Investigadores del Massachussets Institute of Technology (MIT) desarrollaron, aún en fase experimental, un espectacular avance en ingeniería biomédica: un micro-robot diseñado para caminar por la superficie de la piel humana diseñado como herramienta de diagnóstico.
"La idea es fabricar pequeños robots de compañía que sirvan de ayuda en diferentes ámbitos", señaló a la web Digital Trends el estudiante e investigador del MIT Artem Dementyev.
El avance es un paso más allá en la línea de desarrollo de artefactos como el Apple Watch. "Veo a estos robots como pequeños médicos que pueden, por ejemplo, inspeccionar la piel buscando signos de cáncer u otras afecciones y registrando cambios a través del tiempo", explica Dementyev.
Los robots también podrían usarse para mapear las propiedades mecánicas del cuerpo y captar señales como el ritmo cardíaco y la actividad muscular.
Infinitas posibilidades
"Este tipo de tecnologías está dentro de las denominadas 'wearable': el concepto es disponer de trajes, ropa o prendas capaces de detectar algún signo vital de la forma menos invasiva posible", le explica a BigBang el ingeniero Guillermo Lamura, director de Ingeniería Biomédica en la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad de San Martín.
De acuerdo con el especialista, los posibles usos son múltiples e incluyen la realización de electrocardiogramas y la medición de parámetros como la presión arterial, el contenido de oxigeno en las arterias o la actividad neuronal. "En un futuro próximo, toda esta información podrá ser recibida por nuestro teléfono celular y trasmitida al centro médico para su análisis", explica.
"La medicina esta tendiendo a detectar las enfermedades antes que el paciente perciba los síntomas, esto se logra con sofisticados métodos de diagnostico por imágenes y haciendo minería de datos con la información provista por los wearables u otros sensores", agrega Lamura.
En ese sentido, la utilización de estos dispositivos salvaría muchas vidas gracias a la detección temprana. "Podría hacer que el tratamiento sea menos invasivo, mejorar el pronóstico de evolución y acortar los tiempos terapéuticos. No es lo mismo operar un tumor de 0,5 milímetros que otro de 0,5 kilogramos, y para este tipo de cirugías mínimamente invasivas contamos con tecnología como la laparoscópica y más reciente como la robótica", ilustra el ingeniero.
En la Argentina, las áreas relativas a la bioingeniería y la ingeniería biomédica sólo pueden estudiarse -por ahora- en menos de una docena de universidades en todo el país y tienen un vuelo muy reciente. El primer ingeniero médico egresado de la UNSAM, por ejemplo, recibió su título el año pasado.
Sebastián Villafañe, el primer ingeniero médico recibido en la UNSAM.
Sin embargo, según Lamura, la carrera "año a año crece sostenidamente y, en los países más desarrollados genera inversiones en la generación de nuevos profesionales, porque los resultados obtenidos llevan a mejorar la salud, y a producir productos y patentes de gran beneficio económico".