El Chateau Libertador fue el escenario de una noche de furia, lágrimas y acusaciones cruzadas entre Wanda Nara y Mauro Icardi. Lo que parecía un simple trámite de devolución de mascotas terminó en un verdadero drama familiar, con gritos, angustia y hasta una denuncia judicial. Todo comenzó cuando el delantero del Galatasaray llegó al domicilio de su ex esposa para entregarles a las perritas de sus hijas, pero la situación escaló rápidamente cuando, según el relato de Wanda, Icardi les dijo a las niñas que "al colegio no vuelven más" y que "nos vamos a vivir a Turquía".
Esto desató el llanto de las menores, quienes se habrían asustado ante la posibilidad de una mudanza forzada. Según contó la propia Wanda, a través del periodista Guido Záffora en DDM, ciclo que se emite por la pantalla de América TV, sus hijas subieron desesperadas a su departamento tras las declaraciones de su padre. "Las nenas estaban asustadas porque creían que él las iba a secuestrar", aseguró la empresaria. Pero lo más llamativo fue la supuesta amenaza de Icardi hacia las mascotas: "Les dijo que si iban a su casa, iba a matar a los perros".
Mientras todo esto sucedía, Wanda Nara se encontraba en recuperación tras una operación y desconocía que sus hijas serían llevadas a su domicilio esa noche. "Nunca supe que las nenas iban a venir. ¿De qué emboscada hablan? Las perritas son una gran contención para ellas, por eso pensé que lo mejor era que las trajeran", relató. El conflicto entre la ex pareja no solo es emocional, sino también económico y judicial. Wanda fue contundente al asegurar que Icardi no cumple con la manutención de sus hijos: "No paga alimentos, no paga el colegio ni la obra social. Es mentira".
Incluso, exigió que el futbolista muestre los recibos para desmentirla si no fuera cierto. En el marco de su divorcio, el abogado italiano de Nara, Giuseppe Di Carlo, explicó en una entrevista con Sergio Lapegüe que la separación y el divorcio son procesos diferentes en Italia. En noviembre de 2023, Icardi solicitó formalmente el divorcio, pero recién en marzo de este año salió la sentencia parcial de separación. "Aún no están definidas la manutención ni la tenencia de las menores", aclaró el letrado.
Lo que más impactó es que el delantero inició su demanda de divorcio basándose en una supuesta infidelidad de Wanda. Entre las pruebas presentadas, se mencionan sus vínculos con el cantante L-Gante y el futbolista senegalés Keita Baldé Diao. Si la justicia confirma el adulterio, esto podría afectar la compensación económica que recibiría Nara. La noche del viernes dejó imágenes difíciles de olvidar. La hija menor de la pareja fue vista llorando en brazos de su padre, mientras pedía ayuda a los policías presentes.
La situación fue tan grave que la justicia labró un acta contravencional contra Icardi, advirtiéndole que, en caso de reincidir, podría enfrentar una detención. Wanda, por su parte, describió la escena como una de las más traumáticas de su vida: "No tengo recuerdo de haber padecido una situación tan terrible. Mis hijos, gracias a Dios, tampoco".
También reveló que, mientras todo esto ocurría, Icardi hablaba por teléfono con la China Suárez, a quien aparentemente las niñas responsabilizan por la ruptura de su familia. "Isabella decía que la China le arruinó la familia, que no quería ir con ella, que era una maldición", aseguró. El escándalo promete seguir sumando capítulos, con la guerra judicial aún en curso y una relación entre los ex cónyuges que parece lejos de encontrar la paz.