Sobre gustos no hay nada escrito, dice el refrán, y podemos tenerlo en cuenta a la hora de elegir nuestro próximo equipo. El requisito principal es que el móvil se adapte a nosotros y no a la inversa.
Primer paso: el costo
De nada sirve elegir el celular perfecto si no podemos comprarlo. El aspiracional dejémoslo para las publicidades y antes de cambiar el celular veamos cuáles entran en el rango de precios que podemos o estamos dispuestos a pagar. La buena noticia: no es obligatorio empeñar un hígado para comprar un teléfono decente. No es menos cierto, no obstante, que en la Argentina el costo de acceder a la electrónica es mucho más alto que en otros países. Si lo vas a comprar acá, tenés dos opciones: se lo comprás a la operadora (la alternativa más económica, aunque depende del abono elegido), o lo comprás sin línea. Este último es más caro, pero te permite usarlo luego con el abono que quieras.
Con el presupuesto en mente habrá que mirar qué hay en plaza, pero pensando qué queremos hacer con el teléfono.
iPhone, un modelo que solo se puede comprar en el exterior o por canales no convencionales.
Cualquier equipo hoy que tenga 1 GB o más de RAM y un chip de cuatro núcleos va a poder correr Android o Windows Phone sin problemas. A largo plazo te conviene que tenga más RAM, para que el equipo no se “achanche” con el correr del tiempo, a medida que las aplicaciones se van haciendo más pesadas. Igual que con las computadoras de escritorio. Pero el punto es: salvo raras excepciones, un teléfono con esa memoria y procesador es una base aceptable.
El tamaño importa
El tamaño, en el caso de los teléfonos, importa. Por varios motivos: define qué tan cómodo te queda en la mano, en el bolsillo, en la cartera. En general, los que tienen una pantalla de 5 pulgadas o más ya son “grandes”, pero depende de cada uno, de su costumbre, de las manos que tenga y demás. Lo ideal es tener el teléfono en la mano y probar cuán cómodo es, aunque hay que darle, en lo posible, algo de tiempo para acostumbrarnos, sobre todo si estamos probando un modelo con un tamaño de pantalla muy diferente al que teníamos hasta ahora.
El Mate 7, de Huawei, mide 6 pulgadas: uno de los “grandes” del mercado local.
El tamaño de pantalla define otra cosa: la batería, y para qué te sirve, en promedio, la pantalla: no es lo mismo ver una película o un texto largo en una pantalla de 4,5 pulgadas que en una de 6 pulgadas, más cercana a una tableta. Los teléfonos grandes tienden a tener mejor batería que los chicos, porque aunque la pantalla más grande consume más energía, los fabricantes se las ingenian para inclinar la cancha para el lado de la batería. Aun así, la mayoría de los teléfonos llega a una jornada de autonomía con la batería; los más grandes a dos jornadas, pero no mucho más, salvo algunos teléfonos especiales con baterías fuera de lo común.
¿Es importante que la batería sea removible?
Para alguna gente sí, aunque quizá te convenga invertir, antes que en una segunda batería para el teléfono, en una de esas baterías USB externas, que cargan el teléfono; es menos estético, pero las vas a poder usar para recargar otras cosas, si cambiás el teléfono en un año siguen sirviendo, etc.
Con la pantalla está el muy discutido tema de la resolución (los puntos de colores en la pantalla). Cuantos más, mejor, porque todo se ve más real: las fotos tienen más información, las tipografías se ven más naturales, todo tiene más calidad de imagen. Lo ideal es que esté cerca (o supere) de los 300 puntos por pulgada; la mayoría de los teléfonos de gama media ofrece esto; 1280 x 720 pixeles en 5 pulgadas, por ejemplo.
Las pantallas QHD (2560 x 1440 pixeles) ofrecen una calidad de imagen excepcional.
Algunos modelos tienen una resolución levemente menor, pero en general casi ni se nota. Si la pantalla es Full HD (1920 x 1080 pixeles), mejor. Hoy hay teléfonos de alta gama con pantallas QHD (2560 x 1440 pixeles) que ofrecen una calidad de imagen excepcional, pero que en la mayoría de los casos es imposible de diferenciar respecto de una pantalla Full HD, sencillamente porque el ojo humano no llega a apreciarlo. Pero en general, los equipos más caros tienen pantallas de mejor calidad, con más brillo y mejores ángulos de visión.
La cámara
No caigas en la trampa de los megapixeles: acá es lo mismo que con las cámaras de bolsillo, en donde lo que vale es la calidad del sensor y de la lente, antes que la cantidad de puntitos de luz que registra en una foto (los megapixeles).
¿La buena noticia? La mayoría de los teléfonos de gama media con sensores de 8 megapixeles para arriba toman imágenes muy decentes. Acá, sin embargo, vale la plata: los equipos más caros suelen ofrecer mejores cámaras, con más velocidad para enfocar, mejor balance de colores, mayor definición, cosas así.Si sacar la mejor foto posible es importante para vos, vas a tener que invertir.
A la vez, los modelos de gama media/media alta ya logran fotos muy aceptables, por lo que es raro que te compres un teléfono de precio razonable en el que la cámara sea un chiste.
Memoria y 4G
Más de la mitad de los teléfonos que hoy se venden en la Argentina tiene 4G, y a futuro serán todavía más. Vas a navegar más rápido. Pero si querés sólo el teléfono para mandar SMS y alguna cosa más, no es fundamental. Pero sí preferible.
Muchos teléfonos baratos se venden con 8 GB de memoria interna, que es bastante poco (la mitad, más o menos, se lo lleva el sistema operativo cuando sale de fábrica). Así que hay que evitarlos, en lo posible, salvo que traigan una ranura para ampliar la memoria con una tarjeta de memoria.
Hoy todos traen 3G, Wi-Fi, GPS y Bluetooth, y algunos modelos suman radio FM.
El sistema operativo
El 85% del mercado mundial usa Android. Los fanáticos de Apple dicen que el iPhone es lo mejor que se inventó, pero hoy (sobre todo con los teléfonos que corren la versión 5 de Android, conocida como Lollipop) las diferencias entre prestaciones y facilidad de uso son casi inexistentes, y ya pasa por una cuestión de comodidad y de costumbre.
En general, los teléfonos más baratos con Android usan la versión 4.4, que no está mal pero es poco probable que se actualice, y te perdés algunas funciones nuevas que trae Lollipop, desde lo estético hasta un mejor uso de los recursos del teléfono y demás. Algunas marcas tienen la política de actualizar siempre, alguna de no hacerlo nunca. En lo posible, averiguá antes de comprar.
¿Y Windows Phone? Ahí anda, con su pequeño ejército de fieles. Los modelos más recientes se van a actualizar a Windows 10 Mobile, que trae varias funciones y debería mitigar el mayor problema que tiene este sistema operativo, que es una menor oferta de aplicaciones. Pero las más populares están; y si tiene las que querés, es una opción super válida: anda muy bien.
Herramientas para elegir
Google tiene una herramienta (en inglés) para elegir teléfonos en función del uso que les vas a dar. Está pensada para el mercado norteamericano, así que te sugiere modelos que acá no hay, pero sirve de guía. https://www.android.com/phones/whichphone/
La herramienta on line de Google.
Otra herramienta es la de Kimovil (también en inglés); una de las formas de ordenar los teléfonos es por una opción llamada “Cost Effective”, que es algo así como el mejor valor por el precio. Acá también te vas a cruzar con modelos que jamás llegarán al país, pero sirven de orientación.