“Yo confío, pero dame el ok por el celular”. La aplicación We-Consent, se presenta como un instrumento cuyo objetivo es abrir un diálogo sincero entre las parejas y fomentar la discusión sobre el consentimiento afirmativo entre aquellos que buscan tener sexo sin sorpresas. Y agregan: “También trabajamos para fomentar conversaciones sociales sobre el respeto mutuo”.
Lo cierto es que se parece mucho a un contrato de consentimiento, una suerte de reaseguro ante posibles acusaciones infundadas.
El funcionamiento es sencillo. Los usuarios de We-Consent graban videoclips de 20 segundos en sus teléfonos en los que expresan claramente sus intenciones, exponen con quién están a punto de tener sexo y graban sus respectivas caras. Como para que no haya dudas ni confusiones.
La aplicación solo continúa funcionando si las cámaras detectan rostros humanos, así como después de que ambas partes claramente dicen "sí". Si alguna de estas acciones no se lleva a cabo, la grabación se detiene y la aplicación alienta a los usuarios para que no tengan sexo. El video se almacena en la nube. Pero si alguno se niega, el registro se autodestruye.
El factor menos romántico de este “ seguro” es, aunque no lo expresen literalmente, evitar los presuntos "malentendidos" que giran en torno a las acusaciones de violación o abuso.