El único idioma que gobierna los días de Yas Gagliardi es el musical. Todo un estilo de vida que la cantante y actriz cordobesa teen, protagonista de “Melody, la chica del Metro”, elige honrar a diario. “Hago música desde los 6, empecé a hacerlo profesionalmente a los 12, pero actuación arranqué a los 15. Además de tomar clases para este papel, también hubo una preparación mental de confiar en mí”, asume la veinteañera que tuvo un primer acercamiento al streaming en “Go! Vive a tu manera” (Netflix) y en su lista de pendientes musicales ya puede tachar el haber compartido escenario con Lali, Tini, Rauw Alejandro y Abel Pintos.
“Estoy súper emocionada. Siempre quise hacer una serie infanto-juvenil y más que tenga que ver con la música”, cuenta a BigBang la cara visible de la colorida serie musical producida por Warner Music Entertainment
-¿Disfrutás verte en pantalla?
-Sí, me gusta. Tengo muchos amigos actores que no les gusta tanto. Primero me gusta porque es el fruto del trabajo y segundo para poder crecer, creo que está re bueno ser autocrítico.
-De una participación chiquita en el catálogo de Netflix, pasaste a las ligas mayores.
-Había tenido papeles más chicos, pero nunca uno tan grande. ¡Ni siquiera había hecho un papel secundario! Tomé muchas clases de actuación, que ya las tomaba pero empecé con más. Y a su vez también clases de baile. De hecho, tuvimos un mes antes de arrancar en el que nos prepararon para nuestros personajes. Y yo, ya de antemano, venía preparándome.
-¿Estás habituada a hacer muchas cosas al mismo tiempo?
-Soy de esas personas que no se quedan quietas. Y que creen que para ser un artista completo hay que estudiar de todo. Si bien no estoy en ninguna universidad, mis días están llenos de clases. Guitarra, piano, baile, actuación frente a cámara, actuación en cine, producción musical. Mis días son así. De inglés también tomo.
-¿Compartir set con actores tan experimentados como César Bordón o Peto Menahem te dio seguridad o más nervios?
-Me dio mucha seguridad porque son súper humildes y lo que hicieron fue potenciarme al cine por ciento, dándome todos los consejos que podían. No te voy a negar que cuando los conocí estaba nerviosa porque los veía de chica, a César en proyectos de Cris Morena, fue un flash.
-¿Alguna vez audicionaste para un proyecto de Cris Morena?
-De chica siempre quise pero nunca me daba la edad porque tenías que ser mayor. Por otro lado, soy de Villa María, Córdoba y la info de castings no llega mucho al interior. Yo me formaba allá, pero desde el lugar que podía hacerlo.
-¿Venirte a Buenos Aires no era una opción?
-Desde mis 14 hago canto en Buenos Aires. Al principio viajaba todos los fines de semana con mis papás y de a poco fui sumando las de actuación y tenía claro que cuando terminara el colegio me quería venir. Se dio justo el año de pandemia y ya el segundo año llegó este proyecto y no había dudas: estaba obligada a mudarme aunque sea los 4 meses que durara. Pero después ya me quedé y fue un proceso súper duro para mis papás.
-¿Y para vos?
-Me sentí bastante cómoda porque me mudé ya con el proyecto. No fue sola y a ver qué onda. Con un grupo de chicos que estábamos en la misma, casi todos nuevos. Entonces esos 4 meses fueron como una película para mí. Vivía en las grabaciones. Y a la noche siempre se venía alguien a dormir a casa. Después sí lo sentí un poco más cuando terminé de grabar porque ahí empecé a armar más mi vida.
-¿Tu acento cordobés quedó en Villa María?
-Lo trabajé mucho para “Melody”, porque querían que sea algo mucho más neutro. Trabajé todo un año para sacarme el acento cordobés. Y ahora lo tengo cuando vuelvo a Córdoba o veo mucho a mi familia. Va y viene. Cuando me enojo o hablo rápido, ahí me sale más.
-La serie transmite muchos mensajes para quienes están detrás de un sueño. ¿Vos te has tropezado con muchas piedras?
-Obvio. Creo que es entender que todo llega cuando tiene que llegar y es algo que siempre hablé con mi papá y me costó mucho entender. Yo quería todo ya, porque estamos acostumbrados a que todo funciona rápido. Pero todo es un proceso.
-Mencionaste una etapa de bullying en tu colegio, algo que muchos chicos al día de hoy padecen. ¿Se relacionaba con tu estilo de vida artístico?
-Sí, re. Viniendo del interior no es común que alguien diga: quiero ser cantante. Había mucha gente que no me apoyaba y se burlaba de mí. Pero, por suerte, siempre tuve claro lo que quería y en algún punto no me afectó tanto, pero re recibí bullying en el colegio por querer ser cantante.
-Hoy sos compositora, pero no siempre mostraste tus canciones. ¿Te daba inseguridad mostrarte vulnerable?
-Eso tiene mucho que ver con la edad. Yo re escribía canciones, pero no se las mostraba a nadie y quedaban en mi cuaderno. Cuando hago mi segundo disco, a mis 15, con José Luis Pagán, él fue quien me impulsó.
-En uno de tus sencillos hablas de la música como una adicción. ¿Qué otras adicciones tenes?
-Identifico muchas. Después de la música, porque no existe un día mío sin música, soy muy adicta al chocolate. A la noche comer un pedacito y ver una serie me hace feliz. Y también soy muy adicta a compartir con amigos y familia.
-Nombras mucho a tu papá.
-Es el número uno, él no falla nunca. Además es mi manager de la música y quien me ayudó a creer en mí. También mi mamá y mi hermano. Mis amigas y mi prima, que es un pilar súper grande.
-Participaste en los shows de Abel Pintos, Rauw Alejandro, Tini, Lali y hasta trabajaste con Ricky Martin detrás de escena. ¿A dónde apuntas con semejante historial?
-A los 9 años me llamaron para cantar en un reconocimiento que le hicieron a Abel en mi ciudad, Villa María, y él recién arrancaba. Una locura. Él fue el primero. Hoy si tuviera que elegir alguien para compartir escenario diría Aitana que la admiro mucho.
-¿Qué puertas te gustaría que se abrieran a partir de “Melody”? ¿Te motiva seguir trabajando para este público?
-Gracias a “Melody” me di cuenta que amaba mucho actuar. La sensación más linda para mí es la adrenalina del escenario y no había encontrado en ninguna otra cosa el sentirme igual. Me encantaría seguir actuando. Respecto a la música me gustaría cantar en un estadio el día de mañana, el que sea.
-Dicen que hay que tener cuidado con lo que uno sueña.
-¡Re! Y otra meta que tengo es estar el día de mañana en los Grammy. ¡Son metas grandes!