Son famosas, bellísimas... siempre lo fueron. Además tienen un carisma que enamora y un sentido del humor que nos hace olvidar de los problemas cotidianos. Pero también viven las dramáticas consecuencias de haber vivido en una Argentina patriarcal que presionaba a las mujeres a llegar a la perfección de cuerpos inexistentes, flacos y estilizados, pero a la vez voluptuosos.
Ellas lo consiguieron pero ahora están sumidas en una dolorosa realidad; las hermanas Vicky y Stefy Xipolitakis cayeron como Silvina Luna, Pamela Sosa, Mariano Caprarola y tantas otras víctimas en las manos de Aníbal Lotocki que inyectaba sin medida y sin consentimiento de sus pacientes sustancias ilegales, incluso prohibidas por la ANMAT para dar voluptuosidad a los cuerpos que llegaban a sus consultorios.
Metacrilato y polímero industrial son las sustancias que el médico que se transformó del “cirujano” al “asesino de las famosas”, cuando se descubrió los efectos secundarios que producían en el cuerpo y que todavía no hay manera de extraerlos. Algunas de las complicaciones en la salud que tienen las denunciantes de éste médico son: alergias, necrosis, cambios en la textura de la piel y si no se controla puede producir hasta la muerte.
El caso Stefy Xipolitakis
“Hace lo que quiere con tu cuerpo cuando estás dormida”, contó dejando estupefactos a varios. Lotocki traspasó todos los límites de los Derechos Humanos. Sin embargo, no fue hasta el fallecimiento de Silvina Luna que las famosas le perdieron el miedo y vergüenza a hablar.
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La modelo dijo: “No quería hablar, tampoco quería que se sepa nada de todo esto. Hoy tengo que estar hablando porque tengo un veneno en mi cuerpo”. Muy angustiada confesó: “Me da miedo, vergüenza, angustia. Soy víctima y me da vergüenza. Pero tengo la fuerza de todo”. Ella está empoderada y nada la detendrá hasta obtener justicia por ella y por todas las víctimas.Confesó sin miedo ni vergüenza cómo vive: “Me enfermó, nos enfermó a todos, estamos enfermos” Y contó espeluznantes detalles: “Tengo muchos dolores. Me llegan desde la cola hasta la rodilla, y desde ahí hasta el pie, y en la cintura. Tengo muchísimos dolores y tuve que aprender a convivir con ellos”, dijo tristemente. Enseguida una fibra se encendió en ella y decidió “gritar” por Silvina Luna que ya no puede hacerlo: “¡Mataste a Silvina y nos vas a matar a todos, vamos a morir todos los que tenemos el producto!”.
En ese momento, confesó que había investigado cuántos años de vida le quedan aproximadamente tras haber sido inyectada por las malditas manos de Lotocki: “¡Tenemos 20 años de vida nada más! ¡20 años a partir de la aplicación del producto! Todos envenenados”, dijo y nos dejó ojipláticos. “¡Hijos de puta!”, gritó pero como es una buena persona y sabe que la violencia solo genera más violencia se retractó y pidió disculpas por el exabrupto: “Ay perdón, me hace muy mal”, dijo con congoja.
En el relato que luego judicializará como su hermana Vicky contó lo que Lotocki le dejó en su cuerpo, ¡espeluznante!: “Me puso polímero industrial. Es un plástico para hacer tableros de autos y dientes postizos. Lo tengo adentro y no lo pedí. Es cemento mezclado con líquido. Te queda como lechoso, mi hermana vio cómo lo preparaba”.
El caso de Vicky Xipolitakis
“La Griega” tampoco eligió el camino del silencio porque lo que le pasó a Luna podría pasarle también a ella: “Los síntomas tras la operación comenzaron enseguida, porque eso se solidifica. Desde siempre”, contó.Y para ser más precisa, “lo bajó” al cotidiano: “¿Vieron cuando entrenás, salís del gimnasio y te re duelen los músculos? Bueno, el músculo es como que se está solidificando y eso es un dolor constante, aprendés a convivir con los dolores. A veces cuesta sentarse, pararse, caminar, hacer ejercicio”, contó.
También expresó con dolor: “Todas las chicas que se operaron con él son víctimas. El doctor... Bueno, no sé si llamarlo 'doctor', él decía que ponía otro producto”. Y hay más: “Ahí dormidita, en la lipo, yo viví otra situación muy similar a la de las víctimas. Fui por una cosa y me desperté y tenía otra”, impactante.
Y lo más escalofriante es lo que recién pudo contar ahora: “Después me tuve que hacer este otro retoque porque él había abusado de mi cuerpo sin yo darle mi consentimiento. Por eso me hizo este otro retoque, con otras cosas que fueron para peor”. Las hermanas Vicky y Stefy se comprometieron con la situación, pero fue Vicky la que lo expuso de manera clara y concreta: “Yo preferiría no exponer todo porque no lo denuncié tampoco. Pero si sirve para que se haga Justicia, ahí estoy”.