05 Junio de 2017 17:27
Frank Underwood no es cualquier presidente. Aparte de no tener escrúpulos y de sus maquiavélicas políticas, es un gamer empedernido. Temporada tras temporada la serie no sólo gana audiencia, sino también el posicionamiento de distintos juegos, aplicaciones y hasta nuevos dispositivos electrónicos.
Underwood jugando con el FaceFilm.
Con cinco años a cuestas el "Presidente" de los Estados Unidos supo ser fan de Agar.io, Killzone 3, The Stanley Parable y Monument Valley.
Pero la estrella de este año es la aplicación FaceFilm, con la que Underwood busca manipular a los votantes.
La aplicación permite fusionar caras y crear una nueva compuesta por las mismas. En el comienzo del segundo episodio, Frank está jugando con la aplicación, combinando dos imágenes: una de su rostro y otro de su mujer. Es precisamente ella quien alega que los votantes actúan a favor de un candidato que les parezca familiar y le explica el porque del tratamiento de la imagen para la campaña.
Parece que por estos lares, Sergio Bernie tomó nota de esta teoría, y presentó en las redes sociales un video para lanzar su candidatura para las primarias legislativas, donde superpuso su foto con las del corrupto Underwood. Así se escucha una voz (que simula la del personaje de Kevin Spacey) diciéndole a su mujer "Claire, te presento a nuestro candidato para las PASO", a lo que ella responde: "Excellent, yo también prefiero Berni".
Ni lentos, ni perezosos, quienes manejan las redes del inescrupuloso funcionario le contestaron al ex ministro de Seguridad: "No se si estar orgulloso o aterrorizado".
También en esta temporada se puede ver a los integrantes de la Casa Blanca haciendo uso de Signal la app elegida por el senado de EE.UU. para sus comunicaciones.
La trama tecnológica
La tecnología también tiene un papel muy importante en la serie, teléfonos, buscadores, chats y videojuegos están presentes con cada uno de los personajes. Es que las marcas pagan por estar allí y posicionar sus productos. Tal es así, que por ejemplo, las conversaciones "sensibles" se realizan por BlackBerry, las personales en iPhone y las de trabajo en Samsung.
Promedia la cuarta temporada de House of Cards y otra vez la serie que se mete con la alta política global se toma unos minutos para marcar tendencia en un mercado inesperado, el de los videogames. Y es algo que pasa desde que Netflix presentó su serie “tanque”, en 2013.
Frank Underwood se reúne con un muy importante político republicano a solas en un salón de la Casa Blanca. Hablan un poco. Como los dos saben que los motivos reales del encuentro no se tratarán allí, y como la prensa espera afuera, hacen tiempo y hablan de cualquier cosa. De videogames, por ejemplo.
El opositor dice que sabe que el presidente de EE.UU. es un fanático de los jueguitos y le habla de uno que juegan sus hijos: Agar.io. Frank se engancha, no lo conoce: en pocos segundos se sumerge en el que para muchos es uno de los juegos para móviles del momento.
Así juega Frank [el video dura poco más de un minuto y tiene escenas de la serie]:
Underwood, es un fan de los jueguitos, se dijo. Así que en todas las temporadas hay un videogame “estrella” en la serie. En la primera temporada, cuando aún no era presidente sino un miembro poderoso del Congreso, se lo podía ver relajándose en su PlayStation a los tiros con el Killzone 3. Tiempos violentos en su carrera en los que era imperioso descargar energías: iba del simulador de remo de su sótano a la pantalla de su consola.
También se lo vio jugar al The Stanley Parable, un juego diferente, que también es primera persona pero sin tiros sino en modo “aventura”. Momento de pensar las cosas en la vida de Underwood que se trasladaron a sus gustos en la pantalla. En el juego hay que llevar al protagonista, Stanley, por un contexto surrealista. La acción es guiado por la voz del actor inglés Kevan Brighting... pero no siempre hay que hacerle caso, claro.
En la tercera temporada, la del año pasado, fue el turno del increíble Monument Valley. Se trata de un multipremiado juego (pago), que es un gran rompecabezas digital y adictivo. En sus escenarios, laberíntico y fantásticos, parecen no existir las leyes de la gravedad y la princesa protagonista siempre tiene que encontrar la salida.
Queda claro, Underwood no solo es un despiadado as del mundo de la política, también es un gamer fanático al que le alcanzan con un par de segundos por temporada para instalar y hacer “explotar” a sus jueguitos preferidos.
