13 Julio de 2017 09:16
En su visita a Vancouver, Susana Giménez contó con una guía turística de lujo: Luisana Lopilato. La actriz y esposa del cantante Michael Bublé compartió un día entero con la diva argentina y expuso sus actividades cotidianas, como hacer ejercicio o ir a almorzar al centro de la ciudad. La recorrida estuvo plagada de bloopers y risas que mostraron el lado más humano de la multimillonaria familia.
Todo comenzó en el gimnasio, donde Luisana compartió con la diva su clase de crossfit, la cual inicia todos los días a las 9:30 de la mañana. "Bueno, de acá me voy al hospital de Vancouver", advirtió Susana antes de comenzar la serie de ejercicios.
Lo cierto es que a la Su le costó mucho seguir el ritmo de Luisana y su estricto entrenamiento, el cual contempla, entre otras cuestiones, levantar pesas de hasta 135 libras. "¿No le hace mal siendo tan flaquita? Miren esto chicos", exclamó la conductora.
Valiente, la diva intentó levantar la pesa, aunque el resultado fue el previsible: no logró mover la barra ni un centímetro del suelo. Incluso, uno de sus productores no tuvo más remedio que advertirle: “¡Te vas a desgarrar!”.
El momento en que Susana casi se desgarra.
Luego de una ducha reconfortante, ambas continuaron en la cocina, en donde Luisana le enseñó a la diva cómo realizar una torta. Allí, quedo en claro que las habilidades culinarias no son un fuerte de la conductora. “¿Qué hay que hacer primero?", no dudó en preguntar. Y continuó, como si fuese un niño: “Acá la clara, acá la yema”. La secuencia fue de lo más divertido.
Susana volvió a demostrar que la cocina no su gran habilidad.
Por la tarde, y tras recorrer algunos de los puntos turísticos más importantes de la ciudad, Lopilato invitó a Susana a comer un pancho canadiense. “Hacía 20 años no comía uno”, lanzó la diva, previo a intentar dar el primer mordisco. “Uhh, hay que abrir un poco grande la boca”, enfatizó. "¿Tanto?", indagó sorprendida Luisana.
A Susana le encantó el pancho canadiense.
Antes de finalizar el programa, las protagonistas de un reportaje muy emotivo intentaron bicicletear por las calles de Vancouver. Aunque finalmente lo lograron, el comienzo fue realmente dificultoso. Es que Susana no lograba subirse al asiento y tampoco tener gran estabilidad en la bici. “Mira que yo no maniobro”, le dijo Luisana, desde atrás. “Manejo yo, por eso vamos a chocar le respondió ella”, en medio de una lluvia de risas.