El color de los ojos de María Zamarbide es igual al de su padre y al de su abuela, quien ya falleció. Entre los tres se conectaban a través del humor. El padre de la actriz fue diagnosticado con cáncer.
Ahora el humor es la herramienta para sobrellevar un tratamiento denso y pesado, como la quimioterapia. La actriz visitó la redacción de BigBang para contar cómo es la experiencia de acompañar a su padre en la lucha contra el cáncer.
La actriz visitó la redacción de BigBang.
"Mi papá tiene cáncer, como tantas personas lo tienen. Agradezco a la enfermedad porque me dio otra oportunidad para acercarme a él. Me genera ternura, lo sostengo como él me sostuvo en su momento y me despertó algo que no sentía por él", comienza su relato María, quien saltó a la notoriedad como parte del elenco de Casi Ángeles y el año pasado -entre otras cosas- se destacó en Las Estrellas, encarnando a Renata, como también en la película El Fútbol o Yo, junto a Adrián Suar. María decidió enfrentar el problema con la mejor cara. Mirá el video.
Las stories comenzaron como una forma de entretenerse y luego fueron fundamentales para hablar de la enfermedad sin tenerle miedo.
Entre las imágenes, aparece a María junto a su papá recibiendo sus análisis en la Fundación
FUCA
(Fundación para la Investigación, Docencia y
Prenvención
del Cáncer), cuyo trabajo se centra en tratamientos de inmunoterapia.
"Recuerdo siempre una frase que dice 'Ve lo invisible- cree lo increíble y recibe lo imposible', y aplica a todo. A mi no me sirve que mi papá viva 200 años sino que seamos felices durante el tiempo que sea y estemos juntos en la lucha", resume María.
"Mi padre y su look retro. ¡Poniendo huevo, carajo!" escribe la joven mientras muestra jocosamente las zapatillas con zoquetes de don Zamarbide.
"Tenés una onda bárbara", le comenta ella. "De los años '50, a lo Charlie Harper", agrega él entre risas en referencia a la estética del personaje que Charlie Sheen encarnaba en la serie Two and a Half Men.
En los videos, mientras tanto, también puede verse a María y a su padre entreteniéndose antes de la sesión de quimioterapia con una clase de tablet y disfrutando juntos del café con medialunas de un desayuno luego de salir de la clínica.
Al mismo tiempo, María aprovechó los registros para concientizar, difundiendo el pedido de trabajo voluntario de una hora por mes que impulsa la Fundación FUCA. Hacia el final de su relato, remarca que es importante buscar la felicidad, incluso en el peor momento.
Mirá el video entero para conocer su historia.