Es un servicio de chat, pero también es una red social. Un raro cruce entre Whatsapp y Twitter con algo de Instagram y menos de Facebook. Con una diferencia fundamental: los mensajes se borran una vez que fueron vistos, mientras que las historias duran un día. Es la aplicación preferida por los millenials y debería serlo de Marta Minujín, ya que sus publicaciones son casi un happening.
Macri anunció su desembarco en Snapchat en Facebook.
Pero los jóvenes que nacieron entre 1980 y 2000 (esas son las fechas en las que se enmarca a la llamada Generación Y) no son los únicos que la usan: no pocos treinta y cuarenta añeros que no se resignan a dejar la juventud, marcas y celebridades de distintos ámbitos eligen esta red para comunicarse y compartir contenidos.
Nuestro presidente es uno de los que se le anima a la red social instantánea. En una nota publicada en La Nación, Julián Gallo,director de contenidos y estrategia en redes sociales de Mauricio Macri, afirma que “Snapchat es una nueva ventana para que el Presidente pueda comunicarse de manera directa con más personas y mostrar aquello que raramente se ve o nunca se vio de su actividad”.
Hillary Clintos hace campaña y también usa Snapchat.
Según los datos proporcionados por Gallo, 75.000 personas añadieron a Macri en los primero tres días y alguno de los videos de la visita de Obama superaron el medio millón de vistas. Macri no es el único que elige esta red como parte de su estrategia digital: Hillary Clinton, por ejemplo, transmitió su primer mitin de forma íntegra a través de la aplicación.
Cómo entender Snapchat
Para muchos de los que van promediando la tercera década o arañando la cuarta, el primer acercamiento es desesperante. Pero es más fácil de lo que parece. Es una herramienta para chatear, y para contar cosas muy visuales: fotos y videos cortos que se pueden intervenir. Y es semipública: sólo verán las publicaciones (que desaparecen después de un día) quienes sigan a un usuario. No hay versión Web.
Pero empecemos por el principio. Lo primero es tener contactos. Snapchat permite añadir amigos desde la lista de contactos (la app misma encontrará cuáles de tus contactos la usan) o buscándolos por nombre de usuario (que debe ser exacto). Y también se pueden usar Snapcódigos: la silueta del fantasma en el cuadradito amarillo que parece escrito en braile funciona como un código QR, al apuntar la cámara, manteniendo pulsada la pantalla, esa persona queda agregada como amiga. Los Snapcódigos de muchas celebridades y marcas están en Google.
Además, Snapchat ofrece usuarios para descubrir (tocando en Discover).
Luego, debemos entender que Snapchat permite 3 maneras de comunicarse
La inicial es la que permite tomar una foto o registrar un video corto, decorarlo con un texto muy breve, intervenirlo con dibujos con el dedo, emojis y filtros, y publicarlo en nuestro historial (visible para todos los que nos siguen) o enviarlo a uno o más usuarios en particular. En el caso de las fotos se puede elegir la cantidad de segundos que estarán en pantalla antes de pasar a la publicación siguiente (un snap). Esas publicaciones desaparecen después de un día, así puede que publiques algo y alguien se lo pierda. En lo efímero está toda la clave de este servicio.
Snapchat permite intervenir la imagen con emojis.
La otra opción es el chat: a través de Snapchat se puede chatear (en forma privada, con una sola persona; nadie verá esa conversación) usando texto, fotos y videos cortos. Y desde su reciente actualización (publicada esta semana), se pueden realizar llamadas de voz y videollamadas. Además, el chat elige las palabras clave y ofrece emojis y gifs animados para enviar. Y también permite agregar ediciones y filtros bastante simpáticos a las imágenes, creando selfies animadas. También se pueden enviar audios o videos cortos (como los de Whatsapp, pero más breves), que quedan como un loop animado.
Los chats, como los snaps, aparecen a la izquierda de la pantalla de inicio. Allí aparecerán también los mensajes de alguien que haya comentado una de las publicaciones generales (las que van al historial del usuario). No hay historial para el chat: se borra si salís de la aplicación o si pasa un tiempo.
Lady Gaga es una de las muchas estrellas que se sumaron a Snapchat.
Las historias de los usuarios a los que seguimos están a la derecha de la pantalla de inicio. Cuando estamos mirando los snaps de un usuario, los irá mostrando en orden cronológico; cada snap se verá en pantalla el tiempo que eligió su creador (3 segundos para una foto es el estándar) pero se puede pasar al siguiente tocando la pantalla; lo mismo sucede con los videos. Se puede elegir mirar los snaps de un usuario particular o (desde la última versión) arrancar por el primero y dejar que vaya saltando de usuario a usuario. Una vez que las viste las podés volver a ver al rato, pero eventualmente desaparecerán.
¿Qué es lo que hace que Snapchat sea tan atractivo?
Para muchos, su inmediatez tanto en la generación de los mensajes (los contenidos, tanto las fotos como los videos, deben realizarse en vivo desde el teléfono que se envían y no pueden provenir de una galería y no pueden reenviarse, compartirse en otra plataforma, etcétera) como en la recepción, por la corta duración de los mensajes.
La privacidad es otro punto a favor de la red. Los mensajes no pueden ser compartidos y obtener los videos Snapchateados para compartirlos en otras plataformas es entre complicado y muy complicado. Sí es posible descargar las fotos y los videos que generó un usuario para que haga con ellos lo que desea. Pero no se puede tomar posesión del contenido de otro, como sí sucede las demás redes sociales.
Así, la privacidad, la sencillez de uso (una vez que entrás en la lógica) y lo efímero de las publicaciones (no hay historial público que se transforme en un carpetazo de archivo en un tiempo) es lo que lo hace tan atractivo, sobre todo entre los jóvenes. De hecho, no está de más recordar que su filosofía general nació cuando se definió su intención original, ya que el uso inicial de Snapchat estaba orientado al sexting, gracias a que se trataba del envío de fotos y videos cortos que se autodestruían una vez vistos.