Un salto al vacío: la noche en que Maxi Trusso desafió la gravedad y perdió

Había electricidad en el aire. Niceto Club vibraba con la voz inconfundible de Maxi Trusso, ese crooner moderno que mezcla el pop con la nostalgia. La noche parecía perfecta: luces bajas, público entregado y un artista en pleno éxtasis musical. Pero entonces, sucedió lo impensado. En un arranque de emoción, Trusso decidió lanzarse al público, confiado en el pacto sagrado del rock: el artista se entrega y la multitud lo sostiene. Pero esta vez, la ecuación falló. El cantante saltó... y cayó estrepitosamente.

Un impacto seco contra el suelo interrumpió la magia del momento. En un segundo, el fervor se convirtió en estupor, la euforia en miedo. Desde los celulares en alto, los videos captaron la escena en tiempo real. Y en las redes, la secuencia se viralizó con comentarios que iban del asombro a la incredulidad. "Acabo de vivir la mejor secuencia de mi vida en un concierto de Maxi Trusso", escribió un espectador, entre el desconcierto y la fascinación. 

Otros no podían creer lo que habían visto: el ídolo caído, el ritual quebrado. Mientras algunos reían nerviosos, otros intentaban entender qué había pasado. Y entonces, cuando la tensión alcanzaba su punto máximo, un murmullo comenzó a recorrer la sala. Fue Gustavo Lutteral quien tomó el micrófono, con su voz grave y pausada, para tratar de calmar a la multitud: "Lo que les pido es que, con esta misma linda energía, estén tirando la mejor onda para que esté bien". 

Sus palabras trajeron un poco de alivio, aunque la incertidumbre persistía. "Que lo chequeen los médicos, el golpazo que se dio todavía no entiendo cómo ocurrió, pero las cosas pasan", agregó, intentando devolverle al momento algo de normalidad. Pero no había nada normal en lo que acababa de suceder. Minutos después, un movimiento detrás del escenario hizo que todos contuvieran la respiración. Trusso, desde el backstage y aún dolorido, decidió continuar el show. 

Pero esta vez, lo haría de una forma inesperada: acostado en una camilla, con el cuerpo maltrecho pero el espíritu intacto. Su voz resonó desde la trastienda como un eco fantasmal, mientras la banda lo seguía desde el escenario. Una postal insólita: el artista caído, pero inquebrantable. Finalmente, la ambulancia lo llevó al hospital Fernández para realizar estudios. Pero antes de partir, con el alma de un gladiador y la mística de una estrella de rock, Maxi Trusso dejó un mensaje en sus redes que parecía sacado de una epopeya: "Dejo la vida por ustedes. La vuelta será inigualable". El show debe continuar. Y Maxi Trusso, herido pero invicto, lo sabe mejor que nadie.