¡El camino así, sí, es! El viernes se estrenó el octavo y último capítulo de la segunda temporada de The Mandalorian y si todavía no lo viste, te aconsejamos ir inmediatamente a reproducirlo antes de seguir leyendo esta nota. El episodio le devolvió a la saga creada por George Lucas aquello que había perdido luego de la aparición de Disney, responsable de las últimas y, por qué no, decepcionantes entregas de la franquicia.
Y es que salvó por Rogue One: una historia de Star Wars, que recibió más elogios que críticas durante su estreno allá por 2016, las películas que ideó la compañía del ratón para continuar con el legado de Skywalker -Star Wars: el despertar de la fuerza; Star Wars: Los últimos Jedi y Star Wars: Episodio IX: El Ascenso de Skywalker- no fueron bien recibidas por los fanáticos, los cuales prefieren olvidarlas y quedarse con las primeras seis entregas.
A los desilusionantes films protagonizados por Rey (Daisy Ridley) y Ben Solo, Kylo Ren (Adam Driver), también se le sumó la historia basada en Han Solo (el personaje de la primera trilogía a la que supo darle vida Harrison Ford) que también cosechó más cuestionamientos que aplausos. Pero el año pasado llegó The Mandalorian, la primera serie de acción real basada en Star Wars, que comenzó a mostrarle el camino a Disney de lo que sí debe hacer.
La ficción cuenta la historia de Din Djarin (Pedro Pascal), un Mandaloriano miembro del Gremio de Cazarrecompensas y uno de los últimos de su credo, que vincula su camino con Grogu, conocido popularmente como "Baby Yoda", un ser cuya raza es desconocida y es muy sensible a la fuerza que está siendo perseguido por Moff Gideon (Giancarlo Esposito), quien para la sorpresa de muchos blande el sable oscuro mandaloreano.
Para aquellos que no saben de qué trata esta legendaria arma, se los explicamos resumidamente en estos párrafos: fue creado por el primer jedi mandaloreano, Tarre Vizsla, en forma de catana, miles de años antes de la guerra civil galáctica que todos conocemos. Tras su muerte, ese sable fue robado del templo jedi de Coruscant por el clan Vizsla, quien lo utilizó para unir y controlar a todos los clanes mandaloreanos.
A partir de ahí, el sable fue visto como símbolo de fortaleza y unión, razón por la cual aquel que lo poseyera podía gobernar Mandalore, el planeta mandaloreano. Pero para hacerse del sable, primero hay que derrotar al dueño anterior en combate. De ahí se explica el por qué Bo-Katan Kryze (Katee Sackhoff) no acepta tomarlo cuando Djarin se lo intenta entregar para cumplir con el acuerdo que habían pactado antes de rescatar a Grogu.
Cabe mencionar que el personaje de Bo-Katan supo ser dueña del sable oscuro durante la serie animada Rebels, luego de que su último dueño legítimo, Darth Maul, lo perdiera en su búsqueda de Obi-Wan Kenobi. La serie The Mandalorian trajo consigo nuevamente esta legendaria arma jedi y mandaloreana, y todavía resta saber qué ocurrirá con su actual propietario, Djarin , y si éste aceptará liderar Mandalore o se enfrentará a Bo-Katan.
The Mandalorian cerró su segunda temporada en Disney+ y lo hizo con un episodio emocionante lleno de sorpresas. La más destacada fue el regreso de Luke Skywalker de Mark Hamill a través de una tecnología avanzada que ya había sido utilizada en Rogue One y Episodio IX: mediante la técnica de CGI (Imagen generada por computadora) los productores agregaron el rostro joven de Hamill al cuerpo del artista Max Lloyd Jones, que tiene características físicas similares. Como si se tratara de un videojuego, la cara del personaje quedó idéntica.
Al mismo tiempo, se le respetó las voces originales del personaje -tanto en inglés como en latino- y hasta el atuendo con el que finalizó su participación en Episodio VI: un traje, capa y el guante en su mano derecha de color negro y el tradicional sable de luz verde. No fue la primera vez que Star Wars utiliza esta herramienta en sus producciones. Primero lo hizo en Rogue One, con Grand Moff Tarkin, que tuvo un papel importante y Leia, que fue solo un cameo al final. En tanto en 2019, lo repitió en The Rise of Skywalker, donde apareció nuevamente Organa y Luke.
La aparición del personaje de Mark Hamill trajo consigo un condimento especial, no solo porque ver al maestro jedi en plenitud y en plena acción emocionó a más de uno (venció al ejercito de los dark troopers en un abrir y cerrar de ojos), sino que se trata de uno de los legendarios actores de Star Wars de las primeras tres entregas que quedan con vida. Cabe resaltar que este fue un 2020 mu triste para todos, sobre todo para la franquicia.
A comienzos de año, a los 85 años de edad, falleció David Prowse, el fisicoculturista y actor cuyo rol más emblemático fue interpretar a Darth Vader en la trilogía original de Star Wars. Días atrás, también murió el actor británico Jeremy Bulloch, quien fue el primero en interpretar al famoso cazarrecompensas y clon del guerrero mandaloreano, Jango Fett, Boba Fett en la trilogía original de Star Wars, a sus 75 años.
Bulloch murió en el Hospital Tooting en el sur de Londres "después de complicaciones de salud, incluidos varios años con la enfermedad de Parkinson", según explicaron desde su entorno familiar. Estos legendarios actores se sumaron a las pérdidas de Peter Curshing (Grand Moff Tarkin), Alec Guinness (Obi-Wan Kenobi), Kenny Baker (R2-D2), Peter Mayhew (Chewbacca), Christopher Lee (Darth Tyranus o Conde Dooku) y Carrie Fisher (Princesa Leia).
De las películas originales de Star Wars solo sobreviven Mark Hamill (69 años, Luke Skywalker), Harrison Ford (78 años, Han Solo), Anthony Daniels (74 años, C-3PO) y el propio James Earl Jones (89 años, quien se encargó de darle la voz a Vader), Deep Roy (63 años, Yoda) y Billy Dee Williams (83 años, Lando Calrissian). Por esta razón, la aparición, claro está a través de efectos especiales, de Luke en plena vitalidad emocionó y cautivó a más de uno.
La escena final de The Mandalorian, similar a la ocurrida en Rogue One cuando apareció Lord Vader para intentar desbaratar la última esperanza rebelde, cautivó y enalteció un capítulo que venía siendo simplón hasta el momento. Este recurso fue celebrado por los aficionados que deliraron con el regreso del hijo de Anakin Skywalker y que dejó abierta la pregunta sobre el futuro de Baby Yoda, quien según Moff Gideon tiene propiedades extrañas para traer orden a la galaxia, contrario al balance de la fuerza, haciendo referencia a la profecía que inició Qui-Gon Jinn años atrás.