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Cumplió 50 y se propuso crear el invento más argento: el robot que cocina y sirve choripanes

Víctor Ascone patentó una máquina llamada MacToom, la primera expendedora de sandwiches de chorizos.

por Matias Ayrala

05 Septiembre de 2021 08:00
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El choripán es uno de los platos típicos de Argentina. En la cancha, en la calle o en una fiesta, la pareja del pan y el chorizo es imbatible en el ámbito culinario. A partir de ahora, no será necesario tener a un parrillero para que lo ase y lo sirva. 

Hace unos años, cuando cumplió 50 años, ahora, a los 54 años, Víctor Ascone, que actualmente es vendedor de máquinas agrícolas, comenzó a buscar un nuevo proyecto para su vida. Algo que le sirva a él pero que también sea funcional a la mayoría de las personas. Y, después de largas jornadas de búsqueda, se le ocurrió la MacToom.

¿Qué es? La primera máquina expendedoras de choripanes del mundo, un robot capaz de cocinar y servir uno de los platos más ricos del país. Pero, además, el aparato contaría con WIFI, reconocimiento facial, pantalla para publicidades, cargador de teléfonos, botón antipánico y hasta un botiquín de primeros auxilios. 

“Cuando cumplí 50 años comencé a pensar en un proyecto que me guste y que colme mis expectativas. Después de haber tenido varios negocios y de pasar por algunas crisis del país, con esa experiencia, pensé en hacer algo diferente”, le cuenta Ascone a BigBang, sobre su creación.

-¿Por qué una expendedora de choripanes?

-Porque buscaba un proyecto que no me beneficiara solamente a mí sino que seamos varios los beneficiados. Así pensé en uno de los productos más consumidos por los argentinos, como es el choripán; un producto escalable porque no tiene límites porque se pueden poner la cantidad de máquinas que queramos en el país y exportar al resto del mundo. Y, con esta idea de que sea una beneficio para ambos, se me ocurrió que es una forma de dar un trabajo y una oportunidad a otras personas porque a través de la máquina pueden tener un empleo. Esa es mi filosofía de vida: trabajo y educación. Y esta es una forma de darle forma a esa forma de vida. 

-¿La máquina ya está hecha?

-Todavía no. Está totalmente desarrollada. Incluso la aplicación para los celulares con la que se podrá comprar, para que el cliente sepa cómo son los productos a consumir y también quién es la familia que maneja la máquina. Para realizarlo no lo hice yo porque no soy experto en nada. Entonces conté con la ayuda de especialistas. En cuanto a la tecnología, busqué gente que supiera del tema. Por ejemplo, el encargado del desarrollo del software me fue guiando en base a lo que le pedía. Falta fabricarla aunque el desarrollo está hecho. También tengo a la empresa que la haría, que se llama Fabrimática. También he tenido entrevistas con representantes de pan Fargo y Bimbo y también con una empresa de chorizos. Pero falta el dinero para avanzar y que haya inversores que quieran sumarse al proyecto. 

-¿Cómo sería el funcionamiento de la expendedora?

-No solo entregará el choripán, un producto de máxima calidad listo para el consumo, con un packaging para que se pueda comer sin hacer migas, sino que también tendrá wifi, salidas USB, botiquín de primeros auxilios, reconocimiento facial y de voz para los clientes, una app para celulares; pantalla con información turística de subtes, colectivos y demás en varios idiomas. También emitirá publicidad focalizada por zona. Y tendrá desplazamiento propio. Entonces si un cliente con la app lo llama en una fiesta o un shopping, la máquina irá a su lado para darle el choripán. No recibirá dinero en efectivo. Usará todos los medios electrónicos, Sube y demás disponibles. 

-¿Cuánto costaría producir el prototipo de la MacToom?

-Ahora estoy buscando inversores en todo el mundo. Ya aparecieron algunos empresarios del exterior aunque mi idea siempre fue lanzarlo primero en Argentina. Ahora tendré dos reuniones con las embajadas de Sudáfrica y de Camerún. Aunque parezca increíble, la máquina podría llevar a esos países. También me contactaron desde las Islas Canarias que les interesó el proyecto y me dieron las posibilidades de abrir una oficina que me dé acceso a Europa. Pero mi idea siempre es lanzar la expendedora primero en Argentina. Sobre los costos en sí, para una etapa inicial con el desarrollo completo de software más la fabricación en sí con la máquina lista para que trabaje ronda alrededor de los 250 mil dólares. La primera máquina costaría eso ya que hay que armar las matrices, los planos de la máquina y el software total. Eso tardaría entre 12 y 18 meses con los tiempos necesarios para todos. Y estimamos que la recuperación de ese capital sería rápido porque se podría exportar al mundo y también poner máquinas en todo el país.

-¿Cómo es la carga y también como se cocinan los choripanes dentro de la máquina?

-La máquina funciona a 220. Y va a contar con una mochila, con frío propio como una heladera, o sea que la que transporta la mochila va a necesitar una caja refrigeradora. El producto va a ir en la mochila, precocido. La mochila se le encastra a la maquina atrás y ya puede comenzar a despachar los productos. La persona a cargo de la expendedora sólo tiene que chequear que a mochila no se quede sin productos. Si se terminan, puede recargar con otra mochila nueva con más choripanes. 

-¿Y en cuánto al cliente?

-La persona que se acerca a comprar, se acerca con celular después de descargar la app para pagar. O directamente con la Sube. Para la segunda vez que el cliente vaya, la máquina debería reconocerlo porque tendría reconocimiento facial. Se apoyaría el teléfono o la Sube y así está hecha la compra. En un minuto, el choripán saldría listo para ser consumido. Se cocina y calienta en el momento. Siempre va a estar recién hecho. Lo que se va a poder hacer es pedirlo precocido para llevárselo a la casa y después terminarlo de cocinar en la casa. 

-¿Por qué la MacToom fue diseñada con esa forma?

-Porque me encanta la robótica. Ahora hay robots que sirven en restaurantes. Y también vi los robots que tienen en Japón y me inspiré un poco ahí. Y también porque me encanta la robótica. Así pude crear mi propio robot. 

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