego era poder festejar su cumpleaños número 60 con todos sus hijos, pero no se lo cumplieron", reconocen desde el entorno de Maradona. La fiesta iba a ser organizada por Ojeda, quien pese a haber formado paraje de nuevo, fue una de las personas que más lo acompañó en los últimos meses. Del otro lado, los audios que figuran en el expediente demuestran otra realidad: la dura batalla que dieron Dalma y Gianinna para poder mantener el contacto con su padre, impedido de forma sistemática por el nuevo entorno del ex futbolista.