03 Octubre de 2018 12:14
El tipo odiaba que las publicidades interrumpieran todo el tiempo el programa que estaba viendo en la tele. Y odiaba además tener que levantarse del sillón para cambiar de canal.
El hombre no era cualquier tipo. Era el presidente Zenith Electronics, Eugene F. Mc Donald, corría el año 1950 y estaban en Estados Unidos: el directivo les planteó un reto a los ingenieros de la compañía.
"Como odiaba tener que ver la publicidad, quería un dispositivo que le permitiera silenciarlos o cambiar de canal a uno donde se estuviera transmitiendo algo que no fueran anuncios", recuerda la BBC.
El aparatito está hoy en todos los hogares.
Y así surgió el aparatito que conocemos hoy, que nos permite navegar por decenas de canales de TV apoltronados en un sillón y moviendo sólo los dedos. Y no sólo para ignorar la publicidad. Para salir rápido de una serie, un programa o una película que no nos gusta.
Es probable que el señor Mc Donald no haya pensado que de esa forma estaba fomentando que millones de humanos se volcaran en forma decidida al sedentarismo, ya sin esforzarse ni siquiera para cambiar el canal o subir o bajar el volumen del audio del aparato. Pero esa tambi´´en fue una de las consecuencias de su enojo.
El dispositivo de cambio de canales de Zenith fue creado por el ingeniero Eugene Polley y se puso en el mercado en circulación en 1955, baho el nombre de "Flasmatic".
"Él no era un ingeniero eléctrico, sino uno mecánico", dice John Taylor, el historiador de Zenith y también director de prensa de la compañía matriz LG, donde también trabajaba Polley.
Una publicidad de Zenith de la década del 50 con el control remoto.
Antes del Flasmatic ya existían algunos aparatos que tenían un control que pemitían realizar algunas funciones, pero estaban conectados a la tele mediante un cable.
El nuevo aparato estaba completamente separado de la tele. Se usaba "dirigiendo una luz hacía un sensor en la esquina de la pantalla", dice Taylor.
"Esto permitía al espectador silenciar el sonido, cambiar los canales hacia arriba o hacia abajo, todo al hacer parpadear el botón en la esquina de la pantalla", explica el historiador.
Pero la novedad tenía un problema. Los cuatro sensores en las esquinas de la pantalla eran sensibles a más de una luz: "Dependiendo de dónde estuviera colocada la televisión en la sala, a medida que salía el sol podía apagar o cambiar los canales de la televisión", refiere Taylor.