24 Noviembre de 2019 15:20
Argentina, tierra de amor y venganza se acerca a su final. Falta un mes para la emisión del último capítulo y el guión comienza a acelerarse para poder darle cierre a todas las historias de la novela de Pol-Ka. El veneno de Torcuato Ferreyra, qué pasará con Bruno y el diálogo letal que tendrá con Lucía. Todo lo que sucederá en el próximo capítulo, en esta nota. Alerta spoiler, después no digan que no les avisamos.
El capítulo del viernes culminó con la siniestra propuesta de Torcuato a Bruno: quitarse la vida a cambio de que Pedro regrese a manos de Lucía. El catalán, para sorpresa de los fans, accedió a beber el veneno que le entregó Mecha, la nueva amante del villano. Pero para deleite de los fans de Brunia, los planes de Ferreyra se verán frustrados por la audacia del catalán.
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En efecto, Bruno accedió a beber el veneno y lo hizo delante de todos. Lo que nadie se percató, es que fue vaciando la botella mientras caminaba por la calle del conventillo con Mecha y sólo ingirió una baja porción del líquido letal. Al caer desplomado en el piso, todos pensaron lo contrario: que había muerto. Sin embargo, Bruno sólo sufrió un desmayo y logró recuperarse de la mano del cuidado de Lucía.
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Al despertar, el catalán es increpado por la madre de su hijo. "¿Cómo no pidió ayuda? Debería haber venido a hablar con nosotros, buscar juntos una solución. ¡Cómo se dejó manipular así, cómo va a intentar matarse! Usted no es así", le espeta Lucía.
Bruno: "Lucía, claro que no iba a matarme. Tenía el frasco y lo fui volcando a medida que caminaba con mecha".
Mientras se vuelve a mostrar la escena, esta vez con el foco puesto en cómo Bruno vuelca el veneno, el catalán continúa con su explicación: "Sabía que si bebía menos me iba a desmayar, me iba a enfermar, pero no a morir. Téngame un poco más de fe, Lucía".
Lucía: "¿Está loco? ¿Qué sabe usted de venenos?". Bruno: "En la guerra teníamos 13 pastillas para todo. La nueve era la más fuerte. Las otras sólo eran para pequeños dolores. Muchos, los que más sufrían, se las robaban para morir. Para que se acabe todo. Los soldados sabemos ya cuánto hay que tomar para morir. Porque todos en algún momento pensamos en hacerlo. Pero se ve que bebí un poco demás". Lucía: "Lo mataría yo por lo que hizo, sería yo su pastilla número nueve; pero a la vez, se me pone la piel de gallina, pienso que sería capaz de morir por mi hijo". Bruno: "Nuestro hijo".¿Se da cuenta de que no voy a dejar de amarlo nunca? Los dos lo sabemos"
Sobre el final del capítulo Lucía remata: "Ya sé que hablamos de tomar caminos distintos, de seguir con nuestras vidas. Pero dígame, Bruno. Explíqueme cómo hago para no amarlo con estas cosas que hace. Usted lo vuelve imposible. ¿Se da cuenta de que no voy a dejar de amarlo nunca? Los dos lo sabemos".