Festejan los fans de ATAV. Sí, Argentina, tierra de amor y venganza regresa a la grilla de El Trece, en medio de la falta de producción nacional por el brote de Covid-19 en el país. La tira fue éxito el año pasado y, aunque a muchos les suene raro, fueron miles quienes celebraron la decisión del regreso de la ficción, pese a que pasaron menos de seis meses de la emisión de su capítulo final.
Ahora, ya todos saben qué sucederá con el villano interpretado por Benjamín Vicuña o si Albert Baró y Delfina Chaves tienen su final feliz. Sin embargo, desde BigBang queremos hacer que el volver a ver la novela tenga nuevos condimentos. Es por eso que repasamos, uno por uno, todos los anacronismos y errores de grabación para que esta vez no pasen inadvertidos.
Hay que ser justos: uno de los primeros errores que los fans notaron no salió al aire. En efecto, se trató de una de las fotos con los que se promociona la novela en Instagram. En el posteo, se lo puede ver a Albert Baró sostener en su mano izquierda lo que parece ser un smartphone, pese a que la tira se desarrollaba por ese entonces en 1938.
Pero sí se pudo ver el "machete" que Baró colocó sobre el diario que leía en una escena. Sin contar, además, con que llevaba el ejemplar abierto de una forma muy extraña y, claro, difícil de leer.
Hubo un detalle que no pasó inadvertido por los fans de la novela de Pol-Ka en el capítulo en el que Torcuato Ferreyra (Benjamín Vicuña) intenta rescatar a Samuel Trauman (Fernán Mirás) de Aldo (Gonzalo Heredia). Y es que, para sorpresa de muchos, el villano de Vicuña apareció en escena con unas zapatillas marca Nike; un grave anacronismo si se tiene en cuenta que la novela transcurre en el año 1938. Los seguidores fueron un paso más y hasta googlearon el año en el que se fundó la compañía: 1964.
El bebé elegido para ser el hijo de Anna (Candela Vetrano) también causó controversia. La criatura se suponía que era prematura, pero nació con gran tamaño. A eso se le suma que, después de la escena del parto, la cámara registra la carita del bebé y está absolutamente limpia, pese a que el personaje de Vetrano lo tuvo sola en una bañadera vacía.
Aunque la producción está detrás de cada uno de los detalles, es humano que ciertas cosas sucedan. Como por ejemplo, que se puedan ver a algunos personajes tomando helado con cucharitas de plástico, algo que no existía en esa época.
En efecto, fue una de las guionistas de la serie la que reconoció que, para poder hacerla viable en términos económicos, debieron filmar cerca de treinta capítulos iniciales en simultáneo. Eso explica alguno de los hilos sueltos y errores de continuidad detectados por los fans.
A mediados de junio, la producción decidió extender los contratos de todos los actores. ¿El motivo? La buena aceptación del público los llevó a grabar una "segunda temporada". Fue en ese entonces que, de acuerdo a lo planificado, todos se tomaron vacaciones. Eso explica algunos bronceados que llamaron la atención, así como cambios en los largos de los pelos.
Algunos fans hilan muy fino y remarcan cada uno de los errores de la grabación. Al parecer, los guionistas se olvidaron de las rejas que Libertad, la madre de Lucía, había mandado a instalar en la ventana de su hija para evitar que se encontrara a escondidas con Bruno.
Otros, también atentos a posibles anacronismos, encontraron ciertos detalles en las locaciones. ¿Uno de los errores más recientes? La cerradura que tiene la casa en la que Bruno y Lucía convivían. El error se puede ver en el capítulo en el que Torcuato le dispara a Lidia por la espalda.
"Hay que tener en cuenta que cada vez que les pido un hospital o una escuela de esgrima todas tienen que ser de 1938. Es muy difícil", reconoció Carolina Aguirre, una de las guionistas de la ficción.
Otro de los errores fue marcado por la propia Mirtha Legrand, después de que la incorporaran a la tira. “Nuestra madre era argentina, por lo tanto no hablaba con acento español”, señaló en alusión al personaje interpretado por Virginia Kaufmann. “Nuestro padre era español”, sumó la conductora.