Llegó el día esperado por los fans de Argentina, tierra de amor y venganza. Después de un exitoso año, la ficción de PolKa se despidió de la pantalla chica a lo grande y con un promedio de rating que superó los 20 puntos; algo impensando en los tiempos que corren. Pero no todo fue felicidad y celebración durante los once meses que duraron las grabaciones. El ego de los actores, los reclamos y las exigencias a los guionistas que tensaron la cuerda en más de una oportunidad.
La "China" Suárez, Benjamín Vicuña y las peleas que incomodaron al elenco
Aunque comenzaron las grabaciones en paz, lo cierto es que antes de que comenzara la segunda temporada de la tira la mala relación entre Eugenia "la China" Suárez y Benjamín Vicuña comenzó a agrietarse. Si bien se veían poco, dado que por contrato sus personajes casi no interactuaron durante toda la tira, los pasillos de los estudios Baires de Don Torcuato se convirtieron en un verdadero campo de batalla que incomodó a más de un miembro del elenco.
La paz llegó en octubre, cuando el chileno se instaló en su país natal para grabar la serie Inés del Alma Mía. Sin embargo, un mes después retomó las grabaciones de la segunda temporada y los cruces con la mamá de su hija menor, Magnolia, volvieron a ser moneda cotidiana. Tal era el malestar, que Vicuña fue el único miembro del elenco que se ausentó de la mega fiesta que organizó la productora de Adrián Suar a mediados de noviembre para celebrar el fin de las grabaciones.
La exigencia "machirula" de Vicuña a los guionistas en plena crisis con la "China"
Si bien su personaje fue uno de los que mayores escenas de sexo protagonizó en la tira, a Vicuña no le caía nada bien la historia de amor protagonizada por su mujer y Gonzalo Heredia. En efecto, la pareja comenzó a perder cada vez más protagonismo conforme avanzaba la trama. ¿El motivo? El chileno lo llamó a Leo Calderone, uno de los guionistas, y le pidió con poca sutileza que le bajara el tono a las escenas íntimas entre Raquel y Aldo.
El reclamo de Albert Baró y la cruda interpelación que les hizo a los guionistas: "No me gusta lo que están haciendo con mi personaje"
El catalán encarnó a Bruno, uno de los protagonistas de la tira. Durante la primera parte de la ficción, el personaje se caracterizó por ser la encarnación propia del arquetipo del héroe clásico. Sin embargo, cuando Suar decidió prolongar la tira, los guionistas decidieron darle un giro más "humano" y debieron luchar con los reclamos del ex Merlí.
"No me gusta lo que están haciendo con mi personaje", les reclamó a Calderone y Caro Aguirre. ¿El motivo? Durante la segunda parte de la novela, Bruno quedó envuelto en un intrincado triángulo amoroso con los personajes de Malena Sánchez (Francesca) y Delfina Chaves (Lucía). "Bruno jamás jugaría así con una mujer", les espetó. Sin embargo, los guionistas no accedieron al reclamo y redoblaron la apuesta: la ambivalente situación sentimental del personaje se tornó en el centro narrativo de su historia.
El triángulo amoroso también incomodó a Sánchez, quien desde un principio se mostró en contra de que su personaje interfiriera en el romance protagónico de la novela. En efecto, Francesca retrataba al estereotipo de mujer moderna y empoderada. No fueron pocos los fans que cuestionaron el giro narrativo que la mostró como una mujer sufriente.
La muerte que causó la indignación de más de un miembro del elenco
Las muertes se convirtieron en una moneda corriente del culebrón de PolKa. Sin embargo, una de las actrices del elenco no ocultó su malestar al enterarse de que, para darle más picante a la trama, su personaje iba a morir. Estamos hablando de Julia Calvo, quien le puso el cuerpo a Serafina.
"Por suerte, fue un personaje muy querido por la gente, que todavía me lo dice en la calle", reconoció en su momento, cuando las grabaciones todavía estaban en marcha. "Sobrellevar eso fue todo un tema, porque era una contradicción enorme que te digan: 'Qué maravilla', y vos saber que ya está, que se muere".