17 Mayo de 2016 20:29
La llegada de la nueva generación de teléfonos inteligentes resolvió muchos de los problemas cotidianos de las personas. A su vez, estos poderosos smartphones facilitaron, entre otras cosas, los trabajos de muchos. Principalmente a los que es de vital importancia navegar por Internet desde cualquier parte del mundo.
Pero no todos pueden quedar cautivados frente a las grandes pantallas táctiles de los nuevos teléfonos celulares y prefieren recaer en la llamada “vieja escuela”, los simpáticos móviles con tapida y un cómodo teclado que a veces puede fallar a la hora de escribir.
Los smarthphones generaron adicción en este último tiempo.
Una de esas personas es Danny Groner, un joven de 32 años y gerente de la agencia de fotos Shutterstock, valorada en US$ 1.200 millones. Su oficina está en la sede de la compañía que ocupa dos plantas del edificio Empire State, en Manhattan, y no parece preocupado por no pertenecer a los más de dos tercios de estadounidenses que tienen un teléfono inteligente.
“Me paso 13, 14 horas al día frente a una pantalla, eso es suficiente. No tienen que ser 17 horas", explicó Groner al sitio BBC. Sin embargo, el gerente de Shutterstock reconoce que no todos pueden abandonar los smartphones por un teléfono retro.
"Si todo el mundo fuera como yo, no se terminaría ningún trabajo", explicó, a pesar de que considera que evitar un teléfono inteligente lo hace un mejor trabajador.
Rihanna paseando por las calles de Nueva York con un celular retro.
Al igual que Groner, la profesora de psicología Holly Parker, de la Universidad de Harvard, cree que el uso de los antiguos teléfonos plegables podría ayudar a la gente a definir la línea entre el trabajo y el hogar.
"La gente no tiene por qué elegir entre trabajar también en casa o no hacerlo" expresó, aludiendo a que las empresas se benefician de una mayor productividad si permiten que los empleados tengan tiempo para recuperarse del trabajo.
Algunas personas volvieron a utilizar los modelos antiguos de celulares.
Frente a este aspecto, el abogado y especialista en ética de la tecnología, David Ryan Polgar, afirmó que “el aumento en el uso de los teléfonos plegables es una reacción a la sensación de que uno está subordinado a los teléfonos inteligentes”.
Asimismo, el letrado opinó que ”la adopción de un teléfono plegable es una declaración audaz de que uno tiene el control”. Pese a esto, Polgar cree que hay mejores maneras de mostrar que una persona logró el control sobre la tecnología. Solamente se necesita dejar el smarthphone de lado por unas cuantas horas y listo.
"Tanto una persona conocedora de la tecnología que usa un teléfono plegable como una persona que elige conscientemente no tener un teléfono inteligente proyectan poder y libertad", consideró el especialista en ética de la tecnología.
Barack Obama, presidente de Estados Unidos, decidió unirse a esta última tendencia.
Los teléfonos inteligentes “hipnotizaron” a la mayor parte de la sociedad. La utilidad, como el libre acceso a redes o aplicaciones de todo tipo, provocaron que las personas no puedan desconectarse por un segundo de sus entrañables smartphones.
Por tal motivo, Groner asegura que no dejará su querido teléfono “con tapita” y que mucho menos se pasará a un teléfono inteligente. "La gente me dice que podría dejarlo en el bolsillo y no encenderlo. Pero no me fío de mí mismo", confesó y agregó: "Si lo tuviera, terminaría tan adicto como el resto".