Alejandro Repetto y Enrique Cortés Funes saltaron a la fama en 2016 al diseñar los primeros prototipos de vehículos autónomos en el país. Esta tarea, titánica para muchos, ya está siendo tratada por los grandes gigantes tecnológicos como Google, Apple, incluso empresas tradicionales de la industria automotriz, como Nissan, Honda, General Motors y BMW.
Un vehículo autocomandado es capaz de cumplir con las principales funciones de movilidad de un auto tradicional, pero de manera autónoma. Utiliza inteligencia artificial; esto significa captar los estímulos del entorno y tomar decisiones (acelerar, frenar, doblar, mantenerse en un carril, evitar colisiones) sin intervención humana, gracias a su sistema operativo.
Pero lejos de quedarse encasillados con este innovador avance, Repetto y Cortés Funes decidieron presentar su propio libro (de descarga gratuita) “Diseño de futuros para transformar el presente”. Busca enseñar a las personas a extenderse en el tiempo y la tecnología, para anticiparse a las disrupciones de nuestra era y a los diferentes futuros probables.
Si bien la idea parece sacada de una película de ciencia ficción, los autores afirman que es posible adelantarse a lo que pueda llegar a ocurrir en el futuro si se tienen en cuenta las pistas o las señales que dan los mercados o las diferentes situaciones que ocurren en la actualidad, como por ejemplo la pandemia de coronavirus que afecta a gran parte del mundo.
BigBang dialogó con Cortés Funes, quien señaló que lo importante es “traer una pequeña prueba del futuro al presente, tratando de anticiparse a ciertas amenazas y oportunidades que pueden llegar dentro de los próximos años. El futuro no se puede predecir, pero la mejor manera de anticiparte a él es construirlo con tus propias manos”.
Los autores estudiaron en el Institute for the Future, un think tank sin fines de lucro ubicado en Palo Alto, California, que tiene como objetivo ayudar a las personas y organizaciones a desarrollar el pensamiento estratégico en base a la planificación de futuros. ¿Cómo va a cambiar el mundo el día después de la pandemia? ¿Qué señales surgieron e iluminan nuevos futuros?
Estas preguntas y más busca responder los empresarios argentinos, aclarando que la realidad nos muestra su costado más cruel. “Hablar del mañana no debería ser una blasfemia inoportuna, sino el antídoto capaz de garantizar una salida estable y sustentable”, sostiene el prólogo.
Según Cortés Funes, el futuro no es algo que nos sucede en forma irremediable, sino que es una construcción que nos convoca a ser protagonistas proactivos de nuestra propia historia.” A nivel temporal venimos fallando. Somos malos indagando en el presente. Lo que hay que tratar de hacer es tener mejor perspectiva a lo que va a venir”, sostiene.
En ese contexto, remarcó que “hay que tomarse un minuto para saber si lo que se hace actualmente va a servir en el futuro. Hay que saber trabajar con la coyuntura. Pensar en el futuro parecería ser una blasfemia, pero hay compañías que se crearon basándose en el 80% de la coyuntura y el 20% restante de lo que va a venir”, resaltó.
Como primer ejemplo utilizó el anunció de Shell, el mayor minorista de combustible del mundo, la cual señaló semanas atrás que comenzará a dejar los combustibles fósiles para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a cero al 2050.
“Es un mensaje malo, por la disminución en el valor de sus activos, y bueno, porque le estás diciendo a un montón de personas que vas a seguir vivo dentro de 30 años. Es más importante decir lo que vas a hacer y no lo que se tiene actualmente”, dijo el empresario argentino.
Al mismo tiempo, detalló que empresas como Google o Apple, por poner solo un par de ejemplos, mantienen sus acciones al alza por lo que dicen que van a hacer para dentro de unos meses o años y no por lo que tienen actualmente. “Eso les sube las acciones”, resaltó.
Repetto y Cortés Funes promueven la práctica de diseño de futuros como una metodología que guía a las personas a crear y evaluar su propio destino para tomar mejores decisiones en el presente. Se trata de diez desafíos que retan a pasar de la incertidumbre que genera preguntas punzantes a formular un plan de acción concreto para empezar a darle forma al mañana.
El principal objetivo es prepararse para enfrentar coyunturas cambiantes e inestables y aún así mantener el control de las situaciones. “La pandemia es algo que nadie pudo haber visto venir, pero hay consecuencias que adelantaron esto. Una de las consecuencias es una economía más cerrada y tenías indicios de esto, cómo el brexit del Reino Unido o las políticas de Trump”.
En ese sentido, Cortés Funes explicó lo que ellos llaman “traer una pequeña prueba del futuro al presente” y puso como ejemplo la invención del auto autónomo. “Ese fue un acto de perspectiva. Si esto va a pasar, traigámoslo ahora. El futuro es tener una visión que pueda ser estudiada mejorarse y ser abierta. Que te obligue a hacer algo”, sostuvo.
Y continuó: “Resulta esencial desarrollar la capacidad de leer y matizar las señales que nos regala el presente para construir el futuro que deseamos. Comprender cuáles son válidas y pueden tener un impacto próximo, como así descubrir las oportunidades y riesgos que generan para nuestras vidas, carreras profesionales y organizaciones”.
El libro pasea por el futuro de distintos rubros: turismo, deporte, entretenimiento, tecnología, movilidad, entre otros. Pero nosotros nos vamos a enfocar en las próximas líneas en el mundo artístico, uno de los más afectados por el coronavirus. Para los empresarios, la música, el teatro y el cine, claramente, no volverán a ser lo que eran tras la pandemia.
Pero según ellos, eso no quiere decir que sea algo malo: “Es una transformación forzosa. Lo que vemos, por un lado, es que hay mucha gente que va a querer volver al teatro de forma segura y otra que, por temor al contagio, no. Pero las ganas de tener esa experiencia física al ver la obra de manera presencial, no debería oponerse a la digital. Lo físico y digital se tienen que sumar”.
A raíz del aislamiento obligatorio y social, muchos artistas comenzaron a hacer funciones de forma digital que les permitía a los espectadores poder ver el show a cambio de una entrada mucho más módica que tener que ir al teatro: “Hay un montón de gente que quedaba afuera de poder ver el espectáculo porque eran físicos, pero ahora con lo digital pueden acceder”.
Y continuó: “Estar en otra parte del mundo y poder acceder a un show en avenida Corrientes es sencillamente hermoso. Obvio que no va a salir lo mismo y la experiencia no será la misma. Pero la pandemia te impide hacer la parte física y yo recomiendo que una vez finalice la cuarentena, los productores no se olviden de la parte digital, que la van a poder aprovechar”.
A través del libro, los empresarios interpelan al lector, lo invitan a desarrollar su pensamiento lateral y lo incomodan también para despertar al máximo su creatividad y sentido de supervivencia. También lo invitan a vivir la experiencia en carne propia, para que transite un proceso de diseño de futuros guiado en pasos simples, pero -según prometen- “efectivos”.