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Drones e inteligencia artificial en la construcción: los inventos del argentino que la rompe en EEUU

Entrevista a JP Giometti, el desarrollador de un software que triunfa en Estados Unidos.

24 Julio de 2021 09:00
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En agosto de 2004, JP Giometti dejó Argentina y se mudó a Estados Unidos. Se instaló en Carolina del Norte, donde comenzó sus estudios universitarios. Atrás había quedado Villa Devoto, el barrio donde creció en Buenos Aires.  “Siempre fui muy curioso. De muy chico me la pasaba leyendo libros y revistas de tecnología, negocios y el área automatización industrial y productividad. Lo heredé de mi padre, quien siempre me inspiró a investigar, y siempre estar aprendiendo. A los 13 años, era SySop (operador del sistema) de un BBS de packet radio, y estaba en contacto con varias organizaciones académicas y de investigación de EEUU”, le contó JP a BigBang sobre los motivos por los que decidió mudarse a norte el continente americano.

 

Y explicó: “Pasaba muchas horas aprendiendo mucho sobre el futuro de las comunicaciones digitales y nuevas formas de colaborar y trabajar en línea. A los 15 años, formé parte junto a un grupo de argentinos y americanos para el lanzamiento del primer microsatélite aficionado Argentino, LUSAT. Crease o no, estábamos en la vanguardia desde Argentina, conectados al mundo. Fue así como EEUU fue siempre un referente tecnológico para mí”. 

En cuanto a sus estudios, contó: “Seguí estudiando sistemas en la Escuela ORT Argentina y luego obtuve una Licenciatura en Administración de Empresas, a la vez que trabajaba en el área de telecomunicaciones, informática y seguridad. Empecé entonces a plantearme la idea de realizar una Maestría en Administración de Empresas (M.B.A.) en el exterior, lo cual implicaba un programa a duración de dos años, y así expandir mis horizontes como ejecutivo de negocios a nivel global”.

 

-¿Cómo elegiste mudarte a Estados Unidos?

-Fue un proceso largo, que empezó varios años antes de viajar. Comencé a evaluar la idea de irme a estudiar a EEUU, ya que en función de mis objetivos era el mejor país donde hacerlo, no solo por la currícula del programa, sino por la oferta alrededor del mismo en cuanto a ofertas laborales, acceso a industrias, reconocimiento del título a nivel global, proximidad a Argentina, etc. Investigué diferentes programas de estudio y participé de varios eventos y conferencias para informarme. Aplique a seis universidades. Cada aplicación solicitaba mucha información, como cartas de recomendación, ensayos, puntaje de exámenes, y los niveles de aceptación eran muy bajos con un gran número de aplicantes. Afortunadamente mi perfil fue de interés, y recibí ofertas de beca de varias instituciones, lo que redujo significativamente el costo, ya que me ofrecieron dinero para estudiar. Decidí aceptar la oferta de la Escuela de Negocios Kenan-Flagler perteneciente a la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, debido a su foco en el área de Emprendedorismo y al perfil colaborativo y de trabajo en equipo que fomentaba su programa. Carolina del Norte es un estado con gente muy amable y muy familiar. Recomiendo considerarlo, ya que hay excelentes universidades que ofrecen gran calidad de vida y donde buscan estudiantes de perfil internacional.

-¿Cómo fue la adaptación?

-El primer año fue duro, ya que el programa de estudios es muy exigente, sumado al ajuste cultural. Durante el verano, hice una pasantía con Pepsi en Nueva York, liderando el desarrollo de un sistema de logística para su embotelladora y su flota de reparto. Fue una gran experiencia dada la magnitud del proyecto, siendo una iniciativa estratégica para la compañía para digitalizar la cadena de suministro. 

 

-¿Y cómo siguió?

-El segundo año decidí hacer un intercambio académico con la Escuela de Negocios Leon Recanati, de la Universidad de Tel-Aviv en Israel, donde estudie el ecosistema emprendedor israelí, el área de tecnología e innovación, y el capital de riesgo. Al volver a Estados Unidos a graduarme, acepté una oferta laboral para sumarme a un grupo multinacional industrial, en su programa de desarrollo de líderes, lo cual me dio una base sólida en liderazgo, finanzas y desarrollo de nuevos negocios aplicado a muchas industrias.

-¿Qué trabajos conseguiste?

-Mi recorrido profesional fue muy dinámico. Previamente a mi rol actual con HCSS, fui reclutado por Blackstone, un grupo inversionista de capital de riesgo, para ayudar a transformar una empresa del portafolio con operaciones en USA, Latinoamérica, Europa y China, que desarrollaba materiales inteligentes para el sector de la construcción y otros mercados industriales. Fue una experiencia desafiante liderando un equipo global, con el objetivo de consolidar operaciones, crear valor mediante innovaciones tecnológicas, y posicionar a la empresa para su venta. Esto demandaba muchos viajes visitando clientes, colegas, y potenciales empresas candidatas de adquisición. Cumplido el objetivo de vender la empresa, decidí entonces sumarme a HCSS, una empresa líder en el sector de software utilizado en la gestión de proyectos de ingeniería y construcción, de la cual me convertí en socio accionista. 

 

 

-Un gran paso.

-Absolutamente. Fue entonces cuando me mudé a Houston, Texas, donde luego conocí a mi mujer, y nació mi hijo. En HCSS me dedico al área de estrategia e innovación. Contamos con 400 empleados, donde exploramos constantemente nuevas tecnologías aplicadas a mejorar los procesos de construcción e ingeniería, (IoT, inteligencia artificial, drones, sensores) e imaginamos cómo será la fuerza laboral móvil del futuro. Nuestro software es utilizado en muchos proyectos de infraestructura, como ser obras de aeropuertos, rutas, puentes, autopistas, proyectos de minería o del área energía también.

 

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo el proyecto de transformación del Aeropuerto Internacional de LaGuardia en Nueva York, utilizó nuestro software de estimación de costos para varios segmentos al comienzo del proyecto. También cientos de usuarios utilizan nuestra herramienta móvil en forma diaria para controlar el progreso de obra y documentación. Estamos en pleno crecimiento y siempre hay nuevas iniciativas, actualmente me encuentro trabajando además en un plan de expansión global.

-¿Es cierto que desde muy joven realizaste otros desarrollos de software?

-Si. A los 16 años comencé a desarrollar sistemas de software a medida. Desarrolle sistemas de inventario y gestión de pagos para empresas industriales. Esto me sirvió para darme cuenta que ya no quería ser programador, sino que me gustaba más entender la operatoria del negocio, y tratar siempre de buscar mejoras usando tecnología, lo que me sirvió para decidir qué estudiar en la universidad.

 

-¿Qué otros desarrollos hay a nivel software para evitar accidentes en la industria de la construcción?

-Hay muchos desarrollos de ese tipo. Ahora hay mucha utilización de la IOT (por sus siglas en inglés, Internet de las cosas), cada vez hay más usos de sensores, tanto para medir el pulso de los trabajadores hasta para saber si tienen fiebre por el COVID, o cuál es su ritmo cardíaco cuando están en un zona de peligro. Hasta obviamente la localización. Se utiliza una georeferencia, se marca una área, y si es un área confinada o peligrosa, puede crear un alerta. También se usa mucho Computer Vision, es decir, Visión de computadora, para ver si tienen el casco y los chalecos puestos. Toda esa información se sube a una nube, se recopila y se hace los analíticos-predictivos para ver si hay algún patrón de peligro en ese trabajador o para el proyecto en particular. Todos esos son algunas de las tendencias en tecnología aplicadas a la construcción. En cuanto a la seguridad, todas cambiaron la perspectiva.

 

-Durante estos años en Estados Unidos habrás sido testigo de infinidad de cambios a nivel tecnológico. ¿Qué es lo que se viene a nivel software y tecnología para los próximos años en la construcción e infraestructura?

-Lo que se viene va a ser increíble y es algo que me encanta. Lo que vi en los últimos cinco años creo que se va a exponenciar por 10 en los próximos cinco. Viene de todo. Creo que el uso inteligente de los datos va a ser lo más importante. Por ejemplo, si te fijás en un sitio en construcción hay miles de datos. Uno de ellos es el manejo del tiempo climático porque una obra depende mucho del clima. Ya existen aplicaciones que integran la parte del clima, hacen una predicción a la parte de seguridad y de trabajo. También de maquinaría, herramientas, camiones o grúas, el material y los trabajadores y de telemetría, que es fundamental. Y para mí, lo que se viene es el Digital Twin, el Gemelo Digital, que lo que hacer es tratar de replicar la obra en forma digital para que a partir de ahí se pueda predecir si va a haber accidentes de seguridad, productividad o también para entrenamiento. Pensemos en un chico que es nuevo en la construcción y necesita saber adónde va. ¿Para qué se va a exponer a un trabajo antes? Para eso existe el Digital Twin. Tal como hacen los pilotos antes de subirse a un avión, se suben a un simulador y se entrenan. Esto sería lo mismo, antes de ir al sitio de obra, el trabajador puede entrenarse en el simulador para que se reduzcan los accidentes, las demoras y demás cuestiones. Entonces lo que se viene es el Gemelo Digital, basado en la Internet de las Cosas, que le van a sumar datos, y con la ayuda de la inteligencia artificial y de otras tecnologías se podrá replicar el activo en forma digital. Se apunta a que esté todo mucho más digitalizado, documentación y estándares.

 

-Tomando como ejemplo el derrumbe del edificio de Miami, donde e comprobó que había una falla estructural generada por la erosión de su base, ¿con esa tecnología se podrán prevenir los accidentes o problemas edilicios?

-Exacto. Cada edificio, cada puente, cada obra es un activo. Entonces lo que se quiere hacer con los Gemelos Digitales lo que se quiere hacer es la gestión de activos. Si fueses un inversor, una municipalidad o el Gobierno, qué bueno sería que tus activos estén digitalizados. Hace unos años en Miami también se cayó un puente. Hay muchos puentes en Estados Unidos que todavía no están bien mantenidos, y hablamos de Estados Unidos, imaginate lo que pasa en Latinoamérica. Las ciudades inteligentes van a ser las que tengan los activos digitalizados y armados, que puedan tener los datos cuándo tienen que ser revisados y con los controles hechos a tiempo. Pero también, predecir. Por eso te digo, si a los materiales les ponés sensores y podés determinar si hay corrosión o algún otro problema, se pueden prevenir. A veces, las inspecciones son complicadas y por eso, a veces, los drones son los que inspeccionan puentes. 

 

-¿Cómo es ese uso de drones y sobre todo durante la pandemia?

-Se está empezando a usar la tecnología porque ayuda mucho. En nuestro caso, la construcción fue declarada fundamental, y fue un año muy fuerte para nosotros. Nosotros creamos un software para el seguimiento de obra que utiliza drones. De esa manera, no se tiene que viajar al lugar porque el dron recopila toda la información. Ese producto está en gran demanda y la pandemia de coronavirus aceleró la transformación digital.

 

 

-¿Qué funciones tiene el software con drones?

-Se llama HCSS aerial y es un software que es, básicamente, dron agnóstico y funciona con diferentes marcas del mercado. Yo no vendo el dron, el software que ayudé a desarrollar hace ya casi dos años, analiza las fotos, que son entre 200 o 300 imágenes. Cada foto tiene una geolocalización, es decir una ubicación en el planeta, y con eso se hace una imagen 3D y hace la representación 3D del sitio. A partir de eso se podemos hacer muchas cosas.

 

-¿Cómo cuáles?

-Ahí se aplica un poco el concepto de Digital Twin. Se pueden hacer mediciones de todo tipo. Por ejemplo, el movimiento de tierra es algo fundamental en cualquier obra. Tanto para una obra chica o para la construcción de una ruta, es algo constante. Entonces, en cada vuelo, se puede comparar cuánta tierra se movió; cuántos materiales o asfalto se utilizó; o cuál es el estado de la obra. El vuelo de un dron sale durante media hora y se pueden tener 10 o 15 sitios en la nube, se puede compartir información con el contratista, y se pueden hacer recopilación y análisis. Es un software que sirve para la gestión de proyectos, inspección y cálculos de elevación de aéreas, con una precisión de menos de 3 centímetros. Esto antes se hacía con topógrafos. Ahora este método es más eficiente, con menos errores y la información se puede compartir casi al instante como un Google Docs. Y no caro porque cuesta entre 2.000 o 3.000 dólares y cuánto más fotos se agregan, cuesta un poco más. Eso es lo que se viene para el futuro de la tecnología y la construcción.