23 Noviembre de 2015 20:42
El escándalo de “sexting” descubierto semanas atrás en una escuela secundaria de los Estados Unidos -donde al menos 100 alumnos habían estado intercambiando centenares de fotografías en las que aparecían desnudos- puso al descubierto las “apps fantasma”, aplicaciones de apariencia normal como una calculadora o un administrador de música, pero que ocultan carpetas secretas a las que sólo puede acceder el usuario con su contraseña.
Las apps fantasmas son furor entre los adolescentes.
Según los expertos, estas apps, conocidas también como “aplicaciones bóveda”, ganaron popularidad en los últimos años entre los adolescentes que las usan para que sus padres no descubran ciertos contenidos, como imágenes de tipo sexual.
Presentes en el mercado desde hace al menos tres años, muchas de ellas son gratuitas, y algunas de las más populares son Secret Calculator, Folder Free y Calcultor%, que tienen la apariencia y funcionan como calculadoras.
Las más conocidas se ocultan tras una apariencia de calculadora.
Incluso hay apps que guardan archivos secretos dentro de otros archivos secretos, como para dificultar aún más el acceso al material que se quiere ocultar.
El “sexting” es el intercambio de fotos de contenido sexual.
“Estas apps son lo que llamamos caballos troyanos, porque aparentan ser una cosa que no son”, explica Steven Beaty, experto en ciberseguridad y profesor de computación de la Universidad Metropolitana de Denver, en Colorado, donde tuvo lugar el escándalo del “sexting”.
Según le explicó Beaty a BBC Mundo, “es muy difícil diferenciar estas apps de aplicaciones normales”, y les recomendó a los padres “fijarse en las aplicaciones que los teléfonos normalmente ya llevan incluidas, como calculadoras, y buscar aquellas que están duplicadas en los teléfonos de sus hijos” para descubrirlas.
Las fotos sexuales, en el eje de la polémica.
El experto cree que los adultos deben controlar las aplicaciones nuevas que compran sus hijos accediendo a los portales de las tiendas de Apple o Google, ya que allí sí que se indica su verdadera función.
“Si se conecta un teléfono a una computadora, tampoco es posible acceder al contenido de esas apps fantasma, ya que los archivos permanecen ocultos”, afirmó.
Los padres deben estar atentos a los contenidos de los teléfonos de sus hijos.
“Existen herramientas sofisticadas utilizadas por la policía para acceder al contenido oculto de los teléfonos, pero no están disponibles para el público”, agregó.
“Los padres deberán explicarle a sus hijos cuáles son las consecuencias de utilizar estas aplicaciones para almacenar cierto tipo de contenido”, concluyó.
Un caso descubierto en una secundaria de EEUU puso el tema al descubierto.
Mientras tanto, las autoridades de Colorado han asegurado que el caso de la escuela de Canon City no es aislado y que las tan mentadas “aplicaciones fantasma” son utilizadas por menores en todo EE.UU.
Una razón más para que los padres de adolescentes le sumen una preocupación más a sus vidas y extremen los recaudos con respecto a los teléfonos y computadoras de sus hijos.