10 Marzo de 2019 09:54
La evolución en los procesos productivos de las diferentes industrias plantean un interrogante: ¿es posible mantener los índices de recaudación impositiva si se va hacía un mundo automatizado? Cada vez hay más robots que suplantan el trabajo de los obreros en una fábrica y eso tienen su impacto directo en la recaudación, ya que hay una serie de impuestos que los empleadores pagan para tener empleados en blanco.
Esto no es nuevo ya que uno de los fundadores de Microsoft, Bill Gates, planteó esa idea que fue desestimada por varios de los políticos de los Estados Unidos. En 2017, el Parlamento europeo rechazó el borrador de una propuesta que recomendaba considerar un impuesto a los propietarios de robots para financiar programas de recapacitación para obreros desplazados por las máquinas y apuntalar las finanzas de su sistema de seguro social.
Una de las plantas automatizadas en tratamiento de residuos.
Corea del Sur, que es el país más robotizado del mundo ya comenzó a tener un impuesto de esas características desde 2018 cuando le prohibió a las empresas deducir impuestos por invertir en automatizar sus procesos. Lo que comenzó a hacer este país asiático ya es estudiado en todo el globo como una forma de hacer es transición.
Y sobre eso se centra un informe que llevó adelante el Instituto Global McKinsey, que reprodujo el New Yor Times, en donde se cuantificó la cantidad de dinero en los Estados Unidos que podrían verse afectados: el 51% de la actividad económica y U$D 2.700 millones en salarios. El Instituto estima que “la mitad de las actividades laborales actuales podrían ser automatizadas para 2055”, lo que significa que cada año se perderían cientos de miles de millones de dólares en impuestos.
“El sistema tributario incentiva la automatización aún en casos en los que, por lo demás, no es eficiente”, escribieron Ryan Abbott y Bret Bogenschneider, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Surrey, en Gran Bretaña, en un análisis de las políticas fiscales respecto a la automatización en EE.UU. y otros países ricos. “La gran mayoría de la recaudación fiscal hoy se deriva de los ingresos laborales, así que las firmas evitan el pago de impuestos eliminando empleados”.