19 Febrero de 2016 20:42
Tener Internet en todos lados se ha vuelto una costumbre. Por necesidades laborales, por tener que estar conectados o por simple gusto, a veces dependemos de una conexión a la web en la notebook, en la tableta o en otros dispositivos.
Hoy en día la necesidad de estar “conectado” no puede esperar.
Y aunque es cierto que cada vez son más los lugares que ofrecen wi-fi, cuando no hay, nos desesperamos. Pero atención: no se deje llevar por la ansiedad... ¡existe otra alternativa!: una conexión 4G igual a la que corre en un smartphone. Y hay dos maneras de tenerla en estos equipos.
Convertir el celular en un hot spot (router wi-fi)
La alternativa más simple es usar el smartphone para darle Internet a cualquier otro dispositivo y compartir la conexión del celular (sea 3G o 4G).
El smartphone se convierte en un router con solo dos clicks.
Es simple y casi todos los teléfonos lo tienen. Basta con ir a la configuración del equipo y buscar una función que aparece como “zona wi-fi portátil” o “conexión compartida”, dependiendo del equipo. El teléfono comenzará a emitir la señal de Wi-Fi (como un router convencional) para que otros dispositivos puedan conectarse.
Dos temas importantes que se deben tener en cuenta: por un lado, estar atentos a límite de datos del abono del teléfono para no excederse y generar costos extra; y por otro, el gasto de batería para el móvil, que en el uso de esta función es bastante alto.
Un mini router portátil
Algo un poco más sofisticado que usar el teléfono son las antenas 4G que proveen las telefónicas (pero no hacen magia; serán 4G en las zonas con cobertura de este; si estás en una zona 3G, sólo compartirán una conexión de ese tipo).
Los mini routers portátiles son ideales para llevar a todos lados.
Existen diferentes modelos. Hay algunas que se conectan vía USB a la PC y usan la energía del equipo, y otras que cuentan con su propia batería interna (con entre 2 y 4 horas de autonomía), ideales para tabletas que no tienen puertos USB, para dejar en la mochila mientras usás la notebook en el bar, etcétera. Estos aparatitos pueden proveer Internet hasta a 10 equipos al mismo tiempo y se vinculan a los equipos de manera muy sencilla a través de un código QR (como cuando uno se loguea en la versión web de Whatsapp).
Las antenas tienen su propio chip de datos y su abono independiente del que uno tenga en el teléfono. En la Argentina, Movistar y Claro ofrecen abonos de entre 350 y 500 pesos por 10 GB de datos (suficiente para un mes de uso, siempre y cuando uno no se dedique a bajar películas todos los días). Personal, por su parte, también los ofrecía, pero hoy no aparecen en su sitio web.
Las tiendas de las operadoras móviles ofrecen distintas opciones de planes para 4G móvil.
Además del abono mensual hay que comprar la antena. Las operadoras ofrecen diferentes modelos (en el país son todos de Huawei) que van desde los 300 hasta los 1300 pesos; la diferencia está en el tamaño de la batería y en la inclusión de una pantalla que muestra si está conectado o no: la cantidad de equipos conectados y la velocidad de conexión no debería variar.