Después de que Eugenia “La China” Suárez revelara su intención de firmar un contrato prenupcial antes de casarse con Benjamín Vicuña, otra famosa se animó a contar cómo administra sus finanzas familiares. ¿De quién se trata? Nada más y nada menos que de Verónica Lozano.
Verónica Lozano contó cómo administra su plata.
“Sigo teniendo y administrando mi propia plata. Y como siempre: disfrutando de todo, eligiendo creer que lo que tengo hoy puede desaparecer mañana. Vivo sin apegos ni posesiones, como de paso, y así gozo de lo que me toca”, reveló en una entrevista a la revista Gente.
Pese a la abultada -e investigada por la justicia- fortuna de su marido, “Corcho” Rodríguez, la conductora de Cortá por Lozano conoce el valor del esfuerzo. “Fui una niña fuerte y una adolescente decidida, de montar un kiosco en el colegio para financiar el viaje de egresados. Me di cuenta de que generar dinero me daría independencia. Animé fiestas infantiles, hice pulseras. Haberme comprado el primer John L. Cook sin rendirle cuentas a nadie fue sensacional”.
“Me gusta la guita. En mis grupos de laburo era la sindicalista: arengaba para que no nos faltase el mango. Porque lo barato no se valora. Siempre me divirtió jugar con el límite entre exigir y correr el riesgo de que no me contraten. Soy de salir a la cancha y tantear cuándo ser conchuda, exquisita o relajada”, reconoció.
Verónica Lozano: “Sufrí destrato laboral por ser mujer”
El ninguneo de la Justicia es un doble destrato (con respecto a la violencia de género). Entonces me nace de las entrañas: como comunicadora siento el deber de plantarme. Es hora de que dejemos de caretear. De que todos sepan de qué lado estamos”
¡Soy una afortunada!... Y mirá qué naturalizado tendríamos el tema que iba a decirte que sólo tuve las experiencias 'clásicas'...¡Qué horror! Sí, a mí me han apoyado en colectivos, me pararon por la calle para preguntarme cómo llegar a tal lado mientras se masturbaban y me mostraron el pene ciento de veces. Pero no padecí situaciones peores de abuso sexual. Sí, de destrato laboral”
Cuando conducía Sushi con champagne (2000), el productor le hacía toda la bajada solo al conductor, a mí ni me miraba. Era mujer, y adorno. Y más de una vez tuve que bancarme sus puteadas por la cucaracha (auricular). Pero mi personalidad me ganaba", recuerda. "Me plantaba diciendo: '¡Escuchame estúpido, no vuelvas a hablarme así!'. Y al poco tiempo me quedé sin laburo”
Un día me dijo: 'El programa sigue, pero sin vos. Ya sé, podés decir que te vas para intentar tener un hijo'. ¡¿Podés creer?! 'No, mi amor...yo sé muy bien qué voy a decir'. Por eso ante el destrato debemos armar una red enorme de contención. En todos lados: en una fábrica, en una clínica... Para que no se naturalice eso de 'Ah, si, Waltercito de contabilidad es un pajero, dejalo....él es así' ¡No más!”