04 Mayo de 2022 16:59
Desde hace algo más de una década, o por lo menos desde la llegada del primer formato de franquicias al país, el sector inmobiliario comenzó una lenta aunque inexorable transformación, fenómeno que no es exclusivo del rubro que comercializa bienes raíces. Porque la irrupción de Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, a finales del siglo pasado, activaron diversos procesos tanto en los mercados como en todos los aspectos de la vida en general: en la forma en que producimos cultura, nos relacionamos y comunicamos. Esto implica, además, un cambio en la manera de entender el intercambio de productos y servicios.
En lo que respecta especialmente al sector inmobiliario, el campo de debate y transformación se da en la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas y el cambio cultural. Es necesario y fundamental una metamorfosis de la mentalidad para reaccionar positiva y creativamente ante lo nuevo.
Los orígenes de la vanguardia y sus jugadores
Obviamente, la influencia transformadora de la vanguardia tecnológica impacta de manera diferente en distintos lugares y momentos. En Estados Unidos y algunos países de Europa el modelo de las llamadas PropTech (empresas de tecnología inmobiliaria) está consolidado. Esto se debe, en gran parte, a las características propias de cada mercado (idiosincrasia, volumen, concentración) y también del lugar donde operan (seguridad jurídica y financiera, estabilidad económica, disponibilidad de créditos, etc).
En ese contexto surgieron empresas como Zillow o Redfin, que lideran el mercado en Estados Unidos; PurpleBricks en el Reino Unido, o Housfy en España y Portugal, solo por nombrar unos pocos ejemplos. Pero no todas las PropTech son iguales, existe una amplia variedad de empresas que se desarrollan en distintos niveles, aspectos y funcionalidades del mercado inmobiliario y que cumplen roles diferentes.
En este sentido, hay empresas como la citada Zillow que abarca todos los aspectos del negocio inmobiliario y que revolucionó el mercado al transparentarlo, poniendo a disposición de los clientes un gran volumen de información valiosa. Otras que ofrecen herramientas tecnológicas para distintas tareas y necesidades: CRM, motores de búsqueda, ChatBots, Big Data, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Fotografía Digitales, Mapas y Geolocalización, Crowdfunding y Tokens, entre otras.
Estas herramientas tienen un común denominador: todas ponen el foco en el cliente y en mejorar su experiencia de compra, teniendo presente que la adquisición de un inmueble es una de las decisiones, emocional y económicamente, más importantes que puede tomar una persona. Muchas de estas tecnologías ya se vienen utilizando, con éxito desde hace muchos años, en otros rubros. Esto es una gran ventaja porque para incorporarlas al mercado inmobiliario solo hace falta adaptarlas a las propias necesidades.
En el ámbito local, el impacto de las nuevas tecnologías puso en conflicto a dos modelos dentro del sector, a dos maneras de ver y comprender el rol del inmobiliario y la forma de ejercer el comercio de bienes raíces: un modelo tradicional, que viene funcionando desde hace al menos medio siglo, y un modelo emergente basado en las nuevas tecnologías y en otra mirada del negocio. Entre estas dos visiones, las principales diferencias se dan en lo que respecta al vínculo entre las inmobiliarias y los clientes y la aplicación del concepto de transparencia en el ejercicio de la actividad.
Tanto en América Latina y particularmente en Argentina, las PropTech están en una fase emergente y, en algunos casos, presentan un modelo híbrido. El formato más consolidado en el país es el que usan empresas como Zonaprop, Argenprop o Mercadolibre Inmuebles. Estas plataformas, aunque están basadas en tecnologías de buscadores, siguen de alguna manera el modelo de negocio tradicional, con la diferencia de que atraen a una demanda masiva a un solo lugar, garantizan cierto estándar de calidad en las publicaciones, proporcionan herramientas de búsqueda y categorización al usuario y propician el contacto con el vendedor. Del mismo modo, también generan una competencia económica por la visibilidad entre las inmobiliarias.
Pero también, y más recientemente, entraron otras tecnologías al mercado que apuntan a transformar el rol más esencial de las inmobiliarias: la forma de relacionarse con el cliente. Es el caso de Mudafy, empresa argentina que opera en el país desde 2019 y que también tiene presencia en México.
Mudafy es un portal inmobiliario inspirado en el modelo de la estadounidense Redfin que sirve para navegar y buscar propiedades y que, además, ofrece un servicio personalizado de asesoramiento y acompañamiento al cliente desde el primer click hasta la posventa.
La PropTech argentina inició sus operaciones en un contexto de pandemia que, tal vez, explique su vertiginoso crecimiento. En sus dos primeros años logró alianzas con más de 400 inmobiliarias y sumó más de 40.000 propiedades a su oferta. En esos tiempos de encierro y home office más personas se vieron forzadas a adaptarse al uso de herramientas y plataformas digitales de todo tipo. Esta circunstancia, junto con esa especie de psicosis generada por la pandemia, hizo que mucha gente decidiera alejarse de los centros urbanos como Buenos Aires y los impulsó a comprar y alquilar propiedades en zonas residenciales y semi rurales. En estos primeros años Mudafy alcanzó ventas por más de 100M de dólares.
La propuesta de Mudafy apunta a que la experiencia de compra de un inmueble sea simple, disfrutable y confiable tanto para el comprador como el vendedor. Para lograr este objetivo se basa en tecnologías que garantizan la transparencia en cada uno de los pasos del proceso de compra.
La llegada de Mudafy al mercado es muy reciente y el contexto en que se dio es muy inusual. El horizonte de la consolidación se ve aún muy lejano. Sin embargo, los resultados obtenidos en tan breve tiempo hacen pensar que hay un público dispuesto a aceptar la transformación tecnológica y cultural que impulsan las PropTech.