Mientras los peritos argentinos enviados especialmente para cotejar ADN y sumar datos a la investigación continúan con sus tareas, se sumó el testimonio de un taxista que asegura haber llevado a las mochileras con Mina Ponce y Rodríguez.
El presidente argentino intentó comunicarse con el ecuatoriano, según confirmó el propio mandatario ecuatoriano. "De mil amores aceptamos trabajar conjuntamente", aseguró.
Una multitud se concentró frente a la Legislatura, en el centro de la ciudad. La iniciativa fue de los amigos de las chicas y los voluntarios de la Fundación Puente Vincular, a la que ellas pertenecían. También hubo movilizaciones en Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
Marcos Menegazzo, el hermano de una de las jóvenes asesinadas en Ecuador, duda que los cuerpos que están en la morgue sean de Marina y de su amiga María José Coni. Dolor, sospechas y supuestas conspiraciones.
Hoy viajan los cuatro peritos argentinos que se suman a la investigación realizada por el crimen de las jóvenes, a pedido de los familiares de las víctimas.
Antonio Fica Flores es un joven chileno que compartió las últimas horas de Mariana y María José con vida. “Bailamos como hasta las cuatro de la mañana y nos despedimos con la promesa de encontrarnos en Mendoza”, reconoció compungido.
Las amigas se separaron en Cuenca, Ecuador, sólo tres semanas antes de que la policía ecuatoriana encontrara los cuerpos de Marina y María José en Montañita.
Las compañeras de estudio de las jóvenes asesinadas en Montañita organizaron una concentración para hoy a las 19, en la puerta de la Universidad del Aconcagua.
Los peritos forenses establecieron que el o los asesinos de Marina Menegazzo y María José Coni actuaron “con saña en cada una de las víctimas”
Intervino la policía para calmar el temor de los vecinos. Los viajeros comenzaron a retirarse y se organizaron marchas para reclamar por más control en la zona para evitar pérdidas económicas.
Las jóvenes asesinadas en Ecuador se trasladaban a dedo por Ecuador y BigBang accedió a una conversación en la que le relataban a sus familiares cómo vivían su viaje de mochileras. “Charlamos con un camionero cinco horas”, advirtió Marina.
El funcionario utilizó las redes sociales para exhibir supuestas pruebas del asesinato de las jóvenes mendocinas. Almohadones y sábanas con sangre, sus mochilas y un celular, los indicios secuestrados en la casa donde las habrían matado.
El hostel se llama JN, y su administradora, según los familiares de las víctimas, está detenida. En una zona poblada de otras residencias. Investigan si la dueña tiene relación con las redes de trata.
