La noticia del fallecimiento, el último jueves por la tarde, de la cantante Lía Crucet generó una ola de recuerdos emotivos de los días en los que ella era "la reina de la bailanta" a fines de los 80' y principios de los 90'. En ese sentido, desde la sala velatoria en donde despidieron sus restos, su hija Karina Crucet, la recordó con mucha tristeza y emoción. "Ella era de la gente", celebró la mujer en relación a las y los fanáticos que se acercaron a despedirla.
"Estamos tratando de ser lo más fuertes posibles, de despedir los restos de mi mamá, de recordar lo mejor de ella. Sabemos que acá está lo que quedó, pero sabemos que lo más importante está con Dios", aseguró la hija de la artista tropical. "Sufrió mucho mi mamá en los últimos momentos", reveló después.
Respecto a la ubicación del velatorio, Karina reconoció que "para mucha gente es lejos y le hubiese gustado estar acá con ella". "Sé que a ella le hubiese gustado que toda la gente que la quiere esté acá. Ella era de la gente", remarcó. "Yo la escucho cantar y quiero recordar a esa mamá", agregó enseguida. "Cuando era chiquita, que vivíamos en Chile. Yo le preguntaba: 'Mamá, ¿vos nunca te vas a morir?'. Y ella me decía: 'No, mami. Yo nunca me voy a morir'", recordó Karina. "No hablamos de la muerte con mi mamá. Pero sí sé que a ella le gustaría que la despidan todos los fans, la gente que la quería, que es muchísima", añadió.
La hija de la cantante también explicó que el cáncer broncopulmonar que la mató fue descubierto un mes atrás, y que no tuvo nada que ver con el anterior que tuvo de útero, al cual superó en aquel entonces. "Se la llevó en nada. Nada que ver con lo que tuvo antes", insistió. "Lo que mucha gente nunca entendió, que lamentablemente no se podía tener una conversación muy coherente con mi mamá. Ella tuvo esquizofrenia y una demencia frontotemporal", planteó Karina respecto al panorama psiquiátrico de los últimos años de la artista. "Ella estaba en un geriátrico que la cuidaba por la salud mental, porque ya no se podía tener en una casa cuidándola", describió.
"Yo me crié en los teatros de revista con ella. Ella llegaba tarde. Yo me acostaba en su cama y la esperaba, juntaba moneditas que le pedía mis tíos o mi abuelo, y le compraba golosinas. Y ella cuando llegaba siempre se encontraba con la sorpresa", rememoró Karina. También mencionó que era "muy sobreprotectora al principio" y que ella es igual con sus hijos. "Hizo todo lo que pudo", lamentó.