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Vuelos privados, excesos y Dieguito: las versiones cruzadas de Ojeda y Diego

Mañana se verán las caras en una audiencia de conciliación. Qué desató el nuevo round y las estrategias que presentarán.

02 Febrero de 2017 11:56
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Estaba todo dispuesto. Después de ocho meses de no ver a Dieguito Fernando, Diego Maradona se había comprometido a enviar el viernes 20 de enero un avión privado a Mar del Plata para que recogiera a su hijo de tres años y disfrutar así de un reencuentro en la casona familiar de Devoto. Algo lo impidió y el incidente abrió un nuevo capítulo con su ex mujer, Verónica Ojeda. Acusaciones de ambas partes, un posible pedido de tenencia por parte del “Diez” y una audiencia de conciliación en la que, finalmente, los padres del pequeño se verán mañana las caras.

Viejas épocas: Diego y Verónica estuvieron ocho años juntos.

Las versiones son contradictorias. De un lado, sostienen que Diego reprogramó el viaje para el sábado y luego se ausentó por “haberse pasado de copas la noche anterior”. Del otro, acusan a la madre del pequeño impedir el contacto con excusas e imposiciones “imposibles de cumplir”. Dos caras de una misma moneda. Dos relatos completamente antagónicos. Y, entre el fuego cruzado, un pequeño que cumplirá en doce días cuatro años.

 

Según la versión pública de Ojeda, la organización del encuentro estuvo en manos de “(Matías) Morla y su gente” y comenzó el jueves con un llamado de Vanesa, la hermana del abogado de Maradona. “Me pidieron que Dieguito estuviera en Devoto el viernes a las seis de la tarde. Esa mañana lo preparé para que viaje junto a sus abuelos, mis padres. Al mediodía me llamaron para decirme que se suspendía la visita y que lo pasaban para el sábado. Dije: 'Genial' y me callé. Llegó el sábado, Dieguito viajó con sus abuelos y a las seis de la tarde estaban allá”.

Según Ojeda, lo que Diego "no tolera" es que ella sea independiente.

Ojeda sostiene que Dieguito esperó junto a sus abuelos en una estación de servicio cercana a la casona de Devoto, hasta que sonó el teléfono. “A las seis de la tarde, cuando ya estaban allá, me dijeron que Diego iba a ir recién a las nueve de la noche porque quería cenar con Dieguito y toda su familia. En Buenos Aires hacían 40 grados de sensación térmica y no había nadie en la casa de Doña Tota como para que pudiera esperar ahí. No iba a hacerlo esperar tres horas en la calle y decidí que se vuelvan”, justificó la ahora animadora infantil.

Diego sigue en pareja con Rocío, pese a sus constantes idas y vueltas.

Desde el entorno de Ojeda, el cambio de horario se dio porque la noche anterior el ex futbolista se había “pasado de copas” y se quedó dormido. El de Maradona, por su parte, denuncia que la madre de Dieguito Fernando había orquestado un “circo mediático” con fotógrafos para que retrataran el encuentro y que, por ese motivo, se decidió el cambio de planes.

Diego junto a su hijo menor, Dieguito Fernando.

Pero los cruces no terminaron ahí. “Diego se despertó, preguntó qué había pasado con Dieguito y cuando le dijeron que se había vuelto se volvió loco”, advierten desde el entorno. La bronca, aseguran, se vio volcada en un pedido claro a su abogado, Matías Morla: “Quiero ver a mi hijo y lo quiero ver ya”.

 

La escalada entre Ojeda y Maradona llegó hasta la amenaza judicial del ex futbolista de solicitar la custodia del pequeño. Algo que, claro, enardeció a Verónica, quien de inmediato suspendió su contrato con la obra teatral que encabezaba en Mar del Plata y regresó a Buenos Aires para ponerse en contacto con su equipo de abogados. Otra vez en pie de guerra.

La carta documento que Maradona le envió a Verónica Ojeda.

Al momento, Maradona no oficializó el pedido de tenencia. Sólo convocó a una audiencia de conciliación con su ex mujer. “Diego está convencido de que hay un acuerdo firmado que impide que Verónica se lo lleve a más de 100 kilómetros y eso no existe. La audiencia va a permitir que entienda bien qué es lo que se firmó”, aseguran.

 

Confiada, Verónica espera que el sorpresivo encuentro conciliatorio le permita acercar posiciones “jurídicas” con el padre de su hijo. “Ponernos de acuerdo delante de un juez es lo mejor, así llegamos a un acuerdo de una vez por todas y Diego deja de molestarme tanto en mi vida privada”, expresó en su paso por el ciclo Intrusos.

Los celos, Rocío Oliva y la trastienda del “amor después del amor”

Diego y Verónica se conocieron el domingo 13 de noviembre del 2005. Ella tenía 32 años, él 44. Cruzaron miradas por primera vez en el salón de fiestas Lituano, de Lanús, en el que Fernando Maradona, primo del “Diez”, celebraba su casamiento. Los Ojeda, también oriundos de Villa Fiorito, fueron invitados.

Rocío, Diego y Verónica: el triángulo amoroso de los Maradona.

“Nadie fue el celestino. Nos presentamos mutuamente. Entramos al salón, estaban mis padres, su familia. Me miraba, me miraba y me ponía nerviosa. Hasta que en un momento Diego se acercó y le preguntó a mi papá, Carlos, si me podía sacar a bailar. Le pidió permiso y mi papá le dijo: 'Por supuesto'”, recordó tiempo después la rubia.

Ojeda y Diego comenzaron su relación en 2005. Estuvieron ocho años juntos.

Fueron ocho años de relación, pese a la abierta oposición que manifestaban las hijas mayores de Maradona. Él no la blanqueó de inmediato, pero nunca la negó. “No tengo nada que explicarle a nadie. Estoy divorciado y puedo hacer lo que quiera”, solía esquivar cuando se mostraba junto a Verónica.

 

Ella nunca le reclamó nada. Lo acompañó durante muchas de sus internaciones y hasta sufrió la pérdida de un primer embarazo. Pero la pareja se dinamitó meses después, cuando Verónica confirmó que estaban, una vez más, en la dulce espera. El embarazo de Diego Fernando fue complicado. Ella sufrió pérdidas y sorteó las vicisitudes y las esquirlas mediáticas de la separación con Diego quien, en su momento, calificó el embarazo de “traición”.

 

Verónica dio a luz el 14 de febrero, día de los enamorados, a Dieguito Fernando. Su padre no estuvo presente en el parto, aunque prometió “hacerse cargo” y darle el apellido. Faltaba sólo una semana para que Rocío Oliva hiciera su desembarco triunfal en los medios como la nueva novia del “Diez”.

Diego blanqueó a Rocío sólo diez días después del nacimiento de Dieguito Fernando.

La guerra entre ambas mujeres comenzó de inmediato y se agudizó con el correr de los años. No se pueden ni ver y no lo ocultan. Y así, mientras Oliva supo mantener inicialmente un buen vínculo con Claudia Villafañe, la sombra de Ojeda fue algo que jamás pudo tolerar. “Diego sigue sintiendo cosas por Verónica y ese es el problema”, señalan desde el entorno de la ex pareja.

Ojeda quedó embarazada de nuevo en 2014, pero lo perdió.

Conocido por sus celos y actitud posesiva, Maradona nunca le perdió el rastro a Verónica. Los idas y vueltas con Rocío (que abarcaron desde intentos de desalojo en Bella Vista hasta pedidos de captura internacionales) dieron lugar a fugaces y fogosos reencuentros con la madre de su hijo menor. De hecho, en marzo de 2014, Ojeda anunció que estaba nuevamente embarazada del ex futbolista, pero poco tiempo después lo perdió.

Rocío comparte cada uno de los "detalles amorosos" de Diego.

“El problema de Diego es que sigue pendiente de lo que hace Verónica, no quiere que rehaga su vida. Se pone loco cada vez que siente que ella es independiente. Ahora, el drama pasa porque no le gusta que esté haciendo teatro”, sostienen. Enamorado o no de Verónica, Diego mantiene al día de hoy su relación con Oliva. Un triángulo amoroso que crece día a día.