Muy pronto, una planta vigorosa y bien atendida con un biocircuito en la tierra será suficiente para recargar un celular. E-Kaia, un producto desarrollado por tres jóvenes ingenieras chilenas promete esta alternativa para los usuarios de tabletas y teléfonos inteligentes. Aunque parezca ciencia ficción, el apato se enchufa a la planta.
El sistema toma energía de la “maceta” mediante un biocircuito.
La startup creada se encuentra en proceso de registro de patentes y mucho de su funcionamiento es todavía un secreto, pero Carolina Guerrero (ingeniería industrial), Camila Rupcich (ingeniería informática) y Evelyn Aravena (ingeniería electrónica), las creadoras del artefacto, lograron demostrar la eficiencia del invento.
Las jóvenes creadoras del dispositivo.
El mecanismo cuenta con biocircuito bajo tierra, que genera 5 voltios y 600 miliamperios que se conecta al equipo que se quiera recargar a través de un cable USB, informó BBC Mundo.
Cómo funciona
Durante el proceso de fotosíntesis la planta produce materia orgánica que convierte la energía de la luz en energía química. Alrededor de las raíces, los microorganismos se encargan de procesar esta energía que la planta utiliza para crecer, y generan electrones como productos secundarios. El dispositivo captura los electrones “sueltos”para generar la energía que requiere el equipo electrónico. La carga sólo requiere de 90 minutos.
Puede cargar cualquier dispositivo.
Evelyn Aravena dijo que el próximo paso es mejorar el diseño y la portabilidad, para hacerlo comercializable.
La competencia
La iniciativa de las jóvenes chilenas cuenta con competidores a nivel internacional. En Holanda, han desarrollado un proyecto con el mismo concepto, pero a una escala distinta.
Marjolein Helder, co-fundadora de Plant-e, empresa creadora de la tecnología que utiliza grandes extensiones de plantas como fuente de energía limpia, estima que se está a las puertas de una verdadera revolución. La compañía se ha abocado a alimentar segmentos de sistemas de alumbrado público, dispositivos de WIFI en espacios abiertos y cargadores de celulares. A diferencia del proyecto chileno, el implementado en Holanda requiere de más plantas o extensiones de tierra.
Plant E también utiliza la energía que producen las plantas, pero a más escala.
Cuando sale el sol, las plantas comienzan su proceso de fotosíntesis. Absorben energía solar y la combinan con su energía, dióxido de carbono y agua, produciendo un azúcar que utilizan para crecer. La mitad de esta azúcar es segregada por la planta en la tierra, donde es descompuesta por bacterias, produciendo protones y electrones.
Lo que hace Plant-e es colocar un conductor en la tierra, que absorbe los electrones y los transfiere a un dispositivo, de donde se puede conectar el equipo electrónico o artefacto para recargarse.
Detalles
El prototipo de E-Kaia tuvo un costo de US$504, lo cual lo haría por ahora inaccesible para buena parte del mercado que busca satisfacer.
Helder advirtió a medios especializados que con un metro cuadrado de jardín, podrían producirse 28 kilovatios hora por año. La compañía aspira implementar sus proceso de generación de electricidad no solo en tierra firme, sino en pantanos y sembradíos de arroz.
De acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, un hogar requeriría aproximadamente de 372 metros cuadrados para abastecerse. El futuro está cada vez más cerca, y es cada vez más sustentable.