
El camionero que mató a un policía y a su hijo reconoció que manejaba borracho
Ebrio, embistió un auto y lo arrastró media cuadra, se subió a la vereda y arrancó postes y árboles. Admitió que había tomado "de más": tenía 0,64 gramos de alcohol por litro sangre. Las víctimas habían ido a ver a Racing a la cancha.