A mediados de 2018 se estrenó en la televisión brasileña la novela Jesús, la cual hace solo unas pocas semanas llegó a la pantalla chica argentina con un gran éxito, ya que se convirtió en uno de los programas más vistos de la noche de Telefe. La ficción religiosa relata la llegada del Mesías a la Tierra, desde que la virgen María se entera de que está embarazada del Espíritu Santo, hasta el momento en que el hijo de Dios es crucificado.
Filmada en los estudios cinematográficos de Marruecos y en Brasil, la novela no solo fue un furor en el país vecino, sino que ahora que se estrenó en la Argentina generó también un fanatismo enorme por lo que cuenta la historia, y también por los personajes que participan en ella.
Uno de los artistas que formó parte de la ficción durante sus primeros capítulos fue Victor Sparapane, quien se puso en la piel de un soldado romano llamado Petronio. A sus 31 años, y luego de mucho estudio y preparación, el actor vive ahora uno de los mejores momentos de su carrera, ya que la novela Jesús le abrió las puertas para participar por primera vez en una serie creada por Netflix, la cual se cree que estará disponible en la plataforma dentro de pocos meses.
Según contó a BigBang Sparapane, es raro que en la actualidad las empresa audiovisuales inviertan mucho dinero en productos de alta calidad de carácter religioso, por lo que haber participado de esta novela para él fue muy importante, sobre todo porque considera que es una ficción que está muy bien hecha en todos sus aspectos.
"Supongo que el éxito es debido a esta necesidad elemental que los humanos tenemos de encontrar un propósito mayor", sostuvo, y luego comentó que para poder ponerse en la piel de un soldado romano debió investigar bastante, y por eso se dedicó a ver películas y videos en YouTube con el objetivo de poder comprender cómo viviría el personaje en ese momento, y cuáles eran además sus costumbres y creencias.
"Mi mejor aliado en esta creación fue un libro llamado La centésima en Roma de Maxx Mallmann, y aparte de eso, también seguí un entrenamiento estricto para estar físicamente actualizado. Petronio tenía también un lado sensible que exploré por su amor por los caballos, lo que le dio un aire de antihéroe, pero todo esto es solo un estímulo, el personaje nació después, cuando me puse la armadura, me cicatricé la ceja y empecé a grabar", comentó.
En este sentido, dijo que el equipo enteró se trasladó a Ouarzazate, en Marruecos, donde están los estudios de cine internacional, y donde se grabaron ficciones como John Wick y Game of Thrones.
Allí filmaban un promedio de 20 escenas por día, con tres frentes de producción que trabajaban en simultáneo, por lo que la cantidad de horas que grababan era muy parecida a la que se sostiene para una película.
"Estar en una atmósfera así, te brinda una energía única. Cuando pisás el set de grabación sentís algo diferente, y hablar todo esto suena muy glamoroso, pero debido a la sequedad del aire, muchos actores, incluido yo mismo, tuvimos un insomnio considerable, además de las temperaturas que a veces pasaron los 50° y otras veces la temperatura estaba por debajo de cero", reveló.
A pesar de los sacrificado que fue, para Sparapane grabar la novela en Marruecos fue una experiencia muy desafiante y que sin duda le sirvió para componer la atmósfera que la historia necesitaba. "Puede sonar extraño pero creo que salir de la zona de confort es mágico para cualquier artista, un cierto grado de adversidad es importante para cualquiera", aseguró.
Aunque ahora atraviesa la pandemia como puede, trata de practicar a diario el optimismo y el positivismo, sobre todo porque cree esta es solo la primera batalla de una larga guerra que enfrentará el mundo. "El consejo que me doy a mí mismo y a cualquiera que quiera escuchar, es buscar la cordura emocional", sugirió.
A pesar del momento que se vive, lo cierto es que el actor espera también con ansias el estreno en Netflix de Ciudad Invisible, una serie que para para él "tiene una atmósfera fantástica creada en base al folklore brasileño". "Cuando grabé la serie tuve la sensación de hacer una especie de Stranger Things, hay muchos elementos que me hicieron tener este sentimiento, pero realmente no puedo decir mucho", completó.
Sus comienzos
En el año 2007, cuando el actor tenía apenas 16 años y todo lo que le importaba era jugar al fútbol, viajó a Estados Unidos para hacer un intercambio, una experiencia que al principio le costó bastante porque no podía seguir las clases y tenía muy bajas calificaciones.Con este difícil contexto, y mientras aprovechaba una gran colección de DVD que había en la casa familiar donde se quedaba, todos los días veía dos o tres películas relacionadas con el fútbol, ??hasta que un día vio la película John Q, la cual él sintió que plantó la semilla para que luego germinara la idea de convertirse en actor.
"Cuando volví a Brasil no tenía nada muy planeado y no tenía idea de cómo comenzar. Mi tío y padrino Walmir Sparapane era la única persona que conocía que podía ayudarme, porque trabajaba en ese momento como maquillador exclusivo para Barbara Paz (gran actriz brasileña que estuvo casada con el director Héctor Babenco). Barbara acababa de terminar un cortometraje, y luego, con el apoyo y la compañía de mi madre Luciane Louzada, fui a São Paulo para ver la película y sentir esa atmósfera cinematográfica más de cerca", contó.
Después de eso, con el apoyo de su familia, llegó a una agencia donde le explicaron que lo fundamental para ser artista era estudiar mucho, por lo que finalmente decidió comenzar a capacitarse junto al director brasileño Ulysses Cruz.
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"Mi madre me inscribió en un curso de vacaciones en esta escuela, y tal vez ella no lo sabe, pero después reprobé en este curso. Era muy inexperto en relación con este universo, y por eso el primer no de mi carrera estaba más que garantizado, pero no importa cuán negativo fuera el resultado de la evaluación de los maestros, allí encontré algo que realmente me desafió y que comencé a amar, y desde entonces nunca dejé de estudiar y dedicarme a pesar de los muchos no", confirmó.Paso a paso, Sparapane comenzó a crecer, hasta que llegó a la ficción Diez mandamientos el día que el actor Sidney Sampaio, que interpretaba a Josue, necesitaba un suplente para poder comenzar a grabar otra novela.
Aunque entró como remplazo, luego su presencia fue fundamental en una escena muy importante, y como logró aprenderse un monólogo muy difícil en poco tiempo, el director lo felicitó, y comenzó con él un vínculo que luego le sirvió para llegar a Jesús y más tarde a Jezabel, dos ficciones que fueron furor en Brasil.