Cinco décadas le llevó al abogado Reinhold Karpp recolectar todos los objetos y grabaciones que pudo de su banda favorita, Rolling Stones, a la que conoció siendo adolescente en una isla remota frente a la costa de Alemania.
Karpp era conocido por su colección, que consta de más de 15.000 grabaciones de la banda y miles de objetos como libros, artículos de prensa y cartas relacionadas con los Stones.
Ahora, la familia del abogado, que falleció en 2012, decidió donar todo el material a la Universidad de Friburgo, ubicada al suroeste de Alemania. La idea es que todos los artículos sean archivados y clasificados, para que en unos años puedan ser disfrutados por todos los fans de los Stones.
Reinhold Karpp, megafan de los Stones.
Quienes se encargarán de llevar a cabo este trabajo serán los empleados del Centro de Cultura Popular y Música (ZPKM), creado en 2014 a partir del archivo de la canción popular tradicional alemana (Deutsche Volksieder Archiv) que tuvo su origen un siglo antes.
La idea de del ZPKM es renovar la tradición del archivo original y continuarla con un criterio más amplio, que incluya a la cultura popular e internacional.
Anette Karpp y uno de los tantos discos de su padre.
Karpp era el más chico de cuatro hijos y estudió en un internado, como casi todos los chicos de su época. El fanatismo por la banda le dio sentido a su vida. El coleccionista asistió a más de 130 conciertos alrededor del mundo siguiendo a su banda favorita.
Durante las cinco décadas en las que Reinhold recolectó material de los Stones, logró convertir su colección en la más grande de toda Europa y, se cree, que del mundo entero. Dedicó un piso entero de su casa en Bonn (al oeste de Alemania) a guardar todas sus reliquias, que guardaba celosamente.
Muchas lenguas, entre ellas la de Argentina.
Annette Karpp, una de sus tres hijas y heredera de la colección, contó: “Como familia, acordamos que queríamos compartir esta colección con el mundo. Hubiera sido una lástima que juntara polvo en un sótano en alguna parte”.
“A mi padre le encantaban los Rolling Stones por su música. De hecho, asistí a mi primer concierto de la banda con él cuando tenía 8 años. Su legado y amor por todas las cosas relacionadas a los Stones deben seguir viviendo”, destacó.
La hija de Karpp con parte de su colección.
El abogado lograba enterarse de dónde y cuándo tocarían los Stones en tiempos en que no existía internet y las comunicaciones no eran tan fáciles. A medidos de los '70 construyó una red de fans que lo llamaban a su teléfono fijo para avisarle sobre los shows.
Su fanatismo era tan grande que en una feria de coleccionistas, llevada a cabo en los países bajos, Karpp adquirió un juego de bolos de los Rolling Stones.
Una pequeña parte de la tremenda colección del alemán.
En la conferencia de prensa en la que se dio a conocer la donación, el Dr. Michael Fischer -director gerente del Centro- agradeció a la familia y dijo: “Estamos interesados en estudiar la historia de las cosas. Los artículos tangibles tales como coleccionables agregan significado a nuestras vidas y por eso son importantes”.
El pinball de los Stones: se escucha "Miss You" cada vez que sale una bola.