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Vuelve el músico inglés que dijo: "No quiero el Sida del drogadicto de Maradona"

John Lydon vuelve por tercera vez a la Argentina, la segunda junto a Public Image Ltd. En lugar de ponerse la camiseta de la Selección y gritar "¡¡Hola Buenos Aires!!", el fundador de los Sex Pistols hizo exactamente lo contrario. Tenía sus razones.

18 Junio de 2016 15:28
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Casi un cuarto de siglo después de su última visita, y a 30 años del Mundial 86, vuelve Public Image Ltd. a la Argentina. El regreso de P.iL, que estará el próximo 11 de agosto en el teatro Vorterix, es, verdaderamente, una buena noticia. 

Aquellos que no habían nacido cuando vinieron por primera vez van a tener la posibilidad de ver una banda esencial del postpunk británico. Aquellos que sí pudimos verlos volveremos con la esperanza de que sigan sonando como los dioses y que esta vez nadie tire un petardo sobre el escenario y que a nadie le parezca que escupir a un artista es un gesto contracultural. Ahora, ¿qué tienen que ver con PiL los 30 años del Mundial 86? Veremos.

PiL modelo 2016: así los veremos en la Argentina.

Hace 24 años, en 1992, el mismo histórico año en que vinieron, entre otros, Keith Richards, Guns N' Roses, Nirvana, Mano Negra y Billy Idol, Public Image Ltd también pasó por la Argentina. La banda de John Lydon estaba en un momento brillante, que a su vez era su último momento. Le tocó en suerte un público al que con buena voluntad podemos calificar como idiota. Eh... ¿Por qué tanto? Veamos.

Para quienes no lo saben, Lydon fue también Johnny Rotten y Johnny Rotten fue el cantante de Sex Pistols, tal vez la banda icónica del punk rock británico. Ahí está la clave del problema: los Pistols no habían venido jamás a la Argentina, el público quería escuchar temas de los Pistols y Lydon estaba francamente en otra. Estaba en PiL.

Durante el show del 4 de septiembre de 1992 en el estadio Obras sucedió algo tan absurdo como peligroso: mientras PiL tocaba su hit "Seattle" un fan arrojó un petardo que estalló en el centro del escenario. La banda terminó el tema como pudo y tuvo que suspender el show por un buen rato hasta que se recuperó Ted Chau, su guitarrista, que resultó seriamente aturdido. Aquí, el video de lo ocurrido.

De atendible malhumor, Lydon decidió seguir con el show. Hay que decir que el petardo no fue lo único que le arrojaron: los punks se dedicaron a escupirlo de manera sistemática, un poco para reclamarle que tocara temas de los Pistols, otro poco porque pensaban que, si era un verdadero punk, no tenía por qué molestarlo que lo escupieran. Lydon amagó con irse, reclamó de muy mal humor que dejaran de escupirlo, y finalmente dijo: "No quiero el Sida del drogadicto de Maradona". Lo dijo en inglés, pero todo el mundo lo entendió.

(Para que ubiquemos la frase en su contexto histórico: en ese preciso momento, Diego estaba en boca de todo el mundo. El 1° de julio de 1992, había cumplido la sanción de 15 meses que impuesta  por la FIFA luego de que el control antidoping que se le efectuara tras el partido Napoli-Bari resultara positivo por consumo de cocaína. Sin embargo, no podía incorporarse a ningún club porque el Napoli, dueño de su pase, se negaba a autorizar que jugara en otro club. Tuvo que terciar la Fifa para que Maradona pudiese incorporarse al Sevilla que dirigía Carlos Bilardo. El conflicto se destrabó días después del show de PiL: el 22 de septiembre de 1992).   

Maradona, en los controvertidos días del Sevilla.

Entonces el público empezó a silbarlo. Y hasta los más exaltados se pusieron a cantar "Y ya lo ve/Y ya lo ve/el que no salta/es un inglés". La combinación entre un artista nada afecto a la demagogia tribunera y un público que había dejado la lucidez en casa dio lugar a un concierto que varias veces estuvo a punto de terminar antes de lo previsto.

Sin embargo, para quienes estuvimos allí, el concierto fue una gloria. PiL estaba en la gira de su discazo That What is Not y Lydon era verdaderamente magnético sobre el escenario. Uno de los protagonistas del punk se había convertido en uno de los artífices del post punk y mostraba su música ante una audiencia  que parecía condenarle su evolución como si fuera un pecado.

Lydon, más o menos en la época de su visita a la Argentina.

El show terminó, al fin, con EMI, un cover de los Pistols, si es que podemos llamar "cover" a una versión hecha por el propio autor de la canción. El tema está en el único disco que grabaron los Pistols en su primera encarnación: Never Mind The Bollocks, que en castellano quiere decir algo así como "A pesar de los boludos". A pesar de ellos y sus petardos, a pesar de ellos y sus escupitajos, PiL se lució sobre el escenario del estadio Obras. Ese mismo año, la banda se disolvió, en medio de un conflicto de Lydon con su compañía discográfica, que se había negado a financiar la gira. 

Sex Pistols 1996

Cuatro años después, Lydon volvió a ser Johnny Rotten y volvió a Obras, ahora con los Sex Pistols. El nombre de la gira lo dijo todo, Filthy Lucre Tour (La gira del lucro sucio). Con un título tan poco entusiasta, unas 1.000 personas a lo sumo vieron un show desganado en el cual Lydon se limitó a hacer su trabajo.

En 2009, el músico rearmó a PiL, con nuevos integrantes. El nuevo PiL lleva grabados dos discos, This is PiL (2012) y What The World Needs Now (2015) y es el vehículo a través del cual Lydon muestra su nueva música. Maradona ya no juega -ni siquiera entrena equipos-  pero el inglés, en cambio, sigue dando batallas sobre el escenario y se niega rotundamente a que lo llamen "vieja leyenda". En una entrevista de la periodista Laura Revuelta, publicada en el diario español ABC el año pasado, se explayó sobre lo que se propone lograr con su carrera y de su vida ahora que tiene 60 años. 

 ¿Vieja leyenda? Sigo estando muy bien. Es lamentable que cuando vemos aquí el nombre de Pete Townshend, solemos usarlo como referencia. Él escribió hace unos años I hope I die before I get old! ("Espero morir antes de llegar a viejo"). Creo que él era de mi generación. Es un concepto estúpido. Lo que deberías desear es una vida larga y plena. Que tu existencia no finalice a los 22 años porque te consideran una estrella del pop. No me considero una estrella del pop, sino una estrella y músico del folk que existirá hasta que muera.

¿Folk? ¿Pero usted no era el padre del «punk»?

Los medios de comunicación en Inglaterra, hace muchos años, me llamaron "el rey del punk". No me gustaba entonces, pero ahora me gusta mucho porque lo que hago es punk. Y lo que haces tú mismo, tan honestamente como puedes. Intento hacer que el mundo sea un lugar mejor, no peor.

A 30 años del Mundial 86, en medio de una revivalmanía que incluye documentales, libros y hasta cuentas de Twitter, vuelve el músico que se atrevió a cuestionar al máximo ídolo de aquella gesta. Su problema, está claro, no era con Maradona, pero John Lydon se sintió atacado y pegó donde más dolía.