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Valenzuela: sus miedos antes de internarse y la primera salida

La actriz pasa sus días en un neuropsiquiátrico por depresión. Su hija la va a visitar y la saca a pasear por las calles de Luján. El increíble pensamiento que tenía María antes de colapsar.

13 Octubre de 2016 06:09
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El peor momento. Tras la muerte de su mejor amigo Gaspar Mulet, ocurrida en agosto pasado, María Valenzuela entró en un profundo cuadro de depresión, se encerró en su casa y dejó de comer por 10 días. Por esto decidió internarse. Actualmente pasa sus días en un neuropsiquiátrico de la ciudad de Luján. 

La actriz está intentando dejar atrás el duro momento que está viviendo.

La tristeza profunda hizo mella en su estado de salud, que ya venía golpeado por una delgadez extrema que arrastraba desde hace un año. Según dio a conocer Intrusos, la actriz llegó a pesar 38 kilos y no mantenía contacto con nadie.

Tanto es así que su amiga Noemí Serantes confesó que "siempre tuvo una obsesión con el físico" y que hacía muchos meses que notaba actitudes raras. "No venía bien desde diciembre", reveló.

Malena la va a visitar al neuropsiquiátrico y la saca a pasear por Luján. Foto: Caras.

Pero, por suerte, María está dejando atrás el peor momento de su vida. Su hija Malena la va a visitar al neuropsiquiátrico y la saca a pasear por las calles de Luján. La web de la revista Caras publicó dos fotos de cómo está actualmente "Mariquita". A comparación de hace unos meses, la actriz está mucho mejor, ya que ganó peso.

Según publicó la misma revista, antes de la internación, Valenzuela estaba tan mal que creía que la muerte la seguía. "¡La parca me sigue!", gritaba constantemente la actriz.

La actriz no la estaba pasando para nada bien: creía que la parca la seguía. Foto: Caras.

La actriz tiene una rutina bastante estricta en el neuropsiquiátrico. Se levanta a las 8 de la mañana y se viste para ir a desayunar al comedor de la clínica. Allí se junta con otros pacientes internados y toman un café con tostadas. Luego de cumplir con esto, puede salir al patio para fumar el primer cigarrillo del día.

Pero su día no termina ahí. Luego debe cumplir con una rutina de clases, charlas y ejercicios. A la tarde puede hacer lo que le gusta, como pintar, hablar con sus compañeros y jugar juegos de mesa. Además, tiene las visitar de sus familiares, quienes la sacan a pasear una hora por día.

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