Mientras a cada minuto surgen novedades en todo el mundo novedades en cuanto a la tecnología, paralelamente aparecen estadísticas que alarman.
Es que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que uno de cada cinco teléfonos móviles y una de cada cuatro consolas de juegos de video que se comercializadas internacionalmente son falsificados.
El informe de la OCDE generó alarma y preocupación.
El reporte sobre el comercio de productos falsificados alertó que este creciente comercio de equipo falsificado afecta tanto a consumidores y fabricantes como a las finanzas públicas.
El organismo internacional reportó que las baterías para teléfonos inteligentes, cargadores, tarjetas de memoria, tarjetas con banda magnética, unidades de estado sólido y reproductores de música son cada vez más seguido víctimas de la piratería.
Puesto en cifras, se estima que, en promedio, un 6,5 por ciento del comercio global de productos de tecnologías de la información y la comunicación corresponde a productos falsificados, según arrojan análisis de datos aduaneros.
Los teléfonos inteligentes son cada vez más seguido víctimas de la piratería.
La OCDE agregó que esta cifra es mucho mayor que el dos y medio por ciento del total de productos comercializados que se clasificaron como falsificados en un informe de 2016.
En el informe se afirma que el alto precio de los teléfonos inteligentes y los accesorios, como así también la insaciable demanda de los usuarios, los convierte en objetivos lucrativos para los falsificadores.
“Los productos falsificados plantean riesgos de salud y seguridad, interrupciones de servicio y pérdida de ingresos para las empresas y los gobiernos”, sostiene el informe, que mencionó que China es la principal fuente de productos falsificados y que los fabricantes estadounidenses son los más perjudicados por ingresos perdidos y pérdida del valor de las marcas.
El estudio sostiene que China es la principal fuente de productos falsificados.
Al respecto, la entidad apuntó que casi 43 por ciento de los productos TIC falsos incautados violan los derechos de propiedad intelectual de empresas estadounidenses.