por Alejo Paredes
11 Diciembre de 2020 16:23La pandemia de coronavirus y la posterior cuarentena que afecto a gran parte del mundo, en algunos casos con mayor o menos rango, llevó lógicamente a que los hábitos y las rutinas de la mayoría de las personas se vieran alteradas.
Sobre todo, el impacto psicológico -según los expertos- fue amplio, trascendente y será duradero en el tiempo. El miedo, depresión y soledad se apoderaron de los argentinos durante este 2020 y, claro está, los más chicos tampoco fueron la excepción
Así fue como la compañía Urraka -que fusiona danza, humor y música utilizando objetos de la vida cotidiana como botellas de plástico y vidrio, tachos de metal y plástico, grifos de baño, tabla de lavar, chapitas de gaseosa, baldes, sartenes, cajas de cartón, además del cuerpo humano, para convertirlos en instrumentos musicales y que debió abandonar los escenarios a partir de la pandemia- decidió, de alguna manera, trabajar sobre estos temores.
A partir de la necesidad de explorar desde una dimensión creativa aquellas emociones y vivencias que surgieron en el contexto de la pandemia del COVID-19, el grupo elaboró un show en el que reflexiona sobre los propios miedos y las diversas formas de transitarlos. El espectáculo tiene como nombre “Una de Fantasmas" y los integrantes se asesoraron con psicólogos del Ministerio de Salud de la Nación para hacer el guión.
El grupo integrado por Agustín Alfonso, Emmanuel Calderón, Cristian De Castro, Rocío Ricci, Juan Gudiño, Ludmila Gallardo, Mariana Mariñelarena, Lucas Rivarola y Pedro Rodriguez busca resaltar los temores que se originaron en la pandemia a través del uso de diferentes objetos reciclados. La propuesta se fortalece con coreografías donde el cuerpo de los intérpretes se convierte en el único instrumento sonoro.
Urraka comenzó su camino a fines de 2008, participando en fiestas barriales, reuniones sociales, varietés y otros eventos culturales. El boca a boca fue en aumento y empezaron a aparecer las invitaciones a numerosos festivales nacionales. El show se estrena el próximo 13 de diciembre en Alternativa Teatral, se podrá ver por On Demand y durará alrededor de 35 minutos.
En diálogo con BigBang, los integrantes de Urraka no solo detallaron los miedos que los más chicos padecen a causa de la pandemia, sino que además remarcaron los temores que debieron enfrentar a causa del aislamiento.
¿Cómo surgió el grupo y nació la idea de contar breves historias usando objetos cotidianos como instrumentos?
-El grupo nació hace 11 años. Surgió en un centro cultural que había acá en Tigre. La gente se juntó para un evento que nunca salió y las ideas que habían sido volcadas en ese momento se capitalizaron en pequeñas escenas. Así nació el grupo Digamos.
La idea de contar historias musicalizadas por nosotros es a causa de querer representar momentos de la vida. Siempre nos gustó la idea de musicalizar una historia, como lo hacían los dibujitos de la Warner, toda esa old school de humor sin lenguaje coloquial o hablado.
Le ponemos el cuerpo, mucha pantomima, humor y la música está hecha por nosotros. No utilizamos lenguaje articulado, pero sí la voz como instrumento para hacer percusión corporal. Usamos el cuerpo y otros elementos, como tubos de PVC, botellas, que de acuerdo a la cantidad de agua que tengan dan una nota determinada, si son golpeadas es un sonido y si son sopladas es otro. Baldes, cacerolas, ruedas de bicicleta, chapitas y todo material de descarte.
¿Cuáles surgió la idea de hablar sobre los miedos que los más chicos cosecharon durante la pandemia?
-Empezamos a trabajar sobre los miedos a partir de un montón de información que nos fue llegando con los niños que teníamos cercanos, de personas llegadas y de algunos de los integrantes que tienen hijos. Empezamos a notar, a partir de escucharlos, que había una problemática con el miedo a la pandemia de coronavirus que iba a estar resonando durante mucho tiempo.
Queríamos hablarlo, porque como artistas tenemos cierta responsabilidad para comunicar y hablar de los miedos es importante en este momento, sobre todo para no negarlos y crear desde el humor un material donde haya un reflejo, donde los niños y adultos podamos ver cierta empatía con el fin de crear subjetividades y que no se cree una suerte de tabú a su alrededor.
¿Cuáles son estos temores?
-Nos pudimos juntar con personal del Ministerio de Salud de la Nación, especializado y que está trabajando en el tema, y nos orientaron cómo poder comunicar esto. Existe el tener miedo al otro, al contagiarnos, a que le pase algo a nuestros seres queridos.
Pero en las infancias puede llegar a tener un problema a largo plazo que puede repercutir en el sueño, no querer ir a la escuela. Son temores que pueden llegar a quedar en la cabeza y no se pueden expresar. Los miedos los tenemos todos, no distinguen entre un chico y un adulto.
¿Cómo fue atravesar esta pandemia laboralmente hablando?
-Con la pandemia se nos cayó el mundo. Los primeros meses mantuvimos un aislamiento total, como todos, empezamos a trabajar haciendo videos caseros y uno se encargaba de editar el material. Todos fuimos grabando desde nuestras respectivas casas y separados. Pero llegó un momento en el que necesitábamos volver a juntarnos para recrearnos. El encierro sigue siendo bastante duro, pero necesitábamos volver a crear y creer.
Una vez instalada la idea de este show tuvimos las sesiones de filmación respetando los protocolos. Usamos la menor cantidad de gente para trabajar, en espacios completamente estériles. Fue un proceso intenso en ese sentido. La sociedad y las autoridades en general se fueron relajando, pudimos juntarnos y hacer un trabajo más fino con respecto a los doblajes y la musicalización, trabajando de a grupos de tres o cuatro personas en espacios grandes.
Grabar este show fue muy particular, porque todo tuvimos que resolverlo nosotros. Algunos estábamos más involucrados, pero fue un trabajo muy minucioso. Además, tuvimos que aprender un montón de cosas y superar un montón de desafíos o barreras a causa de la pandemia. Tuvimos que respetar siempre muchos protocolos y cuidados de higiene.
En un momento me dijiste que algunos estuvieron más involucrados que otros en este proyecto...¿se replantearon dejar el mundo artístico a causa de la pandemia?
-En febrero fue nuestra primera participación en vivo. Se nos cayeron un montón de cosas, era un año que prometía y teníamos una agenda armada. Pero llegó la pandemia y este show es como volver a nacer. Nos vimos atravesados por todos los miedos, viejos y nuevos. Hubo momentos en los que estábamos muy golpeados, nos replanteamos la carrera.
Las primeras reuniones, que fueron al mes de la pandemia, nos sentábamos por Zoom, nos mirábamos las caras, llorábamos y buscábamos compañía. Estábamos sumergidos en una gran incertidumbre como proyecto artístico porque fue algo que nos atravesó en todos los aspectos de la vida.