El paso de Paul McCartney por la Argentina ya quedó impregnado en la memoria de quienes pudieron asistir a alguno de los tres shows que brindó en Córdoba y La Plata esta semana, en el marco de su gira One on One. Con entradas nada baratas e importantes esponsoreos, el británico facturó alrededor de US$ 30 millones.
Las variaciones de precios en las entradas entre un show y otro fueron mínimas, pero costosas en todos los casos. Para el recital que brindó en el Estadio Mario Kempes el domingo pasado, las entradas oscilaron entre los $1.150 y $4.025. En el Estadio Único de La Plata, donde se presentó el lunes y el miércoles, los valores iban de $1.440 a $ 3.450.
Con una asistencia de 160.000 espectadores en total, sólo en el rubro entradas Sir McCartney embolsó un promedio de US$ 28 millones. Esto superó el monto recaudado en sus dos recitales en el estadio de River en noviembre de 2010, donde en dos presentaciones se llevó unos US$ 10 millones.
En 2010 McCartney se llevó US$ 10 millones.
En cuestiones de esponsoreos, el principal de ellos fue el de Banco Patagonia, quien a través de una alianza estratégica con la productora T4F se hizo cargo de traer al músico nuevamente a la Argentina. De este modo la entidad financiera desembarcó en el mundo del entretenimiento, donde ya tiene varios artistas en su carpeta de visitas.
Entre otras empresas que acompañaron los shows en la Argentina se encuentran Unicenter y Canal 13. Según indican fuentes del sector, dependiendo del artista y del tamaño del show, los valores del esponsoreo van de los US$ 100.000 a los US$ 500.000.
A pesar de lo sideral de la cifra, a lo recaudado se le deben restar costos tales como impuestos, gastos de producción, estadio y publicidad. Hoy por hoy, los artistas piden cercan del 92% de la utilidad obtenida de la facturación de cada show.
El músico generalmente se lleva el 92% de lo obtenido del show luego del pago de los costos.
Según contó el productor Fernando Moya a la revista Billboard, en Estados Unidos los músicos llegan a pedir hasta un 95,5%, dado que es muy común que el empresario productor sea dueño del estadio, el estacionamiento, la ticketera y la comida. "Esos ingresos colaterales pueden ser más importantes que la venta de entradas en sí", remarcó.